Por Eugenia Madera
El mundo se ha vuelto rápido. No es ninguna novedad. Los flujos de información, de comunicación y de dinero producto de un mundo y de una vida absolutamente globalizada se mueven a un ritmo cada vez más acelerado. Lo habían advertido los mayores teóricos y analistas sociales hace años. La expansión de internet y del uso de las redes sociales han hecho que esa rapidez en los flujos de los que hablaban los expertos se hayan vuelto palpables en la vida cotidiana, para los ciudadanos comunes, de a pie, como dice la expresión popular. Es común en estos días que nos de la sensación de actualización constante. Pasamos la primera parte del año y se tiene la sensación que terminó un año y empezó otro. Las semanas se vuelven intensas y lo que ayer era tema de preocupación mundial, hoy pasó a ser una anécdota más y nadie habla de eso. Lo que se denomina la “agenda”, es decir, los temas que interesan, se modifican constantemente. Y resulta muy difícil por eso, que problematicas sociales que realmente interesan, permanezcan en ella. Sin embargo, hay siempre detrás de cada “tema” personas sentipensantes esperando una resolución de esas problematicas. Por ejemplo, la lentitud de ciertos procesos judiciales se contrapone directamente con esa rapidez de agenda. Por citar algunos casos: Esta semana se hizo efectiva la detención del cura grassi por abuso de menores luego de catorce años de vericuetos legales, de marchas y contramarchas que sólo aumentaban la angustia de quienes pedían justicia. Algunas veces, esos pedidos de justicia se traducen en personas que crecen y que el reloj biológico funciona como contador del tiempo transcurrido, tal es el caso de Micaela Verón, la hija de la desaparecida por una red de trata Marita Verón o de la hermana de Walter Bulacio, el joven asesinado a manos de la policía, hace veintidós años. La chica no había nacido cuando apresaron en la entrada de un recital de los Redonditos de Ricota a su hermano y luego lo mataron. Hoy protagoniza las audiencias del juicio al principal imputado por privación ilegitima de la libertad, ni siquiera por la muerte, para eso tienen que seguir esperando, y creciendo. Hoy es el día internacional por la despenalización y legalización del aborto en america latina y el Caribe. Un tema que pretende ingresar en esa agenda rápida de la que hablábamos al principio y no lo logra. Y como los casos que mencionábamos recién tienen rostros del paso del tiempo en esa lucha. Son varias las generaciones de mujeres y hombres que luchan por este derecho hace años. Y recordamos aquí que la interrupción voluntaria del embarazo no es sólo una cosa de mujeres, por eso decimos hombres y mujeres. Es un asunto de salud publica de toda la población. Quinientas familias por año pierden a una integrante por intentar hacerse un aborto clandestino, y ven el paso del tiempo en sus vidas, y el tema es parte de sus agendas todos los días. Como el tener la casa propia. Un proyecto a largo plazo y que se hace presente en la cotidianeidad. Esta semana, la Anses, el ministerio de economía y el banco hipotecario lanzaron dos nuevas líneas de crédito PROcrear para obtener una casa. El sorteo, por lotería nacional, se realiza el 22 de octubre. Una línea que contempla un préstamo de hasta cien mil pesos para la compra de un terreno y hasta 400 mil pesos para la construcción de una casa. Y un crédito que financia el 80 por ciento en la compra de casas o departamentos ya construidos a estrenar antes de diciembre de 2014. Los requisitos son flexibles y los prestamos son a cancelar en un máximo de treinta años para los sectores de ingresos inferiores a los seis mil pesos y veinte años para el resto. Una solución para miles de argentinos y argentinas que no tienen una casa que además se traduce en aumento del empleo en la construcción. Y un proyecto que escapa a las miradas cortoplacistas, del aquí y ahora del ritmo vertiginoso que hablábamos al comienzo. Mientras tanto, hay cosas que pasan rápido, otras que van quedando. En un mundo que al principio de la semana debatía una nueva guerra, Bolivia sigue reclamando su salida al mar y Argentina sigue reclamando su soberanía sobre las Islas Malvinas. Los hilos siguen moviéndose rápido, pero el que los mueve sigue siendo el mismo. Dale che! Adrian Berra http://www.youtube.com/watch?v=nvN97fnMgSA
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