Existen riesgos, en esta y en todas las
actividades existen riesgos. Hablo de riesgos y no de peligros. Riesgos en la
comprensión, el entendimiento, la comunicación, especialmente de sensatez y
percepciòn. En la opinión se està aun mas expuesto, ante la simple
descalificación sin siquiera contrastar argumentos, con un prejuzgamiento sobre
la persona y no sobre la subjetividad del relato, lejos de la rigurosidad que
pierde, al menos esa parecer ser la tendencia, ante el error y la idiotez ,
donde la ignorancia y la limitación hasta les resulta graciosa. La
responsabilidad de quienes conforman la realidad cotidiana, hablo de sus hechos
, merece rodearse de una severidad que circunda la jerarquía de esos lugares.
Representantes de otras gentes asumen tácitamente una comprensión y manejo
mayor en los compromisos que la media dicen dignatar. La composición de lugar
de distintos dirigentes por màs o menos importante que se considere el espacio,
debe en primer tèrmino obligar a quien lo ostenta hacerse cargo de esos riesgos
, en los cuales entran según la actividad, negociar cosas como mejoramiento en
el transcurrir de los empleos, trabajar para el mantenimiento y evolución
diaria y futura de distintas entidades de la màs diversas , liderar decisiones
que involucren a personas como delegados sindicados o sencilla y
fundamentalmente funcionarios de distintos rangos en estamentos de gobierno,
donde es casi basal , la identificación de quienes son destinatarios directos,
siempre de sus cotidianas determinaciones. Las sociedades han cambiado, sin
ninguna duda , a partir de la mayor información. El derecho innato, hoy por hoy
, exime a la mayoría de pedir explicaciones, todo el mundo lo asume como
natural, de allì entonces la importancia de llamar a las cosas con la justeza
necesaria, aspectos que no podemos obviar los comunicadores en especial, pero
también tienen la obligación de hacerlo, gobernantes, funcionarios, dirigentes
y todo quien llegue a un medio masivo con su palabra. Sin màs vueltas, opiniones
puede haber muchas, pero realidad una sola, entonces lo que cambia es el lugar
desde el cual se emite esa opinión. Personalmente cuando hago alguna referencia
al campo, condiciones de productor y ex dirigente agrario, además de algún
elemento extra, no se separa nunca mi idea global de cómo tratar el asunto.
Ahora bien, si alguien me cuestiona como dirigente que fui , yo no puedo
contestar como periodista : si existe una crìtica puntual hacia la gestiòn del
Intendente, no podemos recibir una contestación , sobre la libertad de prensa y
pautas publicitarias. A su vez si soy político no hablo como periodista ; la
clara identificación de la procedencia del mensaje le suma el valor necesario. Tampoco
es posible que un mèdico, responda como intendente y a la inversa, son roles
distintos y aunque convivan situaciones análogas, y una dualidad indivisa,
existe lugar y terreno sabido para conservar y no confundir perfiles de la
importancia de la que hablamos. En un año difícil, para la administración
provincial, y por gravitación hacia lo comunal, en el último reportaje el
Intendente municipal, fijo pautas concretas de la realidad y de la forma de
tratar esa realidad y sus prioridades, muy importantes desde el punto de vista
de su implicancia. Lamentablemente la repercusión de la nota, no trascendió
para un relevante debate, sino que centro sobre una contestación hacia
consideraciones de un partido político, todo interesante, pero nunca màs, que
el rumbo y la substancia del actual gobierno dorreguero. Los riesgos existen y
acechan , en esta función y en todas, siempre apelando a un razonamiento
responsable, y haciendo algo para ganarlo
; estoy seguro que vale la pena tomarlos.
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