sábado, 1 de octubre de 2011

EDITORIAL PROGRAMA SABADO 1

" UNA SOCIEDAD SE DEFINE
POR LAS COSAS QUE TOLERA Y LAS QUE NO"
"LOS GRADOS DE RESENTIMIENTO, ODIO, XENOFOBIA, DISCRIMINACION, INTOLERANCIA, DE LO QUE LES CONTE ME TURBAN SOBREMANERA"

Lo anormal según Foucault, no es sinónimo de malo , sino que ,simplemente , hace referencia a algo que está fuera de la norma. La anormalidad a la que me quiero referir, lo diferente, lo que impide encajar en esa norma producida por costumbres, hábitos, respetos,…. si otros prefieren cinismos, hipocresía , pero coincidiendo que no es normal , para gentes que hablan poco, públicamente, se quejan mucho por lo bajo, de la misma manera que impostan una posición retrógrada, xenófoba , discriminatoria , fundamentalista , desde donde hipotéticamente nadie sabe quiénes son, no es ni normal ni común, acá en mi pueblo. Desde un claro trastorno intelectual agudo , desde el fanatismo enfermizo , desde ese lugar se nos habla , en una posición inútilmente corrosiva , donde no importa si a lo que uno accede es verdad o ficticio , lo que importa es que trascienda , para eso el autor, claro que anónimo, se le haya ocurrido decir, en este caso puntual , escribir, obviamente todo esto, en el tácito pacto que el lector construyo al leer tamaños disparates. Convivir con lo diferente ,  se sitúa como lo más tenso de las relaciones humanas. Cuando algo ya no nos espanta, cuando se transforma en parte de nuestra vida cotidiana , cuando pierde peso en nuestra conversaciones, cuando lo incluimos en el entorno existencial del que aceptamos naturalmente vivir,  la pesadilla está entre nosotros. Una sociedad se define por las cosas que tolera y las que no. Las que se toleran son parte del elemento en que hemos decidido y aceptado vivir  y las que nó , se condenan social o judicialmente. La comunicación moderna entre las personas, es sin duda, uno de los avances en esa materia de lo más revolucionario de todas las Eras. La irrupción de la Internet , con sus sitios web, blogs, redes sociales y otros tantos servicios que evidentemente no domino , han puesto a las personas en una gigantesca  vidriera, que entra el que quiere claro, al que todos se animan, al que no hay que mirar a la cara , para elogiar o difamar. Hemos llegado a un punto quienes así lo consideramos sí realmente mejora la comunicación , si es necesario o no es necesario en ese sentido. Lo clandestino, lo secreto, lo prohibido atraen a consumidores atornillando al sistema, que todo lo muestra y todo lo ve. Este disparador para plantear del modo más efectivo, para poder ser interpretado , sin esquemas moralistas, pero sí en situaciones límites de ética humana . Me sorprende siempre a juzgar por lo que se puede leer en un blog local de internet , de eso se trata , la complacencia de mucha gente, la movilización de ciertos posturas comunitarias demasiado preocupantes como para que pasen de largo. Quienes nacimos en este lugar, no conocemos al menos en superficie, y durante unos cuantos años, muchos, de semejantes odios condensados hacia posturas diferentes ya sean políticas, sociales .de credos, económicas , o lo que fuere, nada justifica semejante agresión. El sistema del que hablamos , que todo lo mira, que todo lo encuentra, que todo lo dice, esta vez no supera a la diaria comunicación personal, radial, televisiva, pero en vivo frente a frente, por teléfono o por carta ,que de ninguna manera tiene que coincidir, sí convivir y con nombre y apellido como pocos se animan. Uno es responsable de lo que elige y de lo que hace; y al elegirlo y al hacerlo elige lo que es, somos lo que hacemos, no existe otra cosa. Nos están enseñando, o eso  creen , que todo esto es un entretenimiento como cualquier otro, todo el espectro hace equilibrio entre lo real y lo virtual, entre un pasatiempo más conectado a una máquina, una mercancía más del mercado a consumir; banalización al palo. Quienes tiene obligaciones y tareas, que todo lo ven,  que filman gentes , vestidos de manera diferente , en vehículos diferentes , hasta parece que con cara diferente no alcanzan a distinguir ciertas cualidades de esas gentes, que están debajo de todo eso, y que la tecnología , ni quienes las controlan, y gracias todavía , no se dan cuenta. De lo que sí digo, hoy sorprendido, los grados de resentimiento, odio, xenofobia, discriminación ,intolerancia de los que les conté me turban sobremanera, porque quiero a mi gente, a mi pueblo, y eso no es ,con toda las diferencias que quieran , ni mi gente, ni mi pueblo.

