viernes, 31 de marzo de 2017

TAPA "Dorrego Despierta" viernes 31-03


Sobre como se deberían seguir recordando algunas cosas

por Carlos Madera Murgui #

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Cuando precisamente más gentes hablan de estos temas que tendrían que ser más habituales, acostumbrados y continuos, creo muy atinado y totalmente en lugar tener a la vista ciertos conceptos.
Los debates sobre la política o sobre los basamentos ideológicos que representa cada uno, como si hiciera falta recordarlo a cada instante, tal vez desnudando una inseguridad que tienen que justificar a diario sobre ya no como piensan sino como actúan, sobrepasa y obnubila los temas que los ocupa.
Pasaron ya varios siglos desde que Maquiavelo, con fundamento republicano, escindió la ética de la política. Desde entonces empezó a quedar en claro que recorrían carriles separados. La política no se analiza desde lo privado, por donde no transita la historia. El hecho político es lo único que hay, lo único relevante para juzgar en política.

Todo análisis que se precie de político, pero que indague principal y medularmente sobre acciones personales y privadas son éticas y no políticas. Como a un científico, se lo juzga desde la ciencia, a un médico desde la medicina: a un político se lo juzga desde la política. Mucho no debe interesar, aunque los tiempos modernos nos lleven a colocar el carro delante del caballo, saber diferenciar lo importante de lo determinante, esa es la clave. Perdemos tiempos valiosísimos en detalles que no hacen al fondo del asunto,…. vaya asunto.  Están los malos y los buenos, todos juzgados por sensaciones, formas de expresarse, fachadas preparadas por expertos en imagen, que a la larga traiciona “ lo puro”, que como la corrosión aflora tarde o temprano , y allí comienza el problema. Las discusiones “ideologicas”, de las cuáles muchos no pueden participar , están al orden del día, y dirigentes que no saben lo que es sonrojarse, se despachan con espiches que refundan las teorías políticas más intrincadas ,que sólo buscan acomodar ciertas conductas o procederes en tan sui-generis perfil que se yuxtapone un interés particular indisimulado. La tendencia a librar un debate permanente en la clave de una moralina de buenos y malos, de puros e impuros hace retroceder hacia la reflexión ética de la política y nos deja desprovistos para volver a pensar las grandes exigencias colectivas de un momento histórico. El banal examen sobre la personalidad de un político o su pinta o color por encima de lo que piensa, apuntando hacia “ alguien nuevo y cristalino” se convierte en una demanda mesiánica y se aguarda la llegada celestial de alguien impoluto, que no despierte conflictos, no tenga amigos turbios ni acuerdos con nadie sospechado de serlo……….. No sólo que los Mesías no vendrán, sino que seguirán apareciendo falsos profetas, que no explican lo más importante ,que intereses motorizan y defienden las cosas que dicen o hacen, sin dejar en claro cuán lejos está eso del verdadero interés común. Somos impávidos testigos en cuanto a la conversión, mutación, transformación de personajes políticos que en la inmensa mayoría de los casos no le preguntaron a nadie, si lo que hacían era lo correcto y estaba contemplado dentro de los lineamientos partidarios del sector al que pertenecían. La verdadera ética pública, no solo hace mención a la inmoralidad económica, ( mal necesariamente erradicable), la política deberá apartar a gentes que viven de ella, que pese a una agresión y deslegitimación permanente al sistema, son los que corrompen ese sistema donde la ética también abarca las ideas.

# Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7  a 9 por Ladorrego AM1470

miércoles, 29 de marzo de 2017

tapa "Dorrego Despierta" miercoles 29-3-2017

Se abrió la caja de Pandora.
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Y salieron los monstruos, los monstruos de siempre, con apetito atrasado. Haberlos mantenido a raya fue una epopeya. No hay luz al final del túnel del tiempo. Son todas sombras. Antes fue Etchecolaz en lo de Mariano Grondona y hoy es Gómez Centurión en lo de Fantino. Debates de las dos partes, infamia de los dos demonios. Vamos a hacer un documental del Holocausto pero, por favor, no olvidemos el testimonio de los nazis. Tengamos memoria completa. El próximo aniversario del atentado a la AMIA no olvidemos de hacerle lugar en el palco a la delegación iraní. Contemos todo. O si no, mejor: a las víctimas del horror de Hitler, a los caídos bajo los escombros terroristas en calles porteñas, digámosle que ya basta, que ya está bien, que nada ganarán mirando hacia atrás, que den vuelta la página.
La caja de Pandora se abrió porque soplan nuevos vientos. Por eso el Secretario de Derechos Humanos habla de "rever contenidos educativos" sobre la dictadura cívico militar. Por eso, enseguida, una escuela pública hizo circular un video que trata de héroes a los represores. Por eso una chica puede ir siete horas presa por filmar a un policía abusando de los derechos de un menor. Por eso uniformados de civil pueden entrar a una pizzería y sacar de los pelos a mujeres sospechosas de quién sabe que.
Total, no importa. Nadie preguntará. Por eso efectivos bonaerenses no se esconden y preguntan a maestros de la Provincia si adhieren o no al paro. Por eso se infiltran sospechosos en asambleas de gremios en conflicto. Por eso la policía desata una orgía de balas en la Boca, miente sobre el caso y culpa a la mujer asesinada de haber tenido la deslealtad de haber asomado su cabeza mientras los tiros danzaban. Por eso se gastan dineros públicos (sí, estos también son “tus impuestos” y “la plata de los jubilados”) en sostener un sistema de espionaje y militancia en la protesta de AGR y trasladan de a cien gendarmes y carros hidrantes si, por ejemplo, trabajadores de SANCOR tienen la desfachatez de intentar conservar su empleo.
La marcha del 24 de marzo asustó a los monstruos. Porque como vampiros que son pierden el invicto apenas asoma la claridad. Ahí fueron, pues, los dueños de la noche. A seguir sembrando muerte. Se divierten. Gozan. Ríen como idiotas, en mala copia de un cuento de Horacio Quiroga. Babean. Escupen. El ejército de los mercenarios de la palabra.
Hay un desafío en estos tiempos difíciles: dar testimonio. Ser precisos y veraces. Ser confiables. Ser solidarios con el que cae. Crecer desde la base, postergando pequeñas miserias y egos. Aprender de lo mucho que nos equivocamos. No imitar al enemigo en sus formas. Es ahora. Antes de que sea tarde.


lunes, 27 de marzo de 2017

la tapa de "Dorrego Despierta" lunes 27-3-2017

Bajo el imperio de la ley
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De las 4.449 leyes que conforman el entramado legal argentino, 417 fueron sancionadas durante la última dictadura militar. A poco más de 33 años de la recuperación democrática, esto es casi el 10% de las leyes que regulan distintos aspectos de la vida económica, política, social y cotidiana de los argentinos.

Así lo reveló un trabajo de sistematización periodística llamado "Las leyes de la Dictadura" y llevado a cabo por el colectivo Sin Fin, con el apoyo de las ONGs Memoria Abierta y Bertha Foundation. Toda la información documental y la base de datos con cada una de las leyes está disponible en el sitio web www.leyesdeladictadura.com.

La periodista Luciana Rosende, quien encaró el proyecto junto a sus colegas Gerardo Aranguren y Javier Borelli, explicó: "Nuestro objetivo con este trabajo es abrir el debate. Tener más presente, poder pensar y preguntarnos qué implica la vigencia de todo este paquete de leyes, no sólo de la última dictadura sino de todas las dictaduras previas".

Las leyes de la última dictadura son sólo algunas de las leyes de facto que permanecen en nuestro digesto jurídico. Si se toman todos los gobiernos dictatoriales, la cantidad asciende a 998, o sea una de cada cuatro.

Pero una de las particularidades que tuvo la última dictadura militar a la hora de confeccionar sus normas fue la llamada Comisión de Asesoramiento Legislativo (CAL), una estructura de facto creada ad hoc para la sanción de leyes, mientras el Congreso de la Nación y los legisladores elegidos por el voto popular se encontraban proscriptos.

