Cuando en las ùltimas semanas varias personas de
la actividad política lugareña dieron su parecer a mi amigo periodista sobre
varios asuntos referidos al accionar dirigencial dorreguero, algunas dudas
aparecen como emergentes sobre lo leído. En declaraciones por lo que uno sabe,
meditadas, ya que fueron elaboradas con tiempo suficiente que permite el ritmo
gràfico y que por ende no están cargadas de la inmediatez que sugiere una
entrevista radial para ordenar o decir lo que muchas veces no se quiere,
resulta del conjunto cierta confusión que no es halagüeña en cuanto a optimismo
por lo que vendrà , con mas hoy de lo que se piensa, cuando erróneamente se
analiza un espectro político exclusivamente desde lo electoral. La diàspora del
peronismo en sus múltiples versiones, confunde aùn mas sobre la base de ideas,
ya no exclusivamente en el sui-generis vernáculo, donde aparecen variantes que
bien no se entienden , agregándole si se quiere circunstancias de contexto que
siempre tienden a justificar o excepcionalizar ciertos comportamientos de las
gentes. Dirigentes que se muestran abatidos por disputas que han durado no mucho
màs que lo que se extiende una campaña electoral, u otros que se muestran
dispuestos pero sin saber adonde pertenecen claramente, mas quienes disfrutan
de un Eden sin sobresaltos, conforman el mosaico. El bipartidismo dorreguero
siempre adoleció de decisiones estructurales propias sin pretender un divorcio
de escalones partidarios provinciales o nacionales que no incidieran en meneos
hasta ideológicos que los llevaran a mantener una identidad traspolada a
construcciones locales sòlidas. Guìas o líderes de probada militancia con
castidad partidaria parecen o serán seguramente en el nuevo espectro político,
sujetos del pasado, con anacrónicos atributos, asique esperar la aparición de
un líder carìsmatico, con imagen como les gusta decir, asèptico y neutro, fuera
de lo que significa una capacidad y conocimiento político que solo brinda la participación
y el compromiso de años tras una idea determinada sin derrapes que merezca
confianza en gentes que siempre pensaron lo mismo, aparece como ilusorio. No es
que no haya personas capacitadas, muy por el contrario, pero esto choca con
confusiones en determinaciones, sin la ética y el cuidado sobre las
organizaciones que suponen congregar adhesiones masivas, que ya se están
acostumbrando peligrosamente a cambios de rumbo o de vereda, que a la larga
merecen castigos .La mutaciòn al tanteo de la conveniencia, como tendencia de
época, hacia ese nuevo ejemplar social, al que muchos llaman “vecino”, capaz de
exigir cambiar hasta el pronòstico del tiempo, o decidir con su opinión sobre
leyes que no los favorecen , indudablemente desordenan o desorientan ideas
militadas durante mucho tiempo, pero erosionadas por estas causas. Si a esto le
sumamos palabras e histrionismo en una estrategia que viene acompañada de picos
emocionales que poco tienen que ver con un discurso político de substancia
ideológica-partidaria los resultados son impredecibles, a no ser de contar como
el partido oficialista ,con un escudo histórico costumbrista que no se ocupa de
analizar en demasía estos asuntos, y que lo han llevado a gobernar casi dos
décadas con resultados electorales sin ayudas políticas de otros escalones, que
quienes sì cuentan con ello, han desperdiciado sin tratar de revertir una
situación que los encuentra en un pico de posturas inconciliables, intolerancia
manifiesta ,que ha anidado sin lugar a dudas otros proyectos, que en mayor o
menor medida simbolizan una modernidad despojada de cimientos ciertos en cuanto
a formas definidas de desarrollar sistemas de conducción. Nadie tiene la
certeza sobre el comportamiento futuro de la ciudadanía en sus decisiones , eso
es un elemento que desvive en forma casi permanente a los distintos actores, pero
aparece fuera de contexto cuando la actividad diaria, la que fundamenta lejos
de elecciones, navega entre acciones casi ajenas a los últimos resultados,
porque unos no reaccionan de un revés histórico, otros no actúan sobre la
expectativa creada y el resto duerme un cansino camino que nadie discute le ha
sido extremadamente favorable en los últimos tiempos.
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