Definime qué es calidad de vida. Este fue el sutil eje de debate de la reanudación del ciclo Mesa de Café, que se emite por LA DORREGO los miércoles, a las 10,30, con los periodistas Carlos Madera y Pablo Marcó.
También se repasaron los temas más sobresalientes de los últimos meses en el convulsionado verano del gobierno de Raul Reyes.
La aceptada dimisión del director de Obras Sanitarias, con una posterior denuncia penal por parte del concejal Barcelona, emergieron dentro de vaivenes y definiciones políticas erráticas y como si fuera poco, un vuelco en la decisión judicializada del tema agregaroncondimentos para una más que ya “ desprolija” acción administrativa, convertida en álgida discusión sobre la inefabilidad de los sistemas de control, llámese RAFAM o el propio Tribunal de Cuentas.
La irrefutabilidad de los hechos, que nadie negó, por otra parte, hacen robustecer la pifiada acción política del oficialismo. También el sorpresivo o no alejamiento de Ariel Brito, de la dirección de Servicios, sin que aún haya sido reemplazado, fue parte de la conversación. Se mencionan algunos nombres en fuentes confiables, pero negados por los propios interesados.
Otro de las “ picos muy altos” de la discusión en la actividad política/ gubernamental fue, sin dudas, desde que se inició la obra pública, aunque para no ser injustos, no toda sino la semipeatonal y los desagües pluviales de avenida Ricardo fuertes.
En esto último, pese a las reiteradas disculpas del área de Obras públicas, no convencieron para revertir lo que a vio a la luz del día, como calidad de los trabajos, previsibilidad y fundamentalmente la improvisación sobre aspectos relacionados a tamaña obra.
Los periodistas también recordaron lo comentado y opinado desde hace cinco años al menos en el mismo espacio, sobre los créditos PROCREAR , que a tantos argentinos pusieron en una situación de llegar a algún lado, como es la casa propia. Después de ese lapso la comuna dorreguense en forma oficial dice que dispone de 201 terrenos, cuando en su momento decenas de dorregueros, no pudieron acceder a su posibilidad crediticia por falta de tierras, cuando era real y desde el gobierno de Osvaldo Crego, se disponen por compra más de 200, junto al campo de deportes del Club Ferroviario solamente, adquiridos en su momento para el frustrado plan federal II. La decisión política de no acompañar la histórica posibilidad de muchas personas para hacerse de su vivienda, la falta de acompañamiento en las gestiones oficiales, pero, fundamentalmente, negar la venta de tierras a interesados bajo el paraguas de un crédito estatal hicieron que el tren, finalmente, pasara de largo.
Pero lo más sustancial del debate, ante la insistente frase a todo nivel (nacional, provincial y municipal), típico de manual, pronunciada por tipo de dirigentes “tratando de mejorar la calidad de vida de los vecinos”, fue cuando surgió hoy por hoy, qué significa mejorar la calidad de vida de la gente.
Es indudable que la obra pública, no toda, mejora la forma de vida. Pero también la mejora, y de forma directa, poder pagar la luz, el gas, no pasar frio, vestir a la familia, llegar a fin de mes con los paupérrimos sueldos, teniendo en cuenta los desorbitantes aumentos de los últimos tiempos, y la esperada merma del poder adquisitivo del salario sumados a los índices de inflación, mandar con lo necesario, los chicos a la escuela, soñar con tener un descanso anual, una casa, un autito. Esto es básicamente calidad de vida, para la cual el oficialismo y sus dirigentes en Dorrego, no sólo se opusieron a un reclamo en representación de la población, sino que, por el contrario se mostraron a favor, como en el caso de la energía eléctrica, asfixiando a la economía toda, laburantes y comerciantes, y todo tipo de engranaje productivo.
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