"Si bien el Congreso se cerró, lo podemos pensar como un Congreso de facto. Usaba el edificio y personal del Palacio legislativo y estaba diseñado para legislar", contó Rosende.

La CAL funcionó principalmente en el área del Senado y estaba integrada por nueve miembros, tres por cada una de las Fuerzas. Pasaron por allí 178 militares de alto rango que estuvieron encargados de confeccionar más de 2000 leyes entre 1976 y 1983.

"La CAL no sólo estaba encabezada por gente que no estaba formada para crear leyes, sino que en las deliberaciones se les daba un rol protagónico a los privados y a sectores económicos poderosos que intercedían para delinear algunas de las leyes, como por ejemplo la ley de Entidades Financieras, e impulsar así el proyecto económico que encabezaba Martínez de Hoz".

Tras el retorno a la Democracia, el primer proyecto que se envió al Congreso fue la derogación de la ley de Pacificación Nacional, conocida como ley de autoamnistía, con la que el último presidente de facto Reynaldo Bignone -en los estertores de la dictadura- intentó evitar que los partícipes del terrorismo de Estado fueran juzgados.

A su vez, en 1984, la ley de Defensa de la Democracia, derogó varios artículos y leyes relacionadas con la represión y eliminó entre otras cosas, la pena de muerte del Código Penal argentino.

"Con el regreso de la Democracia, si bien se avanzó sobre las leyes de cuño represivo, lo que se advertió al hacer el análisis fue que el espíritu de la dictadura quedó en algunas otras leyes como en las económico-financieras. Allí se nota claramente el modelo que querían y que lograron implantar".

En este sentido, el proyecto Sin Fin trabajó puntualmente sobre tres leyes: el Régimen Penal de Minoridad -actualmente en debate-, la Ley para el Personal de la Policía y la Ley de Entidades Financieras. Para su abordaje se realizaron entrevistas a investigadores, abogados, jueces y especialistas, más la consulta de material documental. Todo disponible en el sitio web.

Otras de las leyes que se pueden mencionar de esta etapa dictatorial son la Ley de Inversiones Extranjeras -que equiparaba a empresas foráneas con nacionales sin obligación de reinvertir en el país-, las que regulan la relación del Estado y la Iglesia, las que fijan la estructura judicial y aduanera y las tiendas libres de impuestos en aeropuertos.

