lunes, 22 de diciembre de 2025
CARTA A LOS REYES MAGOS por CARLOS MADERA MURGUI
Las cartas a los Reyes siempre han sido un acto de ilusión, magia, optimismo y amor, cifrada en una liturgia de tiempos inmemoriales Hace diez años en Ladorrego, claro, conducía un programa periodístico/ informativo, temprano de 7 a 9, que contenía una columna de opinión diaria, y que por estas fechas le mandaba una carta a los Reyes. Con la misma médula, pero actualizada, me permito una rehechura de aquella publicación. Mucho tiempo antes que Melchor, Gaspar y Baltazar, perdieran por goleada la marketización con Papa Noel, los chicos de mi generación escribíamos cartas a los Reyes, contándoles sobre lo bien que nos habíamos portado desde hacía un año, que hacíamos los deberes de la escuela, no decíamos malas palabras y comíamos todo lo que cocinaba mama, bien rico. Las consideraciones sobre nuestra conducta variaban según el pedido de regalo que casi siempre extremaba con una bicicleta o finalmente resignados con algún consejo progenitor culminaban con “ lo que a ustedes les parezca”, y “mucho se los voy a agradecer”. Los tiempos cambian, pero las ilusiones siempre siguen intactas, al menos para quien las intenta, las desea, para eso son esperanzas y anhelos.
En aquella carta del 2015/2016 me pareció atinado hacer el pedido sobre situaciones un poco más acordes a la edad, sin dejar de lado la misma magia en la fe y la confianza de los 7 años. Se escuchan como en la infancia variados pedidos que seguramente no todos, pero algunos como en la liturgia, serán satisfechos ya no por Magos de la noche del 5 de enero, sino por gente que no se hará del abastecimiento de pasto y agua para tamaño viaje, y que terrenalmente seguramente enfrentan situaciones desde su lugar de decisión más importantes, y
con menos ropaje, cosa que no entendí bien de infante, con semejantes temperaturas. Me cuesta
incluso encabezar la lista, pero pienso rápidamente y me imagino a mi madre apuntadomé “ que eso vale mucho”, y que “tienen que cumplir con todos los chicos que le piden”. Me gustaría poder pronto tomar agua de la canilla, con la suficiente presión para bañarme en el horario que quiera, como dijo mi mami, esto lo deben pedir todos. Que después de 20 años, alguien tome el problema como lo que es, con la debida aplicación y ocupación política para solucionar algo que se ha naturalizado y que no es así, no debería serlo. Que nos rebele la muda desidia de una planta de tratamiento, como monumento a la inacción y abasteciéndonos cuasi colonialmente. Tema fuera de agenda , tristemente hablando. Siempre con el agua, pero ahora la que viene de arriba, bendición natural para la economía distrital en lo rural, pero que impone un sufrimiento marcado para quienes viven en la ciudad y sus desplazamientos en días de precipitación, transformando a las calles de la planta urbana en un gigantesco canal de desagüe hacia el arroyo Las Mostazas, desde lugares mucho más altos desde el noroeste por arterias ya famosas, donde cruzarlas con pocos milímetros es una odisea, en un problema cada vez más serio. Si hace unos años, no tantos, el inconveniente no existía, no sería tan difícil al menos estudiarlo, Que siga mejorando, siempre se puede, el Hospital Municipal, con avances muy valiosos el último tiempo y con una ilusión de emparejar para todos los sectores de la población, prestaciones en salud, que todos sabemos siempre es una meta, aunque no significa que sea sencillo. El asfalto tendríamos que pensar en una reparación integral de todo el pueblo, se me antoja un trabajo de largo tiempo, y no pienso en un bacheo, siempre necesario, no poseo el dato de las calles asfaltadas , no en la época moderna , pero tienen muchos años y lo muestran. La nostalgia del pavimento articulado y sus cooperativas de trabajo, transformador innegable del paisaje, desarrollo y calidad de vida de quienes viven el sector noroeste del pueblo y por estos días “revolucionario” proyecto del radicalismo en Necochea, sería una alternativa ¿ fuera de época?- De allí pasamos a los adoquines, que después discutimos su retiro, tampoco recuerdo un mantenimiento de ningún tipo, aunque los argumentos parecen
atendibles para darles su despedida definitiva. El ingreso y tránsito del desmedido caudal de agua de lluvia conspira claramente con todo esto.
Un plan integral como el del asfalto, debería ser encarado en las
veredas. Muchas veces hemos abordado este tema, incluso sobre la costumbre de todos nosotros de caminar por la calle, con los consiguientes problemas y peligros, pero determinado por un grado de deterioro o ausencia, que de una vez por todas, y a pesar de existir muchos intentos y ordenanzas no pasan de eso, mereceríamos atender. Volviendo a las cooperativas de trabajo, abrirían en una explícita sugerencia, una alternativa para hacer frente localmente a la fabricación de materiales y mano de obra para la reparación y construcción de veredas.
Cosa cara, no solo en valor monetario sino para el desarrollo humano, la
posibilidad de contar con una vivienda propia. También lo hemos hablado en reiteradas veces. La construcción del macizo de casas en calle Gregorio Juarez, además de la prosecusión del plan municipal, que aunque escaso aporta y suma. Las últimas e importantes concreciones en ese sentido, en trabajo conjunto de nuestros representantes de gobierno, alientan para seguir sumando ante una demanda siempre creciente, y posibilidades cada vez más remotas a la luz de las realidades. Me permito, una reflexión sobre el tema
Procrear en Dorrego. Nunca fue apoyado localmente como correspondía y en el momento
historico de su concreción. Las autoridades nacionales ya han deslizado su desplazo, y se están rematando en el mercado inmobiliario terrenos que pertenecían al programa. El
tema de los terrenos descoloca o mejor expresado, aclara determinaciones políticas sin mucho estudio. La posibilidad del crédito procrear siempre estuvo
claro que era un crédito personal categorizado por el banco hipotecario y que las tierras eran compradas por los interesados en todos los casos, a partir de ese crédito y salvo excepcionalmente donde también acciones políticas estatales fueron en busca del problema y lo solucionaron. Escuchar entonces que el programa no llegaba a todos los sectores en franca critica al sistema y de pronto aparecer como posibilidad un cúmulo de terrenos dentro de un intento de
satisfacción de demanda, contradice necesidades de sectores que no tienen ni siquiera para el terreno, y menos entonces pensar en acceder a un cuasi negocio inmobiliario que poco tiene de extraordinario y accesible frente a los destinos
muy predeterminados del menú ofrecido para la casa propia en Dorrego. No es lo nuestro, sintetizan de escalones superiores, sin más explicaciones para la frase que implica claridades varias. ( involucramiento y gestión se llama), con al menos la discusión de estos temas estamos avanzando. Por último, poco se habla de laburo, como me apuntó un amigo. La tan odiada teoría del derrame, y que tantas penurias ocasiono en otros tiempos, se actualizó por estos días,
disfrazada como “ desborde”. El molde productivo del partido, netamente primario, ya no estaría en condiciones de encarnar esa posibilidad, tampoco todos pueden, ni están preparados para ser cuentapropistas o ser proveedor de servicios. Pero lo importante, más allá de lo que nos parezca a cada uno, es estar acá, alguna autoridad confiere en la opinión, más
aun en quienes hemos elegido para que nos conduzca. Así que, como cuando tenía siete años, les
digo, amados Reyes Magos, tráiganme lo que le parezca, se lo voy a agradecer, me olvidaba, rezo todas las noches y le hago los mandados a la abuela. Los quiero mucho.
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