por Carlos Madera Murgui #
No existe
otra sensación que, de esperanza, cuando se escucha explicar que los poderes
públicos los ejerce la política y sus representantes, personas con creencias,
militancia, y reafirmación de su pensamiento, coincida o no con el propio. Va
de esencial e ingénito que personas probas,
honestas, de conocida moral y
honorabilidad ocuparán los lugares destinados en esos poderes públicos con qué
la sociedad los han honrado, precisamente observando esas condiciones, cuando tuvieron la oportunidad en los partidos
políticos, cosa casi desusada, para
hacerlos integrar listas electivas o bien cuando en elecciones generales, como
ayer, optaron en lo ofrecido en la mesa del cuarto oscuro. Por lo tanto se debe
partir desde que esos atributos, dejan de ser destacados para pasar a ser
fundamentales e innegociables en la conformación de nuestros representantes,
administradores de nuestros aportes y
primordialmente de nuestras concepciones políticas e ideológicas, o sea que se
convierte en básico y no notorio como propiedad.
La participación ciudadana parece haber tenido, no sólo en la expectativa de
acceder a puestos de gobierno, verdadera honra para no muchos, sino en el
interés que supone la política y sus herramientas para la transformación y
progreso de las sociedades organizadas,
bajo el paraguas o el fundamento del civismo, que nos permite ser
testigos de un nuevo capítulo democrático. Tal vez tomado como algo natural,
como tuvo que haber sido siempre, por las actuales generaciones, pero como
alguien me comentó estos días,
deberíamos concurrir a los actos, por encima de nuestra preferencia
política, personal, de amistad, para quienes asumen la responsabilidad
conferida, sino para celebrar en el mejor sentido de la palabra, algo que como
comentaba parece un hecho más en lo que peligrosamente y minoritariamente
algunos no tabulan con la suficiente importancia. Los vaivenes del sistema ,
que no es el problema, no siempre satisface, no siempre conforma, lo que como
cualquier método o régimen , y como debe ser, está integrado, constituido por
hombres y mujeres que deberán contar con la suficiente preparación y
conocimiento , para lo cual y en base a ello nos solicitaron nuestro apoyo
mediante el voto, para convertirse en nuestros delegados, gestores,
intermediarios y como ciudadanos hemos optado por los que nos han parecido en
conjunto como sociedad, los que mejor harán la tarea. El momento , éste y todos
los transcurridos necesita en el partido de Coronel Dorrego, un cambio medular
en la forma de trabajar de quienes nos han prometido ese trabajo y donde debemos inquirir,( en algo más
importante que la conformación del concejo ), sobre el proyecto, entre
comillas, que fue usado en campaña, y que semanticamente ayudaba a varios a
sintetizar acciones que era un tanto más complicado explicar, hablo del terreno
nuestro, porque del otro, varios siguen explicando sobradamente desde varios
puntos. Decía Lula Da Silva, ex presidente del Brasil, hace algún tiempo, que
él era el síndico de una sociedad integrada por todo el país, y que para ello
necesitaba imperiosamente estar más que cerca de su pueblo, esto entendido por
el ida y vuelta de preocupaciones y propuestas del corazón mismo de los
habitantes. Eso nutre y guía decía Lula. Algún dirigente, de acá se mostraba
indignado días atrás, explicando “ la equivocación” de la gente y otro diciendo
que la política estaba devaluada, a pesar de estar el mismo en el menú. En
fin……….La subestimación de lo que el pueblo piensa y determina, ha llevado a
estrepitosas experiencias adversas, en
todos los ámbitos a avezados dirigentes
;Pero pocos puestos para muy pocos, sin duda por capacidad, e importancia
política, en distintas estructuras de gobiernos, representa su titularidad y
eso no es para cualquiera. Otra cosa, escuchar lo del consenso , dicho como
logro, aparece como elemento de normalidad o pulcritud administrativa e
irrefutabilidad notarial para quienes pretendemos al Concejo como otra cosa;
como lugar político por excelencia; lugar de debates , que ya con más tiempo y
agenda , con porfías tampoco rescatados en campaña, pero donde parece, que no
todo está bien, contrariando a lo desandado. La mayoría, marcada por el oficialismo en el Concejo que
se supone viene, más o menos, no debería ser factor para profundizar una anemia
propositiva y de deliberación que la sociedad con su sufragio se encargó de
castigar o premiar según corresponda. Nada, ni nadie impide a priori, a la
oposición o minorías implícitas cumplir con lo prometido, menos aún a las
mayorías, porque si no se puede, lo sabían antes de asumir. La política
definida por Alfonsín… Raúl, significa la confrontación de ideas y el debate y
la lucha por ellas, disentir no significa obstruir, todo por el contrario, es
reafirmar una posición ideológica, en todo, que sintetice nuestro sentir y
pensar sobre los hechos .El poder democrático desde siempre fue político, aunque
equivocado, nunca administrativo. Tengan en cuenta que la esperanza de los
pobladores es un aspecto, que felizmente hasta ahora no puede ser manejado por
nadie y que es eternamente renovable, en este caso va para ustedes, también hay
que decirlo, este recurso ha sido muchas veces usado deleznablemente, pero
asimismo debemos confiar en algo, las sociedades actuales han aprendido y mucho
lo que les conviene.
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