"la frase que no todos pueden pronunciar sin llegar a ser creíbles"
por Carlos Madera Murgui #
El mismo paisaje y desde la misma ventana jamás es visto en
forma idéntica por dos personas. La misma realidad es comúnmente analizada por
más opciones inclusive. Se complejiza el panorama si le adosamos opinión, que
no es solamente discernimiento o razonamiento desemejante sino que actitudes,
modos, expresiones, tonos, en contar o relatar algo hace a esa traza personal a
presentarlo, especialmente en radio o
televisión de singulares maneras. Esta sería a juicio de quien habla una modesta
definición de periodismo, que los diferentes estilos, conductas y actitudes nos
llevan a comunicar de un determinado modo iguales situaciones. Desempeñarse en
este medio, hablo del geográfico, por un lado y del periodístico, por el otro, resulta originalmente cautivante por diversas
razones. Una de ellas es darse cuenta, en la medida justa, de la erigida importancia que
cobran nuestros conceptos en la casi distraída penetración en cada uno de los
hogares donde a diario estamos muchas horas junto a distintas gentes. La
gratitud incomparable de sentirse escuchado, y no me refiero a solo compartir
lo que uno dice, sobrecarga, de un atildado respeto por la expresión ,
despojado de creerse nada más de lo que es, ni victimizarse inultilmente porque
no ayuda. Si uno es lo que piensa, y lo demuestra, allá viaja una foto exacta
del valor de cada persona, no más que eso. El histeriquismo casi colegial, que
rodea cada tema cotidiano, que debe debatirse en el mismo sentido de la
palabra, en estos tiempos de formas de vivir y expresarnos que muchos ansiamos
por mucho tiempo, lo de expresarse digo, hace recordar que hemos sido tipos
novelescos en toda la historia, solo que
hace muchos años la incidencia entre lo virtual y lo real era más fácilmente
detectado por la mayoría. Hemos sido de seguir novelas por radio, luego vino la
tele, siempre ficción, solo que ahora los capítulos de información, noticieros
y análisis de la actualidad diaria también parecen , por los parámetros de
temas y peculiaridades abordados, que
quienes se sienten ciudadanos superados en el tratamiento de un estado de
derecho en la marco de la democracia que supimos conseguir, les asombre
habitual y rutinariamente cómo gentes del común, esos diferentes que siempre
miraron , hoy protagonicen la diaria peleando reivindicaciones, como sí les
correspondiera , se espantan. El litigio por la igualdad, se instalo en un
contexto en el cuál ya no alcanza con ser políticamente correcto, y me refiero
a todos los que habitamos y nos desempeñamos en éste, nuestro país, donde muchas decisiones, de vida, si se le quiere poner un título, ya
no serán las mismas y no tienen marcha atrás. La discusión que nos ocupa como
sociedad dejó de ser simplemente economicista,
apelando a la raíz misma político-cultural. Nada de lo que estamos
viviendo pasara a la historia sin dejar consecuencias lógicas de estas disputas
sin antecedentes históricos. La posibilidad de leer de otra forma el pasado,
habilita otro modo de relación con el presente y el futuro. El hecho que la
discusión, no solo pase por la economía, no significa que la batalla no incluya
bienes materiales. Como ejemplo, la
pelea por una vivienda constituye hoy un derecho y no un merecimiento que
interpretan y deciden otras gentes, otro tanto ocurre con la salud y el empleo.
La obscenidad en la defensa pública de posesiones indiscutibles de muchos de
los ciudadanos se contraponen ya casi históricamente con las necesidades del
conjunto, que solo funciona en la matriz societaria, donde ponen más los que más
tienen, para edificar y administrar la frase que no todos pueden pronunciar sin
llegar a ser creíbles, que es la de la justicia social. La cuestión pasa
definitivamente por la distribución y por dar una disputa por la renta. Muchos
desmemoriados, no recuerdan el fuera de foco del país hace década y media,
añoran la inercia que reglaba la política donde los recurrentes actores dejaban
conformes a los que siempre han estado conformes, sin reparar en las
consecuencias que jamás les preocuparon y afectaron siempre a los mismos , a
los cuales les arrebataron las formas de protesta, donde la calle no les
pertenecía ni les va a pertenecer, pero que les demostró que las realidades ,
tomadas como cosas cambiables no se pueden y ni se deben medir con la misma
vara, la igualdad pasa por largar todos desde la misma línea. Nadie es más que
nadie, por lo que posea. El hecho es que estuvieron distraídos, solo eso, pero
ya no, ahora tienen todos los sentidos en lo único que priorizan, y que en un
período anómalo, no quisieron o bien dicho no los dejaron, tener y manejar todo
avasallando y desconociendo derechos adquiridos y luchados que nunca, de eso
estoy seguro, podrán despojar a nadie.
# Conductor "Dorrego Despierta" de lunes a viernes de 7 a 9 por LadorregoAm1470
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