2 comentarios:

  1. Carlos

    Siguiendo tu línea....

    En lo personal nunca me detuve en los insultos recibidos por expresar públicamente mis opiniones e ideología.
    Inclusive tener que soportar actitudes discriminatorias tanto en lo privado como en lo público. Hablo de aquellos acuerdos tácitos y silenciosos que promueven que determinados grupos afectados por esos dichos no ingresen más a tu local o que como autoridad de una entidad comunal alguien con poder de veto se reserve el derecho de vaciar de contenido tus proyectos y emprendimientos. Vale aclarar que dichos comportamientos también son anónimos ya que nadie te va admitir, cara a cara, que como no estás alineado te debés cagar de hambre o tenés que renunciar a la institución.
    Esto es fácilmente detectable. Algunas personas son demasiado previsibles. En lo personal sabía perfectamente que al momento de retirarme de una institución que presidía y ser cooptada por alineados al poder comenzarían a llegar lo aportes altruistas que durante tres años se les habían pasado por alto.
    ¿Cómo tomo esa actitud? Desde lo individual me reservo el derecho de despreciar no sólo ese tipo de operatorias sino a las personas que las promueven, desde lo colectivo me alegra que la Institución sea motivo de desvelos e ingrese al campo del interés municipal. (Ergo: Los hemos motivado a través de la antipatía - "No es poca cosa" diría nuestro amigo Gustavo). En Resumen: Gana la Entidad, gana el pueblo. Por lo menos a mi me alcanza. Nunca el árbol me tapará el bosque.

    Ponerle el cuerpo a las ideas tiene el sólo riesgo de ser víctima de la intolerancia y la imbecilidad. ¿Cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar para ser libres? A mi entender y por formación considero que sigue siendo bajo. Muy oneroso sería, a mi modo de entender la vida, traicionar mis principios.

    El masivo anonimato existente es sinónimo de una sociedad que desea fervientemente que ese anonimato exista. Cada uno justifica su propio anonimato con el ajeno, debido a ello es improbable que dicho formato desaparezca. Dentro de ese campo encontraremos de todo: Cobardes, cretinos, críticos, cínicos, humoristas, sensatos, tímidos, estúpidos. El punto es que el anonimato se unifica en un conjunto vacío, sin vida, sin riesgo existencial, en consecuencia nadie va a poder admitirse de otro modo.

    Un abrazo Carlos
    Salute a la familia

    ResponderEliminar
  2. Complicado Don Carlos, porque el amor no elige, es bastante zonzo si se quiere, y a uno lo maltratan y ama igual. Hablo de estas cosas que uno "casi no elige": un pueblo,una camiseta, una bandera. Y en ese no bajar los brazos y seguir queriendo (con la acción que eso implica, no solo desde el sentimiento) se ve la dimensión del amor. No se me ponga triste, que como decía el "tío gringo", al pesimismo de la razón le anteponemos el optimismo de la voluntad.

    PD: La frase de Gustavo "motivarlos desde la antipatía" me parece tan genial como aquella de Gramsci que cierra el párrafo anterior.

    Saluzzi a tutti.

    ResponderEliminar