Caminar
sobre las brasas, responde a una necesidad; manifestar lo oculto, denunciar lo
indecible, observar lo que nadie quiere ver, escribir diciendo sobre la
historia de quienes aparentemente no la tienen, de los que no cuentan con la
menor oportunidad de hacerse oir. También tiene sus riesgos. La inmediatez de
la radio refleja mejor que ningún otro medio los problemas sociales, la
situación de los olvidados, la amnesia de lo no olvidados, la memoria oculta, las
espaldas de las gentes que sabe que le miran a la cara y asi poder lograr que
lo escuchen. Si el auge del testimonio de las personas es grande, es porque hay
zonas por descubrir dentro de la sociedad, aristas que no ven el sol, todavía
se palpa que no todos somos iguales, la historia oral diaria desnuda que no
somos iguales, que padecemos situaciones que parecen contadas, vivencias
insospechadas, casi ajenas, con testigos hostiles a conocer las verdades de su
propia realidad. La crónica de la vida de personas y sus días, sus gustos y
ambiciones, sueños y quejas, el solo contacto con tanta gente que estuvo aquí,
nutre de una manera muy especial donde cientos de personas que piensan o no como
uno, enriquecen silenciosamente a quienes tenemos ciertos privilegios, como
preguntar y opinar. Las múltiples entregas de los que han confiado en conversar
sobre situaciones y pensamientos personales, las voces que convergieron en ni
siquiera imaginarse que lo suyo era una historia, o los que dicen seguido y
actualizan sus preocupaciones y propuestas. Las coincidencias manifiestas que
pueden escuchar con ciertas personas es una identificación por demás estimulante,
agradeciendo a mucha gente que ayuda a
estar conectado a un cable de alta tensión, siempre al punto del cortocircuito,
porque no se concibe otro modo en el sentir las cosas. Se dice que uno de
joven, se anima a cualquier cosa, porque ni cuenta se da, de lo que dice. Ya a
los mayorcitos no nos cabe, y lo dicho por bastante tiempo, dicho esta,
firmado, hablado, comentado y con los cueros a la vista, asi de sencillo y asi
de importante, donde decir no es intrascendente, al menos para todos los que
hemos hecho este programa, de eso se trata, de decir y ponerle la firma,
trasladar es importante, decir lo de otros también, pero decirlo por uno es mas
importante aun, asi lo hemos sentido. Pretendimos ser un programa
específicamente político para una población o una audiencia no muy acostumbrada
a que le digan lo que no quiere oir habitualmente, además lo nuestro fue
opinar, como tantas opiniones escuchamos y difundimos.El año termina difícil
para el medio, nunca fue facil, pero esto es distinto. El transcurrir , dentro
de lo que los mas esperan, se convierte en un compromiso con multiples riesgos,
nadie està obligado, lo sabemos, solo que, la satisfacción de decir lo que se siente,
piensa y reflexiona, y tan luego por radio, esta radio, créanme colma
enormemente.
Buen programa, aunque la mayoria de las veces no coincida con lo que se diga.
ResponderEliminar