por
Carlos Madera Murgui
A uno de los hechos trascendentes, esencialmente durante y después de su presidencia , hacía mención permanentemente , el ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín.
Se refería sin más, a la recuperación dentro de la
democracia, del Estado de Derecho, de
todo ciudadano que pise este bendito territorio de los argentinos. La lucha del
líder radical y en el contexto histórico donde desarrollo su presidencia fue importante. Despues de aquello y lo que sobrevino desde
2003 comprender la democracia, desde la sencillez, nada minúscula del poder
elegir mediante el voto, parece insignificante comparándola con la vigencia
plena de las libertades individuales integrales que gozan, reclaman y pelean
metro x metro, letra x letra, ley x ley, día tras día, todos los habitantes,
con sus situaciones inconclusas , pendientes, insatisfechas, indefinidas de
cuanto obstáculo entorpezca el desarrollo individual de cada persona.
El Estado de derecho, sembró dentro de nuestra
conciencia ciudadana, la forma de vivir en libertad y plena expansión del
respeto por el otro. Nuestras obligaciones y derechos , jamás serán nuevamente
modificados por mezquinas mentes , que seguramente añoran épocas donde sus
innegables elecciones de formas de vida, eran constantes regladas por sectores
,( con lo excluyente que ya supone el adjetivo sector),con seccionamiento,
fragmentación, parcelamiento, división.
El Estado como regulador , administrador,
proveedor , prefecto, árbitro, mediador , controlador, impulsor , juez de todos, pero de todos , los habitantes
iguales ante la ley, debe legislar para todos, pero para cada uno. El mundo evoluciona, se desenvuelve al compás
de sus actores, nuestras vidas se dilucidan adoptando nuevas formas, no todos
por igual,; eso es lo atractivo de la razón de vivir la vida tal cuál nos dicta
la libertad que marca nuestra propia conciencia, no la de nadie más. Eso es libertad, ;y los marcos de convivencia
de cualquier sociedad, no afectarán de ninguna manera a quienes eligen otra
cosa y no concienten otra posibilidad, de eso tenemos que estar plenamente
seguros.
Los hechos públicos, de los últimos tiempos ,
vienen cimentando en el pensamiento colectivo distintos aspectos postergados en
la discusión general , que molesta a muchos, inquieta a otros, entusiasma a los
más , en una situación de debate de la sociedad misma, que no se ha visto en lo
contemporáneo, sino en la decisión de unos pocos, representantes, elegidos
legal y democráticamente, me refiero a los legisladores y gobernantes, también
los medios de comunicación que adherimos o no, pero apunto esencialmente a la
opinión persona a persona, habitante por habitante, que debate, polemiza sobre
aspectos que en otras épocas y no en tan otras, otros opinaban por ellos.
Estructuras cerradas en sus ideologías, pensamientos conservadores, todos
tienen la oportunidad de pronunciarse sobre cualquier tema , en pleno ejercicio
de su elección y derecho, que de ninguna manera es absoluta, o categórica para
el resto, que ahora sí , no por minoritario o enjundioso, ve la posibilidad cierta
de tener leyes que aseguren elecciones de vida, y como ley solo regula una
situación social preexistente.
Si fomentamos un principio o un ideal , ya sea
político o religioso , al darle un status absolutista se vuelve inhumano.
Párrafo aparte;
Todas las miserias están ahí, y solo hay dos modos
de reaccionar ante ellas; O entender que uno no tiene la culpa y por tanto
encogerse de hombros y decir que no está en sus manos remediarlo – y esto es
cierto – o bien asumir que, aún cuando no está en nuestras manos resolverlo,
hay que comportarnos como si así lo fuera.
JOSE SARAMAGO.
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