domingo, 25 de noviembre de 2012

EL 20N Y LA OPINION DE LA SOCIOLOGA EUGENIA MADERA. NUESTRA COLUMNISTA

"Para que los problemas dejen de parecerse a clavos"




Como cada sábado por medio, este espacio lo usaremos para esbozar algunas preguntas. De eso se trata pensar la realidad al fin y al cabo, de poder preguntarnos acerca de ella.
Imposible pensar la coyuntura semanal soslayando el denominado por los propios organizadores primer paro general de la era kirchnerista, o redes sociales mediante, 20N. No es un punto menor esta denominación: ya no mencionamos todo el nombre del mes en el que nos encontramos, con toda la complejidad de cada una de las letras que lo integran, simplemente denominamos por la inicial, reducimos, restamos complejidad incluso allí. Todo parece tener que poder explicarse con un par de palabras, 140 caracteres en el mejor de los casos. No nos arrogaremos en este espacio complejidad, simplemente arrojaremos algunas preguntas desordenadas.
El paro se asienta en el derecho constitucional a la huelga. Huelga de trabajadores ocupados. Las demandas, en esta oportunidad, poco se dijeron, se centraron en el pedido de suba del mínimo no imponible en el impuesto a los salarios en relación de dependencia, o impuesto a las ganancias. Recordemos que este tributo, como el de las retenciones móviles, apuntan a un sistema tributario más progresivo. No es un dato menor, cuando uno de los principales problemas de las economías más desiguales son justamente la característica regresiva de sus sistemas tributarios. Recordemos, el impuesto al valor agregado es un tributo regresivo, todos aportamos por igual más allá de nuestros ingresos, lo que termina siendo desigual. Insistimos, en este caso estamos hablando de un tributo progresivo: pagan más, los que más ganan.
Eso en cuanto a las demandas. En cuanto a los actores políticos y sociales que participaron de la convocatoria al paro, encontramos nuevamente un complejo y variopinto entramado de relaciones y alianzas. Sectores que a primera vista podrían parecernos ideológicamente antagónicos. Allí convivieron, como en las últimas manifestaciones callejeras actores sociales de lo más variado, llegando al paroxismo quizás con el Partido obrero llamando a una huelga general junto a quienes ellos mismos señalan como la burocracia sindical a la que responsabilizan de la muerte de su compañero Mariano Ferreira en octubre de 2010. Alianzas complejas decíamos.  Será que como supo decir en otra ocasión el dirigente de la federación agraria, los une el espanto. Algo de eso parece verse desde la lógica de acción llevada adelante, en la balanza estratégica, parecen no pesar las diferencias, sino la fuerte iniciativa en “contra de”. Algo bastante inusual en reclamos de trabajadores.
La pregunta que se hace evidente, lo hemos dicho en otros hechos de la historia reciente, como el citado caso del asesinato al militante, es acerca del sistema sindical. Quizás nuestras sociedades estén ya preparadas para dar el debate acerca de nuestras representaciones gremiales.
Lo particular de este paro, además, fue el uso del piquete, sobretodo en la capital federal. El piquete, sabemos, es el corte total o parcial de calles o rutas. Los piquetes del martes cortaron los principales accesos a la ciudad, dejando como imagen central del hecho político una metrópolis vacía. Lejos de las clásicas fotos del movimiento de trabajadores movilizados, una postal vacía, calles desiertas. La convocatoria había trabajado en esa dirección: El líder de la Central de trabajadores argentinos disidente, había convocado a “no salir de sus casas”. A pesar de que en nuestras localidades de la provincia de Bs As, el paro afectó sobretodo al sector educativo, que modificó la rutina de los hogares, y que se sumó a un reclamo provincial al que el sciolismo parece no encontrarle la salida; la imagen que todos vimos fue la de una ciudad desierta. A pesar, insisto, que en lugar de mirar por una ventana enchufada, abríamos la ventana de verdad, esa por la que entra aire, encontrábamos calles transitadas y con movimiento. Y ahí, es donde se dimensiona como importante, ciertas ley, que nos permitiría ver en las pantallas lo mismo que vivimos y no lo que viven otros a varios kilómetros.
Pero volvamos al repertorio de acción utilizado el martes 20 de noviembre. Deciamos que se habían cortado los accesos. En esos días, muchos dijeron que la herramienta había sido excesiva. Porqué se hablo de excesos. Recordemos los orígenes de los piquetes en nuestro país. Nacen con el reclamo de trabajadores desocupados, arrojados al abismo de no tener trabajo luego de las privatizaciones. Un repertorio de emergencia por no poder canalizar sus demandas de otra manera. Parecería que un paro, una huelga, ya es un repertorio en sí mismo, ya es una herramienta de lucha como para necesitar de otra herramienta que lo garantice. No vamos aquí a aducir el principio liberal de todo derecho termina cuando empieza el del otro, lejos estamos de adherir a eso, sabemos que los derechos se yuxtaponen, se mezclan, se imbrican por una compleja trama de relaciones. Sólo que parecería que este tipo de repertorios se tornan un tanto excesivos cuando los trabajadores ya tienen una representación. El ejemplo contrario sería un grupo de vecinos que cortan una calle para pedir que llegue el agua al barrio. Estos vecinos no tienen otras herramientas por dónde canalizar esos reclamos.
Ahora bien, esto nos lleva a otra de las preguntas acerca de la complejidad de los momentos que estamos viviendo. Hace unos cuantos días en las movilizaciones denominadas 8N se pidió por la libertad. Así de grande el reclamo. El martes, los convocantes al paro no dejaron decidir voluntariamente si ir o no a trabajar, si adherirse o no a la protesta como lo reflejaron los cortes de calles y los agresivos sucesos en algunos locales gastronómicos, de líneas de transporte y ahí sí, no solo en la capital. Este elemento resulta paradójico para el análisis y parece no construir demasiados puentes entre una y otra protesta. A pesar de que algunas de las figuras se repitan.
Quizás también la pregunta sea en torno a las herramientas. No solo de acción sino también de análisis. Hay una frase que dice que cuando la única herramienta que se tiene es un martillo todos los problemas se parecen a un clavo. Quizás sea hora de construir herramientas diferentes para que los problemas dejen de parecerse a clavos.
Hasta dentro de 15 días! Mañana se conmemora el día de la no violencia contra la mujer. Aprovecho a saludar a todas y todos aquellos que luchan por una vida sin violencias! 

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