"gobernantes que aseguran que nada ha cambiado"
por Carlos Madera Murgui (=)
Cuando quienes son gobernados no tabulan en
consonancia sobre sus conveniencias, ocurre lo que llamamos distracción,
adormecimiento o sencillamente desinterés por su propio beneficio. A nadie se
le puede ocurrir que un despedido, no se dé cuenta de su situación y además no
la sufra en consecuencia. Pero me refiero a toda una sociedad ( el que mira, el
que escucha, el que opina), fuera del alcance de la ola que asiste entre
atónito en el mejor de los casos e indiferente en el peor, al mayor cisma de la
conservación o generación de empleo de la época contemporánea. Los medios que
generan la información nacional, y el resto de los protagonistas que la repite,
se centran en una frenética pelea sobre
denuncias de antes y de ahora, sobre el que se la llevó o el que se la está
llevando, mientras que la realidad mina permanentemente día x día, situaciones,
esperanzas y proyectos de miles de personas que no hacen ni harán otra cosa que
denodados esfuerzos, trabajando para en la mayoría de los casos mantenerse en
el mismo lugar de lucharla y lucharla. De una vez por todas hay que hacerse
hincha de lo que a uno le pasa, luchar por eso, identificándose con el resto y
darse cuenta a que equipo pertenece. Lo hemos hablado más de una vez, un
individuo de clase media y está comprobado por la socio-psicología, pretende
pertenecer un escalón más arriba en su poder adquisitivo, poder adquisitivo mal llamado clase
social, aborreciendo a quienes pretenden progresar en todo sentido en el
transcurrir de sus días, convirtiendosé en lo que no es, negando de donde
viene. La clave sería y no tan confusa, permitir que más gente consiga lo que nosotros
mismos perseguimos. No es tan complicado, no se trata de ninguna grieta, unos
queremos una cosa y otros otra totalmente distinta y no veo la obligación de
compatibilizarlas a la hora de elegir, opinar o simplemente vivir. Un nuevo 1
de mayo se aproxima, no se puede otra cosa que coincidir con quienes afirman
que no existe nada para festejar, tampoco soportar gobernantes que aseguran que
nada ha cambiado, no solo eso, sino hacerle creer al despedido que no es
cierto, de paso este año ni jornada no laborable vamos a tener, casi como
presagiando un marco totalmente adverso para el día y el momento de los
trabajadores. Dirigentes sindicales aturdidos y complacidos entre luces y
operaciones mediáticas, las mismas que encarcelan o exculpan políticos,
deportistas, gobernantes, artistas, y hasta los involucrados en hechos
cotidianos que tengan lugar, primordialmente en la televisión, no vislumbran
esas mismas intenciones y energías en la lucha por sus representados que
obligatoriamente y como ocurrirá sin dudas,
se llevara a cabo en las calles, las mismas donde sufre, lucha y
conquistan cosas las clases populares argentinas , escenario donde desconoce,
no le pertenece y aborrece el actual gobierno. Las decisiones de un gobierno,
cualquiera que sea, repercute en forma inmediata y por lapso indeterminado en
el porvenir, especialmente de un
trabajador. Recomponer históricos avances puede costar mucho tiempo, esto
último el tiempo, no es factor propiciante, para el devenir de gentes que no
llega a fin de mes y que cuenta los días , ya no los años, uno por uno, en el
pensamiento de individuos que ansían formar una familia, educar sus hijos, y
edificar una prosperidad que los sitúe en una vida una poco más previsible.
Tampoco se salvan quienes ya han dejado de trabajar, los ajustes neoliberales
no respetan sectores, o mejor expresado sí lo hacen, solo que van por los más
endebles, aquellos que no representan ni tienen un poder económico, que
sobrepasa los standar de incumbencia para sí servirse en pos de una mejora,
desarticular con despojos en transferencia de recursos hacia otras esferas profundizando situaciones ya vividas, y
apuntaladas por las víctimas con su apoyo, en algo comparable al síndrome de
Estocolmo. Faltan aún algunas horas, pero no se ocurre desearnos felicidad en
tan preocupante día, éste y todos los inmediatos sucesivos. Al menos me animo a
pedirles algo: más allá de lo que veamos, o escuchemos a diario, concentrémonos
en lo nuestro, en lo que nos roza, en lo que nos choca, en lo que podemos
incidir y luchar y en lo que nos cambia la vida. No es mezquindad, tampoco pido
que abandonen convicciones, no nos dejemos arrear como rebaño, la misma
información que nos torpedea, usemoslá
como una arma que nadie nos provee, nos es tan difícil. Algunos la
llaman de otra forma, yo conozco esa posibilidad como dignidad.
(=) Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7 a 9 por LaDorregoAM1470
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