Todo legal  

jueves, 23 de marzo de 2017

EDITORIAL 24 de marzo


Genocidio, a 41 años del horror

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El proceso político seguido en Argentina desde el año 2003 en relación con las políticas de memoria y el tratamiento del pasado reciente,  tiene que ver con la derogación de las leyes de impunidad, con la reanudación de los juicios contra los responsables del terrorismo de Estado, la recuperación de los niños apropiados, el dictado de diversas leyes reparatorias y las políticas referidas a los sitios de memoria. Podríamos enumerar otras medidas importantes, como las dirigidas hacia las fuerzas armadas, tratando de modificar los planes de estudio e instalar el tema de los derechos humanos. Para sintetizar, digamos que esta política tiene tres ejes, que son Verdad, Justicia y Memoria. Y esto no es tan simple, necesariamente, como parece.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Cómo explicar la singularidad del caso argentino? ¿Qué significa, por ejemplo, decir que trabajamos por la verdad? Porque hoy en el mundo es muy difícil encontrar un consenso acerca de una definición de la verdad. Por ejemplo, hay quienes plantean la cuestión como una lucha entre diferentes discursos, por imponer su verdad. Entonces ya la verdad no es una sola, y además la verdad tendría que ver con el poder.
Por otro lado, si pensamos la verdad en relación con la historia, el consenso es mucho menor todavía. Ustedes saben que también se enfatiza mucho últimamente que la historia es necesariamente una narración. Entonces, aunque no podamos caer en el negacionismo de los hechos, si es una narración tiene también necesariamente mucho de ficción. Me parece que lo importante de este proceso que estamos viviendo en Argentina hoy es que hay temas que no hemos analizado demasiado todavía. En general, partimos de una recuperación, de una valoración positiva de lo que significó en Argentina la gran movilización popular, la gran lucha de los años 70. Pero es posible tener diferentes miradas acerca de eso.
Entonces, ¿por qué a pesar de todo esto que estoy diciendo seguimos diciendo nosotros “luchamos por la verdad”? Bueno, porque en Argentina hemos vivido una operación criminal de una magnitud inimaginable, y un operativo de ocultamiento de una significación tal vez similar. Entonces, aclarar lo que pasó, ver cuántos fueron los desaparecidos, los presos, los niños apropiados, cuáles fueron las políticas, quiénes fueron los cómplices, quiénes fueron los ejecutores, tiene necesariamente una importancia central. Sin hacerse cargo de esa verdad de lo ocurrido es muy difícil pensar en la construcción de un país democrático y más justo.
Si uno piensa la política en función de valores, en función por ejemplo del valor de la justicia, está claro que hay que avanzar en el camino de la verdad. ¿cuál es el precio que hay que pagar por defender a ultranza la verdad? Que, hoy en la Argentina, quiere decir también cuál es el precio que hay que pagar por llevar adelante la tarea de la justicia sin condicionamientos ni limitaciones.
Después de que el presidente Alfonsín impulsó el juicio a las juntas, acontecimiento importantísimo como iniciador de todo un proceso posterior, poco tiempo después vinieron los reclamos de los militares, la expectativa que suscitó la reacción del gobierno enfrentando ese levantamiento, el apoyo que le dio toda la sociedad y la tremenda decepción de esa opción por la impunidad fue un precio muy alto que tuvo que pagar y que se vio en buena medida deslegitimado y arrojado del gobierno casi un año antes de que venciera su mandato a pesar de esta concesión que había hecho al poder militar. Sin embargo, quienes todavía hoy defienden esa política dicen “se actuó responsablemente”.
A partir de 2003, el gobierno de Néstor Kirchner manifestó, ya en un inicio, su vocación por desandar este camino e impulsar la nulidad de las leyes y el inicio de los juicios.
Pero la acción de la justicia también fue y sigue siendo problemática. Entonces aparece gente que dice “¿Y hasta cuándo van a seguir los juicios? Porque está bien que haya juicios,  ¿vamos a seguir durante años, y entonces vamos a vivir permanentemente sobre ascuas?”. Yo creo que los que pueden vivir sobre ascuas son aquellos que todavía no han sido procesados y podrían, tal vez ahora no, razonablemente esperar que les tocara. Por otro lado, hay países europeos en los que 60 años después del término de la guerra seguía habiendo juicios.
Y ya que hablamos de la verdad antes, y de la justicia ahora, el caso argentino tuvo una singularidad, los juicios de la verdad, que fue una estrategia, como lo fueron también los juicios en el exterior, de reemplazo frente a la imposibilidad de llevar adelante los juicios en el país por la vigencia de las leyes de impunidad. Estos juicios tuvieron un efecto muy importante, asociaron la lucha del movimiento de los derechos humanos con el valor de la verdad. Además, la revelación de los crímenes en los juicios de la verdad fue también otro elemento que hizo más difícil el sostenimiento de las leyes de impunidad.
