lunes, 6 de julio de 2015

La Tapa:: lunes 6 de julio:: Dorrego Despierta:

La edificación de lo inexacto
Por Carlos Madera
Tuvo mucha repercusión en muchos ámbitos de un reciente editorial del diario La Nación titulada “La estafa de los planes sociales” donde señala que no pueden ser considerados un acierto de una gestión que lleva 12 años. Debería ser una medida de forzosa índole provisoria para hacer frente a una emergencia dice. Indica también que casi la mitad del presupuesto de planes sociales lo aporta la Anses, afectando la capacidad de incrementar el monto mínimo de las jubilaciones, cuyo valor también se ve comprometido por las moratorias jubilatorias que sumaron 3 millones de beneficiarios con aportes incompletos. Considera el editorial como planes sociales según datos de una fundación dependiente del grupo económico norteamericano Koch. Engloba como plan social a todas las asignaciones familiares y por embarazo, el plan conectar igualdad, pensiones no contributivas por invalidez o a ex combatientes, los planes de vivienda, la ayuda escolar, comedores escolares, plan argentina trabaja, manos a la obra, seguro de desempleo, urbanización de villas y asentamientos, microcréditos, y becas diversas. De la variedad de políticas sociales enumeradas , la idea que les conté al principio de medida de forzosa índole provisoria para hacer frente a una emergencia, se cae por si sola y muestra que se trata de una estrategia para oponerse a la permanencia de un amplio abanico de políticas sociales que buscan todavía igualar derechos en materia de maternidad, estudios, acceso a la vivienda o manutención en caso de invalidez. Aun en el caso de planes sociales para desocupados, atribuir su permanencia a un fracaso de la política económica es una verdad a medias. La tecnología en el mundo avanza de la mano en el retroceso de las condiciones y remuneraciones laborales y es muy difícil consolidar un esquema económico que garantice los derechos sociales a través de un empleo formal en el sector privado. Se debería debatir en todo caso cual sería la mejor política de intervención estatal para quienes no pueden contar con un empleo bien remunerado por la vía de mercado, pero nunca prescindir del Estado para la inclusión social. Esa es la verdadera discusión. Con los datos duros distorsionados entonces , es cierto que la opinión carece de elementos certeros para construir una ecuánime posición, aunque sin muchas ganas de profundizar al respecto. Concluyendo nuevamente en la cuestión del financiamiento, el grueso del aporte de la Anses a las mencionadas políticas se debe al pago de las asignaciones. Solo la universal y por embarazo corresponden a no aportantes al sistema y consumen cerca del 8 por ciento del presupuesto del organismo. No tiene definitivamente ninguna base real lo dicho y redicho y repetido erróneamente que las políticas sociales son financiadas a costa de la plata de los jubilados como se escucha. El 40 por ciento de los recursos del Anses proviene de partidas impositivas que le gira el gobierno nacional y el resto de los aportes de de los trabajadores y patrones a la seguridad social. En cuanto a la oposición a la moratoria jubilatoria que permitió incorporar 3 millones de beneficiarios con aportes incompletos, no se puede negar que son víctimas de décadas de desempleo, incumplimiento manifiesto en la retención y no aporte de empleadores de dinero confiscado, y precariedad laboral por extorsión de empleo. Por lo tanto su acceso a una jubilación es un acto de justicia social. La consideración mayoritaria, como en estos lares de desacuerdo a las políticas sociales de los últimos años, y no solo en la consideración política sino en la falta de implementación plena por sus responsables, hace de un adelanto para muchos, un servil escamoteo para parte de pocos.
Dorrego Despierta se emite de lunes a viernes de 7 a 9 hs por La Dorrego AM 1470

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