Cuando alguien habla o escribe pensando en el
asentimiento de personas que ya lo tienen decidido, además de no esperar que
finalmente coincidan por razones diferentes a las que propone la opinión, con
un entendimiento y desentendimiento simultàneo en la comunicación es lo que
finalmente hace que el mensaje marche privado integralmente de algo distintivo.
El marco de la palabra dicha adquiere singularísima importancia, ya que el
sustento del lugar, la ocasión y espacio temporal del discurso cambian significativamente,
mas aùn luego de varios almanaques. Por estos días mucho se ha hablado de lo
que importantes dirigentes de la política y de la economía decían hace algunos
años y proclaman ahora. Reflexionando sobre el tema, y no quiere decir que
hayan cambiado, porque no se conoce al menos públicamente lo que proponen hoy
por hoy, hace como 20 años atrás un trascendente dirigente regional , hoy en el
ámbito legislastivo nacional ,con la anuencia por aquel entonces de muchos
lugareños patrocinaban la idea-fuerza basada en el desarrollo integral de Bahìa
Blanca , expansión que provocarìa el derrame regional económico basado
principalmente en la ocupación plena de los habitantes de lugares pequeños
circundantes a la capital del Sur. Pueblos como Coronel Dorrego, pasarìan a
funcionar como gigantescos dormideros, donde el trabajo en Bahìa, implicarìa el
viaje diario de sus habitantes, en una comparación de base como conciudadanos
del Cono urbano capitalino, que insumen un par de horas o algo màs en
trasladarse y regresar a sus hogares. No existía en ese momento alternativa
propia de matriz distrital para trabajarla, solo la base agrícola-ganadera en
los umbrales de su definitivo derrotero con muchísimo menos actores, lo que
generò , visto a la distancia, la entelequia que les relato. La fatídica
palabra derrame, fagocitada por la Era
menemista, en algo que nunca ocurrió, por el contrario no existió desborde,
sino achicamiento , todos sabemos que la vecina ciudad, importantísima, en los
últimos años ha tenido un crecimiento demogràfico para lo cuàl no estaba
preparada en ninguno de sus aspectos y hoy padece un nivel de desocupación e
indigencia de lo màs alto del país. Todo lo que brinda Bahìa Blanca como gran
ciudad, puerto, comercio, aeropuerto, servicios, profesionales, grandes
industrias, polo regional de todos los ámbitos, y que opacan singularmente a
pueblos vecinos, replantea modelos, obviamente lejos de los extemporáneos
vaticinios de vigentes representantes de esta Sexta Sección, que no cuenta, al
menos nuestro distrito con la merced etérea, de ser beneficiario alguna vez, de
una idea como la de aquella época, un poco màs terrenal claro, ya que nada ha
cambiado simplemente, que nos ponga en un movimiento esperanzado, al menos para
ser discutido. El anuncio oficial sobre la conformaciòn de la Junta de
promoción Industrial, màs alla del ajado y repicado título y las entidades que
la integran, me llevan a opinar que el funcionario que tiene a cargo la
comisión sabe de que se trata y què hacer con esa herramienta. Faltarìa conocer
sì puede y quiere concretar como alguien que conoce el camino. A priori aparece
como muy conocido el anuncio sobre las exenciones impositivas y la gestión para
ello, màs los controles ambientales y zonificaciones, llana tarea municipal , cosas
que ofrecen màs de 100 municipios bonaerenses bajo el imperio de la ley y que
cuentan con parques o sectores industriales planificados y que no asoman como
el gran gancho para inversores locales o foráneos que saben de la necesidad de
aportes estructurales importantes que actúen como verdadero impulso en
radicaciones confiables. Tambièn muchos municipios , no sòlo de esta Provincia
,saben de la realidad de este asunto y han revertido ciertas barreras con la
intervención cierta y directa, mas allà de la provisiòn de servicios básicos (
luz-gas-telefono) a tarifas subsidiadas, con el aporte económico efectivo en la
construcción de galpones y equipamientos industriales, con todos los recaudos
del caso para su posterior recuperación de esos dineros públicos en fondos
importantes como hasta $ 500.000 , que no se vislumbran como cifra
descabellada, por la importancia del intento y los parámetros presupuestarios
de municipios como el nuestro. El tema no es ajeno y mucho menos a las personas
que tendrán la responsabilidad de tratar de poner en marcha posibilidades
ciertas, si asì se lo cree, de inversiones donde espejos regionales concretos
de algunas entidades como la que nos ocupan, llevan adelante procesos de
aportes, de ninguna manera reñidos con la ganancia, en distintos servicios
públicos de gran repercusión. Variadas opiniones mereció el sistema cooperativo
de trabajo, administrado por el municipio, en cuanto a la falta de cobro de sus
integrantes. Sin dejar de reconocer en claro la responsabilidad y cumplimiento
de cada estamento, creo que la facultad municipal debe ser en todo momento de
apoyo a la prosecusiòn y consolidación del sistema , que vino a generar empleo
a muchos coterráneos en un ámbito donde no abunda la salida laboral y que puede
edificar grupos o personas afirmándose en un trabajo estable. El municipio debe
ponerse , como seguramente lo està , a favor del mantenimiento del sistema y
sus trabajadores y por ende usar estructura e influencia para el normal funcionamiento
de algo no reemplazable fácilmente desde la oferta con que cuenta nuestro
distrito.
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