viernes, 22 de mayo de 2015

La Tapa:: Dorrego Despierta viernes 22 de mayo

Todos estamos de acuerdo con que deberíamos tener un debate sobre la seguridad, (como se engloba rápidamente a los robos y hurtos) dejando de lado como bien se escucho por aquí, que también es inseguridad, falta de trabajo, oportunidades, pobreza estructural, falta de vivienda, estigmatizaciones varias. El debate no se organiza en tal lugar, con hora y fechas determinadas, se practica con un cùmulo de opiniones, como está ocurriendo, sin necesidad de representación alguna, ni tampoco partidariamente, porque políticas son todas las posiciones. Hemos escuchado a concejales presentando proyecto de seguridad para Coronel Dorrego, con prevención y mapa del delito, iniciativa interesante al menos para demostrar que además del tema de moda, se ocupan de “la moda”, que parece haberse devorado tranquilidad y atención de los dorregueros en los últimos tiempos. También en esos avatares se escucha una rara síntesis de acciones justificadas desde el Estado, ya que por una parte se detallan practicas en función de atenuar lo que cualquier coterráneo imagina como elemento primario para saber porque se delinque y por otro lado se trata de marcar la cancha con competencias que por repetidas no dejan de señalar una posición por demás re manida en lo que hace a quien le corresponde el tema protección, salvaguarda de personas y bienes y prevención de delitos hacia toda la comunidad por parte de una misma comunidad. Inconveniente momento el preelectoral para ponerse de acuerdo, ya que mezquindades integrales , no permitirán seguramente un tratamiento llano despojado de posiciones imaginadas, no exentas de especulaciones esperadas. Desde nuestra parte, digo medios, este medio, tratamos de aportar posición a la cuestión , no solo alcanzando el micrófono, sino tratando de analizar sin ser especialistas, ya que también de eso se trata el debate. Los elementos con los cuales se cuenta, lejos de ser técnicos, acercan posiciones de victimas de hechos, opinión de gentes que escuchan a esas víctimas , y la casi nula exposición pública demostrada últimamente por las fuerzas institucionales , ya sea de seguridad o políticas con responsabilidad directa. Se escucha a personas con experiencias en el tratamiento comunitario del tema, se escucha a funcionarios y representantes no determinantes, que nadie duda preocupados , pobladores que han sufrido hechos con la indignación propia del deterioro, pero necesitamos un tratamiento más franco que nos lleve a hablar sin reservas de lo que todos dicen que saben, lo que cuentan que ocurre pero que no se habla, y lo que finalmente , y sin la estupidez de creer que un medio de comunicación escracha , maltrata o fabrica una realidad pueda ser útil de toda utilidad, llevando a la población una claridad de conceptos que nos abstraiga de vivir eternamente en la hipocresía y la caracterización continua. Ese es el camino. Los que nos pasa deberemos asumir de una vez por todas que es producto de nuestra construcción , y nadie está condenado por lo que previamente se piensa que finalmente termina siendo o no. Distintos problemas, nuevos, de época, debemos afrontar todos, en el acontecer diario, en criar nuestros hijos, en hacerlos buenas personas, en enseñarles a vivir en comunidad y adaptarnos los adultos, sin abandonar valores contraídos. No siempre se consiguen los objetivos pensados, sin mediar trajín, y con dificultades diarias. Deberemos admitir nuestras propias flaquezas como comunidad y dejar de arrogarnos ciertas virtudes que nos identifican sin ninguna duda, pero que no nos blinda en cualquier desdicha personal. Y a los hechos me remito.

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