por el último capítulo
Carlos Madera Murgui #
(sobre un texto temático de Diego Pietrafessa)
(sobre un texto temático de Diego Pietrafessa)
Yo digo que hay palabras que salvan, que hay
batallas que enamoran, que saber al otro compañero es una doble ceremonia, un
mutuo honor. Digo que hay oscuridades que iluminan, abismos como puentes,
tristezas de esperanza. Digo, sin tantos formalismos ni pretensiones de estilo,
que soy feliz de usar el “nosotros” para hablar de ustedes, mis compañeros,
hijos del mismo amor por lo que hacemos, y nosotros,…… todos ustedes,
receptores de nuestra pasión.
Digo que la alianza más trascendente, lo
tácito que sobrevive a la traición, el engaño y la deslealtad, el compromiso a
prueba de balas y billetes, todo se construye en épocas de apremio y no de
premios. Digo que cuando los ojos abandonan la periferia de la propia nariz y
el panorama del propio ombligo, la mirada ya jamás es la misma: ver llorar es
llorar también, aunque no se note, aunque se llore después, aunque no se llore
nunca.
Digo que la verdad es una virtud esquiva, un
privilegio acaso doloroso, un orgullo ingrato. Digo que el camino, cuando se recorre
a paso íntegro, obliga a reforzar la paciencia, a controlar la rabia, a dominar
la vanidad, a tolerar los tropiezos. Digo que llegar primero a veces puede
significar no haber llegado jamás.
Digo , que decimos que nos dicen, que somos
decidores de verdades. Digo que no siempre es cierto, que pocas veces es
cierto, que nada es cierto. O casi nada, digo. Porque lo cierto, si está bien
hecho, bien amado, bien soñado, se dice solo, sin decir. Digo que, de entre
todas las verdades, una sola es más verdad que el resto: la verdad es la
búsqueda de la verdad, no su encuentro.
Digo que esta quimera es cosa mayúscula. Por
eso, digo que tenemos el poder de incomodar, que Ellos saben que nosotros sabemos, pero
dicen que lo que decimos no dice gran cosa, y esa negación de tales dichos los
afirma, los valora, los agiganta. Digo que decir lo que hay que decir no es
algo de que jactarse, es una irremediable pirueta sobre un micrófono o papel
cornisa, es un riesgo que tienta, es el verbo que nos permitirá sentir, entre
tanta ambición minúscula, que parimos….radio
Digo que los siento necesarios, prójimos y
próximos. Digo que lo que hicieron y hacemos tuvo y tiene la claridad del agua
y la turbiedad de la tierra, pero digo que no hay otra cosa mejor que ese barro
para levantar la casa de los justos, de los que no se acostumbran, de los que
no se rinden.
Otros dirán sus decires y serán faustos, cosecharán el
elogio rentado de la claque. Nos queda para nosotros, digo, este consuelo de
ser dignos. Por compañeros, por obstinados, por tenaces, por variados, por
diferentes, digo que se los quiere. Se los quiere y se los admira. Si algo
queda por decir, digo un deseo: digan siempre. Un día, dirán de nosotros, de
ustedes, que lo intentamos, que lo intentaron. No hay mejor medalla, ni regalo,
ni pergamino. Solo eso, por todo eso, Gracias, dicho está y veremos cómo sigue.
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