El tercero de los pilares de esta política es la memoria. Y si los otros dos eran problemáticos, la discusión sobre la memoria es más complicada todavía. En primer lugar, porque a lo largo de la historia, ha habido más propagandistas del olvido que de la memoria. Si uno piensa en quiénes se identificaron a rajatabla con la memoria, la verdad es que sólo aparece nítidamente la historia del pueblo judío, el pueblo del Libro. Entre los judíos se ponían sanciones que establecía el Talmud a quienes no recordaran. Esto puede resultar paradójico, porque desde hace tres décadas, se asiste en todo el mundo a un importante esfuerzo de memoria que marca también un giro significativo en el mundo de la cultura. No siempre está claro, sin embargo, el sentido que tiene para todos este trabajo de memoria. Se ha dicho que las iniciativas de memoria proliferan como compensación, en la medida que se ha perdido un proceso espontáneo de transmisión entre generaciones y se debilitan las ideas que sustentaron durante mucho tiempo la cultura y la política de la Modernidad: cuando el presente se estrecha ante las vertiginosas transformaciones técnicas, científicas y culturales, este retorno hacia el pasado tendría que ver con la pérdida de expectativas sobre el futuro. En ese contexto, muchos entienden que se recupera un pasado que se considera muerto, en la medida que las opciones políticas y culturales de ese mundo ya no son las nuestras. Sin embargo, este esfuerzo de Memoria no ha impedido que en la mayoría de los países latinoamericanos que padecieron dictaduras se haya limitado mucho el juzgamiento de los responsables, que en Sudáfrica se haya ofrecido el perdón a todos aquellos que declararan la verdad o que la tímida ley de Memoria Histórica española no haya logrado avances significativos. ¿En que se sustenta esta peculiaridad del caso argentino? Es necesario encontrar la explicación en las condiciones en que se dio la transición a la democracia y en los procesos políticos de cada país, porque no creemos que existan, en principio, pueblos virtuosos y otros que lo sean menos.
No creo que razonamientos de este tipo, si bien algunos los hacen, tengan vigencia en el caso argentino. Por otro lado, el caso argentino tiene también dos particularidades muy notables. La primera es que acá no hubo una transición pactada. Ustedes recuerden que el mismo general que era presidente durante la guerra de Malvinas, menos de un año antes dijo “las urnas están bien guardadas”. Muy distinta fue la situación en Brasil y Chile, con dictaduras que se prolongaron mucho en el tiempo y que pudieron pactar ciertos elementos que garantizaban su situación durante la transición.
El segundo elemento notable –y esto no es novedoso decirlo- es que aquí en Argentina se dieron situaciones, no sólo tan traumáticas, sino de vigencia tan continuada, que hacían mucho más difícil el olvido y la aceptación de la impunidad. Todos sabemos lo que implica la figura del desaparecido, la imposibilidad del duelo, y ni hablemos de lo que significa la figura de los niños apropiados, porque tenemos el ejemplo extraordinario de las Abuelas, que, siguen buscando a esos niños y los van a seguir buscando siempre. Porque es muy difícil imaginar que pueda aceptarse esa apropiación como una cosa que pasó. Por supuesto que lo que está ocurriendo hoy no se explica simplemente como consecuencia natural de estas situaciones. Tuvo que ver con una lucha del movimiento de derechos humanos, que es el dato más importante de toda una época argentina, y con una decisión política notable del presidente que asumió en 2003.
Estas políticas de memoria y las miradas sobre el pasado reciente, han pasado por dos etapas. A comienzos de la recuperación de la democracia, el relato dominante sobre el período dictatorial enfatizaba la responsabilidad de dos sectores que se habían enfrentado con las armas, equiparando, de algún modo, a la dictadura y a quienes la habían enfrentado, Esta versión, –conocida como la teoría de los dos demonios- permitió acusar a los jefes militares como ejecutores del terrorismo de estado, en un juicio que contribuyó significativamente en la toma de conciencia pública sobre los crímenes de la dictadura.  Pero esa política presentaba carencias muy serias  además y ubicaba al resto de la sociedad como mera espectadora del conflicto, desconociendo tanto el apoyo que en un primer momento un amplio sector dio a las organizaciones armadas como el rol activo de muchos sectores de la sociedad civil en la preparación y el apoyo al golpe militar.
Esta lectura del proceso dictatorial, que no profundizaba los conflictos sociales y políticos que la antecedieron, debía necesariamente jerarquizar la figura de la víctima, acompañando una tendencia que se ha vuelto dominante en muchos países que sufrieron masivas violaciones a los derechos humanos. La reacción de horror frente a la monstruosidad del proceder de la dictadura se acompañaba así del homenaje a quienes habían sido sus víctimas, pero este reconocimiento era parcial, puesto que se trataba de ciudadanos cuyo compromiso social y político no era conocido o se evitaba difundir. Esto también produjo como efecto un gran desatención acerca de lo que  había significado el proceso previo a la dictadura en la política argentina, sobre todo en los años 73 y 74, que fueron de una riqueza tremenda en cuanto al debate político, la movilización y el surgimiento de un proyecto emancipatorio.
A medida que se comprendió que el mejor conocimiento de los aciertos y errores de las organizaciones populares no podía ser utilizado para justificar el golpe militar ni para evitar la condena de sus responsables, comenzó a desarrollarse gradualmente una visión más rica de lo ocurrido en los años de plomo y al mismo tiempo se enriquecieron los trabajos de memoria. Los desaparecidos comenzaron a ser reivindicados en su individualidad, en su actuación en los distintos territorios y lugares de trabajo, reconociendo su actividad política, social y cultural.
Para contestar estos interrogantes, el arte y la cultura tienen un  rol central. Para alumbrar la tragedia desde las más diversas perspectivas, para un diálogo fecundo entre las artes, las letras, el pensamiento y la investigación, para encontrar los modos de interpelar al pasado que permitan a nuestro tiempo recuperar una expectativa de futuro, la tarea es apasionante y el desafío no es menor.

