lunes, 15 de julio de 2013

PROGRAMA SABADO 13


PERDON NO SE MOLESTEN, LA IDEA ES HABLAR DE 

POLITICA, DE LO PRIVADO Y DE LO PUBLICO.


por GUSTAVO SALA.


Los oyentes y lectores de esta suerte de avenida de doble mano llamada Testigos de Privilegio conocen sobre nuestro rechazo visceral con relación a generalizaciones que no se encuentran sustentadas a partir de ciertas probanzas. Si bien no nos declaramos como fervientes refutadores – sospecho que por cuestiones de modestia o ignorancia quizás - preferimos estar seguros que nuestras palabras contengan las suficientes certezas de modo no caer en la banalidad que encierra una simple declamación denuncista. En consecuencia nos permitimos entrecomillar ese “todos mienten” del Dr. House. Para el caso sólo mentirán los que mienten, pueden ser muchos o pocos, pero serán únicamente ellos los incluidos en dicho conjunto. Lo que claramente podemos visualizar dentro del análisis político, como formato establecido, casi como conducta aceptada, es el alto grado de dualidad conceptual sobre un mismo fenómeno. Curiosamente dicha dualidad no parte de posibles diferencias entre los eventos que protagonizan el dilema sino simplemente se consideran como tales según los actores que se deslizan por la escena. Así pues queda definido que la ética no es la disyuntiva humanista ya que el doble estándar resulta moneda corriente dentro del análisis político-social. La corrupción dentro de la administración estatal es motivo de dura crítica so pretexto de la utilización de los dineros públicos mientras que la corrupción privada es vista como un simple quebranto del mercado cuyos dineros “privados” no ameritan análisis políticos exhaustivos. Como si ambas conductas estuvieran ejercidas por individuos disociados, segmentos que en apariencia no entrecruzan sus intereses a favor de cuestiones particulares. Siempre hay una filosofía para la falta de valor afirmaba Albert Camus...

Dinero público y dinero privado, poder público, poder privado. ¿Es posible separar de ese modo la cuestión? ¿Son cultivos distintos, se generan a partir de dos fuerzas productivas y laborales distintas? Ahí es donde comienza el dilema existencial de nuestra sociedad. Considerar la ausencia de interconexiones tangibles y concretas, relaciones que hacen al modelo económico capitalista. Si de segmentar se trata debemos entonces contemplar a todos los segmentos y no solamente a aquellos que favorezcan a mis argumentaciones. ¿En dónde colocamos, entonces, tal disociación del sistema productivo si en cada inciso intervienen, desarrollando su fuerza laboral, millones de actores que al mismo tiempo también cuentan con servicios subsidiados por el Estado? ¿Acaso podemos permitirnos analizar nuestra sociedad partiendo de una segmentación tan antojadiza? El dinero público y el dinero privado forma parte del mismo colectivo, esfuerzo social a favor de una entidad llamada Sociedad, Patria, Nación, País. Cuando se instala dicho fenómeno de manera escindida sólo se pretende, con aviesa intencionalidad, lograr beneficios extraordinarios de sesgo corporativo de forma tal disciplinar y o acotar las políticas sociales. No existe inocencia ni ética al respecto. Aceptando los términos enunciados, cuando observamos que la corrupción estatal es tan criticada celebramos son sumo entusiasmo y marcada indignación la visualización de dichos desvíos. Nos solemos quebrar cuando observamos que esos mismos actores callan cuando se comienza a visualizar el campo de la corrupción privada.  En oportunidades sospechamos que la cuestión camina por un eminente tema de mercado y para nada transita senderos morales: El intento permanente del capitalista por llegar a su punto de Cournot. Ergo: eliminar a la competencia para monopolizar el mercado, en este caso, el de la corrupción social. Curiosamente los que abrevan de estas tesis disociadas son aquellos que aceptan la teoría de los dos demonios. Es decir la violencia estatal y la resistencia social  en un mismo plano de debate. Para estos el Estado tiene derecho a torturar, desaparecer, matar y robar de modo discrecional si las circunstancias así lo ameritan pero no tiene facultades concretas para administrar y motorizar políticas públicas. Para el caso el Estado resulta una carga. Claro está, excepción hecha cuando tales políticas resultan beneficiosas para el armado de siniestros monopolios. Ya lo afirmó el filósofo y sacerdote Hugo Mujica: En lo hondo de las raíces, no hay raíces, sólo existe lo arrancado. Los éticos, los supuestos dechados de virtudes, dejan de serlo cuando en sus editoriales pretenden convencernos que la corrupción es un fenómeno que le pertenece con exclusividad al Estado sin tener en cuenta la multiplicidad de relaciones que existen entre ese Estado y la actividad privada. En oportunidades son fervientes denuncistas, en otras prefieren el silencio cómplice. Varios casos en nuestra historia colocan blanco sobre negro con relación a la cuestión: por caso Papel Prensa, las AFJP, el predio de la SRA, el Sistema de Medios de comunicación privada, las recurrentes licuaciones de Pasivos, la Ley de Bienes Culturales, las Privatizaciones a precio vil, el Megacanje, el Blindaje y podemos continuar con la lista... Muchos de ellos patrocinantes de aquellos dechados de virtudes que tanto exhiben algunos de nuestros vicios sociales más notorios. Aparece entonces la receta del buen cronista de Natalio Botana, vademécum fundacional de su diario Crítica: 20% de verdad, 80% de ficción y que no se distinga bien una de la otra es la base para una buena nota.... Disyuntivas, incisos, tópicos que nuestra porción egoísta y victimizante del objeto-mercado que tenemos internalizado no nos deja percibir. Volviendo a Camus todo corrobora que en el interior de los tiempos modernos, fervorosamente alabados por cierto, se está gestando un monstruo con tres cabezas fundamentalistas: El racionalismo, el materialismo y el individualismo, y esa criatura, que con orgullo hemos ayudado a engendrar ha comenzado a devorarse a sí misma mediante el canibalismo mediático, utilizando  pomposa gesticulación, el insulto como argumento y el sentido común como metro patrón del ensayo social

2 comentarios:

  1. qué mala mañana habrá pasado el vocero del establishmente dorreguense

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  2. Usted tiene las pelotas que nunca tuvo ni tiene el FPV local

    El Cumpa

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