" Nostalgian situaciones de los peores recuerdos"
por
Carlos Madera Murgui
La democracia, como sistema tan recordada y conmemorada en
estos treinta años de existencia ininterrumpida, en el periodo mas largo desde
la ley saenz peña, aparece , y como debe ocurrir sintetizada en la evocación de
quienes han llevado adelante este transcurso. Si se recuerda todo lo desandado
como logro y por imperio de todos , también todos tenemos la responsabilidad de
cuidar la institucionalidad de todos los niveles de los gobiernos y
regulaciones estatales mediando el estado de derecho, que significa , mucho mas
que el voto, emblema de la democracia, que por supuesto implica obligaciones
que fecundan una verdadera vida en sociedad. Si se pasa revista a los últimos
acontecimientos la mayoría parece regodearse , por encima de hechos delictivos
condenables en la circunstancia que fuere, de la desestabilización no de
gobiernos, a quienes les ha tocado la anarquía y la turbación con inicio en el
abandono de la seguridad publica por parte de la policía, sino del sistema que
evidentemente no ha logrado transformar , ya no realidades sociales y
económicas, sino la mente perversa, de amplios sectores de la sociedad que
subidos a derechos que sì gozan en democracia, nostalgian situaciones de los
peores recuerdos. Pero impulsar escenarios de violencia y desorden desde la
perspectiva y la opinión política y primordialmente con sonrisas maliciosas por
parte de comunicadores, que creen muy convencidos que la tarea desastabilizadora
e empiojante es hacia un gobierno , que por supuesto, va con la responsabilidad
que le compete, pero que irremediablemente termina con muertos, de los que ellos
pretenden defender. Porque siempre termina con muertos, y los paga el mismo
sector. No quieren la democracia, no quieren la igualdad, es viejo que no
quieren este gobierno, como no quisieron ninguno, excepto Menem que manejaron
ellos, y que haya elegido el pueblo. Ese electorado , que vota estos gobiernos
,de baja credibilidad intelectual, especialmente en provincias norteñas, donde
la piel se torna un poco mas oscura, también merma la calidad del voto. Ni
hablar de sectores de concentración de población, llamese, cono urbanos de
grandes capitales donde se usan privaciones de larga data , atenuadas , digo
atenuadas en los últimos tiempos, como rezos de campaña, pero lejos de creer ni
siquiera en reconocer dichas carencias. La exasperante y vergonzosa pasividad
de la justicia ante claros delitos de sedición, la ausencia total de fiscales y
jueces que actúen ante la emergencia como poder que son y solo lo recuerdan
cuando tienen alguna diferencia con otro de los poderes, citando hasta el
cansancio la constitución nacional, como si esa regla madre, solucionara desde
su sorda existencia los problemas y vicisitudes de la población , que ellos
desatienden ante casos concretos como el policial, autodenominados sin la
existencia de las jerarquías. No sorprende lo del gremio de camioneros, que
siempre pueden luchar para mejorar sus salarios, como cualquier otro trabajador
, incluso el policial, tampoco lo de La Nacion, o la mesa de enlace, defensores
claros de interés minoritarios, todos dentro de sus derechos comunitarios, lo
que si no pueden hacer es conspirar desde sus disidencias contra la paz y la
tranquilidad de todos los habitantes. La
democracia, claro que la hacemos entre todos, pero no solo estando a favor de
un sistema, sino protagonizándola, y no desde un cargo, sino desde la
responsabilidad, con derechos y obligaciones que nos marca el vivir en democracia.
El apocalipsis no aparece nunca muy claro cuando es presentado , sino en sus
consecuencias de animos alterados y miedos puntillosamente construidos por los
efectos de la deudas de las democracia, que todos debemos trabajar. Las historias contadas minuto a minuto por la
irresponsabilidad de no muchos, pero que sì edifican y forman opinión en la mayoría,
conspiran claramente en la forma del infundio y la aversiòn a la violencia. Que
existen delicuentes que aprovechan estos casos e incluso son alentados a
generar actos de robo y vandalismo,…. tristemente cierto. Que existen amplias
franjas de población con carencias , ya no de momento, sino prácticamente
existenciales,…. también lo es. Ninguna situación justifica nada. Los policías
son trabajadores sì- son iguales que el resto no- Deberian tener un sindicato o
agrupación si- De que modo se encara esto, no lo se- en 2010 y en el boletín
oficial aparecen tres pedidos denegados de la policía por tratar de agruparse,
con fundamentos se les niega desde el ministerio de trabajo, dicha posibilidad-
existen agrupaciones de hecho, no reconocidas, si existen- desde esa fecha
todos los legisladores sin excepción no han sabido o no han querido encontrar
la forma de organizar un muy singular grupo de trabajadores, que por su natural
existencia y para lo que fue creado, comete delito de sedición protestando
armado ante poderes a los cuales debe obediencia en plena democracia ,y
funcionamiento de las leyes vigentes, para la seguridad de personas y bienes.
No conspiran, y no hablo en especial, de quienes deben ser escuchados como
cualquier habitante y trabajador de este país, no van contra un gobierno, que
además eligió el pueblo, sino precisamente van contra la mayoría de ese pueblo.
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