por Carlos Madera Murgui #
Cuando por estas últimas horas, escuchamos impávidos o no tanto, según quien escuchó, distintos aspectos y opiniones sobre la decisión muy conocida de la corte suprema de justicia reflexioné con un tremendo dolor sobre este tema.
A pesar de ser una persona de memoria selectiva, como todo
humano, que no prefiere, no puede o no
quiere acordarse de ciertas cosas, me detuve a hurgar en una visión
retrospectiva sobre aquellos días. Recordé el movimiento mundial desde el mayo
francés hacia aquí, desde el acceso a distinta lectura claro, en una juventud
donde la chapa pasaba por eso, por estar
informado, ser un tipo culto, preocupados en la profundidad de pensamientos,
soñando con la universidad, meca de las capacidades, acompañado por amigos en
la misma, gente sana, que me aporto mucho de lo suyo, como debe ser la amistad.
Desde la ilusión de una generación, pensante,
comprometida, con creencias, de variada mirada, con un perfil humanista,
algunos en acción católica, en clubes
de fútbol o basquet con toda la pasión que brindan los años jóvenes, con
proyectos disimiles que a varios no se los trunco la vida. No hay que dejar de pensar en esos
comentarios y tomarlos en cuenta, muy en cuenta , no porque la horda asesina
haya tenido éxito, que vaya si lo tuvo, sino por qué nadie hace nada solo, de
la magnitud de estas bestias delincuentes en ningún lugar del mundo,
menos en nuestro país, y mucho menos aún en nuestro pueblo. La
complicidad sin comillas de gran parte de los habitantes, avaló la dictadura militar, asesina,
desvastadora de toda una generación, algunos salvaron su vida, pero no su
dignidad, su pensamiento, su futuro, sus proyectos, su alma, Habrán escuchado
alguna vez de vender el alma, pues ocurrió. Mataron familias enteras, por
pensar, por leer, por estudiar, por discernir, por existir. Los que quedaron,
vivieron marcados, perseguidos para siempre, en un envase que no valdría la
pena nunca más. Expresiones dominantes como los fisiócratas vernáculos, jamás pasan de moda, y sostuvieron con todas
sus fuerzas las andanzas feroces y terriblemente sangrienta de los milicos, sin
moverseles un pelo cuando muchos años
después, hablan de que la lucha está en el congreso, el mismo que se les
ocurría disolver no mucho antes, que ahora los tiene como protagonistas, eso sí
con una entrada mensual, un tanto más interesante. Como dirigentes de toda
índole, que ocuparon puestos en municipalidades y gobernaciones
,colaboracionistas del Proceso de Aniquilación Nacional, gente que todavía anda
entre nosotros y que nuestra racionalidad no discrimina; pero no seamos tan
ilusos , de pensar que cambiaron, que su pensamiento es otro. No lo dicen
abiertamente, pero las expresiones públicas y no públicas de un amplio sector
de la población, la nuestra y la del país, sigue pensando que esto se arregla
encerrando, persiguiendo, discriminando, prohibiendo, matando. La delincuencia
económica, sistemática, planeada desde otros lados asistió a grupos que hoy
subsisten más fuertes que nunca, y que se regodearían con una vuelta a los viejos
tiempos, donde se aniquilaba a quien estuviese molestando, porque no era
compatible con los lineamientos de la reconstrucción nacional. No lo hicieron
solos, pero somos un pueblo con experiencia, las heridas no cierran para muchos
de nosotros, los indemnes siguen al acecho. Sabemos que hay caminos que nos
alejan de la democracia, también sabemos que vivir en una república es lo mejor
que hemos hecho los argentinos y los costos pagados serán eternamente
recordados, pues nos permiten asegurar la libertad, alcanzar la auténtica
igualdad de derechos y oportunidades, el espacio de la diversidad, el respeto
mutuo, las diferencias de todo tipo. Las grandes calamidades son siempre
aleccionadoras, y sin duda la dictadura militar fue el más terrible drama que
en toda su historia sufrió la nación argentina, pero que servirá para que la
fuerza del pueblo en democracia nos haga comprender que solo este sistema, es
capaz de preservarnos de semejante horror, mantener y salvar los sagrados y
esenciales derechos de la criatura humana. Con mucha tristeza y dolor
seguiremos hablando de ello y recordaremos todos los días, algunos con más
impotencia, desazón y rabia que otros, como los del principio de esta semana. Las
resoluciones judiciales y políticas, también religiosas de las últimas horas,
todos las conocen, no voy a hablar de ello. Crónica de una muerte anunciada,
serviría como comparación si no estuviera la palabra muerte. Seguiremos firmes: ni olvido, ni perdón,…. memoria, verdad y justicia. pero también recordemos….. qué no lo hicieron
solos.
# Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7 a 9 por Ladorrego AM1470
No hay comentarios:
Publicar un comentario