En esta perspectiva la tarea de memoria, tal como intentamos con criterio plural practicarla desde aquí,  no es sólo la recordación del horror de los crímenes ni el merecido homenaje a las víctimas. Hacemos memoria del genocidio porque queremos que el recuerdo  de esas prácticas aberrantes quede grabado en la conciencia de la sociedad argentina, impulsando la condena de éste y todos los genocidios –como el que se practicó con los pueblos originarios- pero hacemos también memoria de las luchas populares por otras buenas razones. Porque permite comprender mejor la naturaleza del conflicto sobre el que se instaló la dictadura y advertir, además, cuánto tienen de actual los ideales y aspiraciones de esos militantes que los golpistas desaparecieron y asesinaron.

miércoles, 22 de marzo de 2017

tapa "dorrego despierta" miercoles 22 de marzo 2017

Cambiaron

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Para pensar la “foto” de noviembre de 2016 podríamos forzar un poco la realidad y decir que probablemente el país sigue dividido en dos grandes universos sociales, o por lo menos simbólicos, sobre cuya cohesión y tamaño nos estamos preguntando después de un año del ballotage.
Y “el 49 por ciento” (apenas un poco menos enigmático que “el 51”) tal vez esté sumergido en la perplejidad: las cosas fueron mucho más allá de lo que temíamos.
Durante la campaña electoral de 2015 se dijo exagerar un poco cuando se alertaba contra los peligros del macrismo en el poder.
Primero, porque no se creía mayormente posible un triunfo de Macri. La derecha nunca había llegado por las urnas, y menos que menos esta derecha vecinal, capitalina, que carecía de estructuras propias en el resto del país y, sobre todo, en la estratégica provincia de Buenos Aires, la que define la elección.
Los altos números de las encuestas eran buenos para Macri, péro tambien el recurso a mano de pensar que las encuestas no son muy confiables y que la han pifiado más de una vez.
No, no había forma de que Isidoro Cañones, tan porteño, tan indiferente al Interior, cautivara a las provincias.
Estaba claro que los grandes centros urbanos eran bien hostiles al kirchnerismo, pero en la presidencial de 2011 no alcanzaron para frenarlo. Se alertaba contra la derecha del PRO porque la derecha nunca les conviene a los trabajadores y a las mayorías. Incluso,se decía, en el muy hipotético caso de que llegaran al poder no se atreverían a atropellar los grandes logros obtenidos por los sectores populares porque para ellos sería un suicidio político.
Aún con la indefendible gestión del PRO en CABA en estos años, era imposible avizorar una derecha tan brutal como la que gobierna el país.
Ahora, ¿por qué seguir fastidiándonos con los “errores de cálculo” un año y algo más después de que el país cambiara de mando? Porque  creo que hay algo que no se entiende del presente.
En CABA habían aumentado aceleradamente los impuestos, sí, y mutiplicado el endeudamiento de la ciudad por cuatro. Reprimieron con dureza en algunos episodios. Incumplieron promesas , pero no tuvieron una política arrolladora de empleos del Estado, persecusiones masivas de trabajadores y de críticos del macrismo, ni, claro, una cruzada contra el kirchnerismo con una Justicia que todavía no controlaban.
Quiero decir que esta derecha gobernando el país es bastante diferente de la que sigue mandando en CABA, aunque sea su hija. Y eso lleva a estas conclusiones: 
