En el marco institucional que detenta el grupo de personas que
hemos elegido entre todos, a veces ciertas decisiones, y sin negar de ninguna
manera la representación conferida, no coinciden con esas adhesiones. La
prolijidad y el orden impoluto perseguido como rasgo medular de las ùltimas
administraciones municipales han cooptado pulcramente determinaciones de orden
popular, que no siempre tienen que ver con lo políticamente correcto. La
estètica perseverada mediante limpieza y modernidad, no en todos los casos conforma
rasgos genuinos alimentados por años en la habitualidad de la población, que no
se plantea cambiar ciertas conductas, siempre hablando de la moldura tìpica
pueblerina. Pequeñas o grandes cosas , depende como nos atraviese, esa es la
mezquina consideración definitiva, transigen un pàlido debate, de la población
digo, en cuanto a inferencias sobre problemas de unos pocos, que no llegan a
impacientar a muchos y que por el contrario, aun sin conocer en detalle el
tema, inclinamos la balanza hacia el supremo, eso sì hasta que nos toquen
nuestra silla. La importancia que reviste para este pueblo y su gente, la
existencia con màs de medio siglo en su calles, su idiosincrasia , nuestra
indiscutible identidad , todo representado por lo que hoy se llama Fiesta
Provincial de las Llanuras, excede de mayores fundamentos para justificar lo
innato, propio, ingènito de algo que ha sobrepasado la importancia de los
hombres y sus tiempos. Esto es distinto a todo, nada representa a Dorrego, como
su sentir surero y tradicionalista, acà es distinto, se vive , no es un
festival ni una celebración anual , esto es esencia del lugar, es costumbres y
modos y como tàl , tiene sobradamente ganado sus espacios, porque el pueblo los
eligió. Esto solo se compara, aunque muchos, demasiados para mi gusto, no
alcancen a dimensionar donde viven, con esos lugares que se identifican con el
orgullo primordial de su pueblo, puede llegar a ser una producción puntual, un lugar
histórico, o particularidades de la naturaleza que lo muestran especial,
inconfundible al resto. La postura de sacar de la plaza principal Manuel
Dorrego, los festejos centrales de la fiesta del pago, alarman sobremanera a
pocos, creo, sin tener en cuenta, principalmente, y reforzando una tendencia
dirigida a que cumpla otro rol, el principal y mas simbólico lugar de cualquier
poblado. En la plaza, ocurre todo lo que pueda manifestarse en pùblico , para
bien o para mal, la plaza da hasta para discusiones interminables sobre
inversiones , que seguramente la hermosean, pero no debates por la pertenencia de
la gente y sus espacios públicos, cada vez mas restringidos. En el lugar se
junta por antonomasia la gente ;disfruta , protesta, goza , todo junto y por
separado. La plaza le pertenece al pueblo y sus manifestaciones, todas. En lo
que nos ocupa, nada será igual, ya existen antecedentes, en una experiencia
cierta de traslado hacia el vivero Cristobal Hicken. Este, otro espacio público
muy caro a la población, donde en su oportunidad cuando naciò la brillante idea
de congregar el campo de doma en el fantástico paseo que tenemos los
dorregueros, surgieron de la misma manera voces en contra, advirtiendo sobre
posibles daños o roturas que provocaría un conjunto de gentes en el impecable
estado que presenta siempre el ineludible circuito dominical del pueblo. Nada
de ello ocurrió y la fiesta cuenta con la infraestructura y la logística acorde
con ese tipo de espectáculos. A quienes siguen resistiendo, fiel al legado,
pocos como sigo repitiendo y seguramente presionados por la incidencia del
importantísimo apoyo económico oficial para la Fiesta, no deben tener muchos
caminos para elegir, solo se trata, en este como en otros casos, leer al
pueblo, sin necesidad de ningún plebiscito o consulta formal, solo eso,
respetar escogimientos auténticos, naturales y con un enorme sentir popular. Se me ocurre, de suceder, nada va a ser de la
misma forma, y tendrá sus gestores . Lo que ha nacido de un modo espontaneo y
ya ni siquiera pertenece en forma exclusiva a sus mentores, por el
apropiamiento acreditado y renombrado de los dorregueros , habla de la esencia
misma de una hallada identidad, circunstancia que nos marca quienes somos y
donde vivimos.
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