¿sorprendidos?
por Carlos Madera Murgui #
El ajustado triunfo electoral, sumado a una economía
heredada sin graves problemas, casi pleno empleo, un país desendeudado,
“gobernable”, constituían un escenario propicio que invitaba al PRO a una
gestión moderada que tratara de gestionar y administrar mejor lo hecho, al
tiempo que convocara, que sedujera, a quienes no lo habían votado y evitando el
alto fogoneo inflacionario de estos meses
Sin embargo, eligió el camino duro, que expresa cierto
“revanchismo” de las clases dominantes y una regresión de derechos conseguidos
de los sectores populares durante el kirchnerismo e elimina del debate las decisiones
de la política económica vertebrales de los últimos años, aquellas cuestiones
del orden simbólico.
Por ejemplo, la
Ley de Medios de comunicación o el intento por democratizar la Justicia.
Cuestiones del orden laboral: indisciplina, ausentismo de parte de la fuerza de
trabajo en unidades productivas; y actitudes políticas y económicas por parte
del Estado nacional como la desobediencia y autonomía del poder financiero
internacional, paritarias que reactualizaban salarios (incluso en varios años por
encima de la inflación), implementación de programas sociales universales que
desmercantilizan la fuerza de trabajo que aún tiene “envenenados” a sectores
concentrados del gran capital y porciones medianas y pequeñas de la burguesía
hegemonizadas por aquel.
El nuevo presidente decidió rápidamente, en su
estrategia, representar de modo directo y a fondo la reacción del gran capital
extranjero y local contra los trabajadores.
Aplica una devaluación feroz, que implica una colosal
transferencia del excedente desde los ingresos fijos asalariados a los
exportadores, lo complementa con la expulsión de miles de trabajadores, en los
ámbitos públicos y privados, parálisis de la obra pública, tarifazo en los
servicios públicos y apertura comercial que pone en jaque la vitalidad de las
pymes.
Esta brutalidad necesita como condición indispensable
recortar voces disidentes: a saber; la supresión de la Ley de medios, la
criminalización de la protesta , sin contar los decretazos veraniegos de movida
que pocos, solos los que les duele, recuerdan.
A pesar de la brutalidad, buena parte de la ciudadanía
se haya todavía aletargada, anestesiada, y en esto hacen el trabajo fino los
medios hegemónicos de comunicación, mediante un blindaje mediático inaudito en
los años de democracia, que refleja una coincidencia plena entre poder
político, económico y comunicacional.
El postre de todo esto es que encima viene cargado de
un lenguaje elitista, racista, con ecos de la dicotomía “civilización y
barbarie” del siglo XIX, al tiempo que se revalorizan conceptos de la última
dictadura por parte de algunos dirigentes del oficialismo, o se parece bastante
, tal cual lo dicho hace algunas horas por el sr intendente de bahía blanca
Hector Gay.
A pesar de estos meses inaugurales que describen un escenario
social y económico regresivo para las clases subalternas, mal no viene, a
título pedagógico, explicativo, descriptivo si se quiere, ponernos por un
instante en la idea del presidente Mauricio Macri
Intenciones genuinas como “el interés general” y el
“bien común” de todos los argentinos, y que estas medidas salvajes son
necesarias, y que hay que adoptar para llegar a su promesa de campaña de
“pobreza cero”, con endeudamiento a partir del “arreglo” con los buitres y la
libre disponibilidad de divisas implica una subordinación económica y
geopolítica a Estados Unidos y el FMI.
Con estas condiciones, como objetivo principal busca incentivar al
capital concentrado a relanzar el proceso de acumulación capitalista argentino
para volver a una fuerte y creciente
economía que termine de incorporar, con la generación de fuentes laborales
“genuinas”, al porcentaje de compatriotas que aún lidia con la pobreza.
Sin embargo, aun reconociendo estas buenas
intenciones, hay que recordarles a Mauricio Macri , Pro, Union Civica Radical,
Coalicion Civica y todo Cambiemos que más mercado, más capitalismo, no logra
perforar los bolsones de pobreza heredados del kirchnerismo, sino que agrava la
cuestión social.
Durante los gloriosos noventa, el “relato” era el
mismo. Se trataba, como ahora, de liberar a las fuerzas productivas de las
“ataduras” del Estado, y los beneficios no llegaron a todos; es más, el
desempleo, que se prometía como transitorio, no dejó de subir año tras año
hasta convertirse en una verdadera pesadilla social que fue uno de los
causantes centrales del derrumbe de la experiencia gobernante de la Alianza.
Durante años recientes , el kirchnerismo tomó nota de que no alcanzaba con “tasas
chinas” de crecimiento y auge económico para sacar a todos los argentinos de la
pobreza. Entendieron que hay un núcleo duro de la población que no percibe, que
nunca ve los beneficios del mercado, de allí la necesidad de la implementación
de políticas sociales y la actuación del Estado para intentar paliar la
situación.
Esta comprobado; Perú, Colombia ,y Chile a pesar de
años de crecimiento según dicen, por el aumento de materias primas exportables,
son de las experiencias que menos avances han tenido en la lucha contra la
desigualdad y la pobreza en el contexto de Gobiernos progresistas en la región.
moraleja: es más Estado lo que se necesita, no menos.
Más y mejor planificación, no menos, si realmente se desea erradicar la pobreza
en forma genuina.
En un escenario exitoso, el programa ultraliberal de
los CEO de Mauricio Macri puede lograr
aplanar la inflación, vía endeudamiento y recorte del gasto público, que le
permita incluso ganar elecciones, pero de
respetar esta orientación a rajatabla el objetivo de “pobreza cero” constituye
una quimera y la recesión esta casi asegurada.
En un escenario de fracaso del actual modelo, quizás
no sean necesarias las palabras. El combo de recesión y desempleo
conduce a aumentos siderales de la pobreza y la indigencia en crecientes capas
de la población, alta conflictividad social, ingobernabilidad. Consumando,
quizás, una copia parecida del final catastrófico de los noventa.
Creí escuchar no
hace mucho tiempo y en boca de quien no tiene importancia, su nombre claro,
corresponde obviamente a un dirigente del Cambiemos
“ la gente en su
mayoría, vivía un status que no le corresponde “
Varias
experiencias políticas en el mundo, un poco más sólidas que el Pro cometieron
el error de pensar que bastaba con cambiar estructuras económicas, y que el
resto vendría por sí mismo. No lo consiguieron porque las mismas premisas
filosóficas erróneas del liberalismo, es por principio incapaz de promover una
moral altruista.
Quedamos así, Sr
Mauricio.
# Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7 a 9 por La Dorrego AM1470
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