Si yo, ciudadano politizado y conectado por mi trabajo con la información, no alcancé a imaginarme, aunque lo sospechaba, la versión nacional de Macri, con toda probabilidad hubieron millones de sus votantes que tampoco lo previeron.
Es necesario caracterizar adecuadamente a este otro actor que gobierna el país con una intensidad y alcance que nos deja perplejos.
Hoy no es el PRO y sus aliados, sino una coalición mucho más poderosa y diversa. En ella opera una sinergia de partidos de centroderecha, el poder económico, el mediático, el judicial, las corporaciones, ONG y fundaciones, la cúpula de la Iglesia y las conducciones de DAIA y AMIA, además de la presencia activa de las embajadas de Estados Unidos y de Israel.
Es decir que estamos frente a un actor conjunto que tiene diversos núcleos de poder. Y, consecuentemente, el alcance de sus políticas se proyecta más allá, con el propósito de refundar las condiciones de los sectores económicos, del capital y el trabajo, la arquitectura social y legal del país, y su inserción en el mundo. Salvando distancias que, por fortuna, aún son enormes, este sería el Proceso de Reorganización Nacional por otros medios.
Por supuesto que estaban en germen en la experiencia de CABA muchos rasgos del macrismo país. Pero, obviamente, no tenían a su cargo la negociación con los buitres ni el endeudamiento nacional, ni las relaciones exteriores, las políticas impositivas, de seguridad, ni las políticas agrarias e industriales, ni el mundo del trabajo y los salarios.
Este despiste sobre lo que haría la derecha en la casa Rosada muestra lo fácil que es confundirnos con las señales del entorno.
Las propias dirigencias gremiales mostraban ante el gobierno de Cristina una independencia que hoy no asumen frente a Macri.
En parte se explica porque no estaba en la naturaleza del gobierno anterior la amenaza sistemática. Hubiera sido contrario al espíritu de un gobierno que apoya a los trabajadores.
En cambio, este gobierno está apoyado en los empresarios y tiene un indisimulable tufillo anti-trabajadores.
Algunas cosas eran previsibles: el ajuste, el giro radical en la negociación con los buitres, las concesiones a los capitales exportadores, el frenazo a la Ley de Medios, el recorte a los recursos de las universidades y el sistema científico, el semi congelamiento en las políticas de derechos humanos, y también una acción revanchista, tal como lo esperaba una buena parte de sus votantes.
Pero no entraron en los cálculos la persecución y despido de empleados públicos, los descomunales tarifazos y, sobre todo, lo más importante, lo fundamental, la feroz aplicación de sus políticas de desmantelamiento de las condiciones de vida de las mayorías y de los derechos adquiridos que no tiene límites.
Estamos frente a un actor de mil cabezas distinto del que imaginábamos, y con una ferocidad y capacidad de respuestas inédita. Acaso un actor más parecido a la coalición que en 2008 encabezó “el campo” y puso entre las cuerdas al gobierno de CFK. Un consorcio de poder con asistencia perfecta.
Al mismo tiempo, Macri sabe que el PRO es una minoría cuya supervivencia en el gobierno depende de mantener dispersa a la oposición.
Si es así, entonces las respuestas de los sector populares, todos, deberán ser más firmes y articuladas que nunca. Como ven, saber o no el haber mínimo jubilatorio en el país que gobierna, pasa a ser un gravísimo hecho dentro de un anecdotario que es muchísimo más amplio, por importancia y por implicancia, como por ejemplo hablar textual “sobre los que tienen la desgracia de caer en la escuela pública”……….porteñismos sectarios que le llaman….. Rompemos.





lunes, 20 de marzo de 2017

TAPA "DORREGO DESPIERTA" LUNES 20 DE MARZO 2017


la gratificante sensación de rasparse de vez en cuando
por Carlos Madera Murgui #

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Los oyentes, aquellos frutos apetecidos por todo comunicador o escriba , en  nuestro caso,  oyentes y lectores por los adelantos tecnológicos, que trasmiten lo que decimos por este medio; algunos nos dicen que ustedes son los que deben decir, aunque a veces ellos mismos oigan o lean con barbijo, por la contaminación, vieron..  Un periodista me parece debe saber dentro de que limites actúa y de que instrumentos dispone. Con una honda no debería arriesgarse a enfrentar a Goliat porque eso, es solo verdad en la leyenda. En cambio, de contar con un alto poder ofensivo, seria cobarde dedicarse a atacar a los más vulnerables o apartados,  territorialmente digo, cuidando de meterse con las más poderosos, como tantas veces ocurre, más aun si están cerca.   El no haber faltado, a lo sumo pospuesto, la invitación lunes a lunes del conductor de este programa, no le da valor a los contenidos aun en la tenacidad de la asistencia.  Los oyentes, porque insisto, es esta una audición radial, perdona la mediocridad o la ligereza,  porque están acostumbrados, no porque su rigor no mida una opinión sino que vive y escucha un mundo y un pueblo donde el sin vuelo ni ingenio no lo sorprende, ni siquiera le molesta. Por el contrario no se entiende bien, por donde pasa lo importante;  asistir al denuedo diario de querer convertir minusválidos hechos en el altar del acontecimiento diario, donde prenden un fosforo y lo convierten en un incendio muy publicitado. No se puede contar sin sentir y fundamentalmente tratando de cambiar algo, para eso hay que estar cerca y no mensura su importancia, si se perdió un perro o está por renunciar el intendente. No nos dictarán lo que quienes nos comentan nuestros dichos que están ansiando que nos ocupemos de lo que quieren. Ustedes se deben ocupar; porque nos lo dicen además;  "la sutileza con la cual comunicas tu opinión no es masiva; la entiende solo el destinatario cuando quiere, pero no el gran público oyente."  Ahora pregunto ;  cuantos somos y me incluyo, de decir por pensamiento de otros que percibimos cotidianamente en nuestro ámbito,  muchas cosas que otros no se animan o es justo aclararlo tal vez no tengan la posibilidad de decirlo, cuantos somos ?  Acaso la labor y se presume no tan imparcial, de los concejales, dirigentes o los mismos simpatizantes a partidos políticos en especial, instituciones de variada actividad o cualquier otro protagonista de nuestra comunidad no tiene derecho y herramientas de hacerse escuchar con la misma vehemencia, valentía o coraje que reclaman de aquellos que a su vez empañan. En la antigua cultura celta el degollamiento era un ritual y una creencia, la cabeza es el sitio de la mente.  Hoy para producir decapitación masiva sin evidencia física hay otros métodos menos toscos y eficaces a la que,  la oferta mediática contribuye, pero no construye es bueno aclararlo también. No le pidan todo al mensajero, somos pocos y nos tienen vistos, la participación y el decir llano y directo ( no ofensivo ) de acuerdo al pensamiento, en la opinión y el decir de cada uno debe ser común, entre las gentes que quiere y tiene algo para decir. Eso de sostener anda a pelear vos, que yo te tengo el saco, de tan viejo suena reciente. El cuero se nos raspa a todos por iguales, solo que a algunos les cuesta un poco más,  siquiera intentarlo.
# Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7 a 9 por Ladorrego AM1470.