POSTKIRSCHNERIMO K
por
GUSTAVO MARCELO SALA
Para aquellos
que venimos de campo nacional y popular se nos hace tan inverosímil votar
Peronismo no kirchnerista como votar al propio Socialismo o algún otro formato
contemporáneo que se dice progresista. (Lo de formato fue adrede. El vocablo
“Partidos” les queda grande)..
En estos diez
años las fuerzas así llamadas han demostrado un notorio desapego por las
políticas distribucionistas y populares desarrolladas, de modo que muy poco
queda por debatir de cara al futuro. Lo hecho y dicho por esta porción del
mundo opositor no resiste el menor análisis político. Desde sus
posicionamientos con relación a la política de DD.HH hasta la misma discusión
sobre incisos económico/sociales clarifican que el enfrentamiento es
inexorable. Es probable que el peso del discurso mediático mediopelo haya
cooptado el espíritu de muchos compañeros. No es mi caso. Sigo entendiendo a la
política como un arte que debe perseguir solidariamente el bien común de toda
la sociedad, sin excluidos; y para que ocurra dicho paradigma es necesario
tomar decisiones que en muchas ocasiones afectan intereses puntuales de
aquellos sectores más privilegiados. Curiosamente el progresismo nacional no
está de acuerdo con ello, por lo tanto, para los que pretendemos una Patria en
donde la equidad sea significado y significante no nos queda opción. El
Kirchnerismo, en victoria o en derrota, fue, es y seguirá siendo la única
posibilidad concreta de poder para llegar a dicha equidad, con errores y con
aciertos. Y no sólo me refiero a una equidad de bienes y servicios: hablo de
cultura, de educación, de integración, de sentido de pertenencia, de la
valorización de la alteridad, vale decir observar al otro como uno. Pensamiento
crítico no es pensamiento destructivo. Por suerte, o no tanto, los presagios de
los agoreros no se han cumplido, de modo que seguiremos peleando, con alguna
decorosa chance, por los espacios políticos. Puede ser que en algunos distritos
no nos haya ido tan bien como hubiésemos deseamos, y puede ser que en otros la
holgura de nuestros triunfos aún llame la atención, la lectura final debe ser
nacional, no me parece inteligente sostener que el deseo de un modelo de país
sea solamente resorte de aquellos sectores visibilizados mediáticamente. El
domingo de las Paso fue la clasificación para una carrera que se corrió el 27
de Octubre teniendo en cuenta que dicha carrera no define para nada el
campeonato. Digamos que a grandes rasgos todo quedó como era entonces y sólo
existió un reacomodamiento opositor. El campeonato se define en el 2015 y hasta
ese momento, gracias a la política, muchas aguas y traiciones correrán bajo los
puentes. Lo que hoy no tenemos tan claro terminará por develarse, lo que hoy
nos parece cordial y simpático deberá dar pruebas de su eficiencia y compromiso,
lo que hoy se presenta como republicano se verá en la disyuntiva de tener que
releer viejas lecturas, los que hoy se presentan como Mesías deberán, en estos
años, exponer y dar fe de su santidad...
Ciertamente me
perturba la posibilidad de un postkirchnerismo, sin kirchnerismo, escenario que
nos ubique, que nos reubique, en un NO lugar político como en los noventa.
Éramos los invisibles, los indeseables, los que hablábamos del Estado como el
primer emprendedor, los que ponderábamos al cooperativismo, los que percibíamos
que el conflicto económico y político provocado en aquellos años por el
neoliberalismo no podía resolverse de espaldas al pueblo y de la mano de los
Organismos Internacionales de Crédito. Lamentablemente tengo demasiada
memoria para confiar en algo que no sea Kichnerismo. Que va, en el fondo y a
pesar de la enorme tarea constructiva y contructora de Néstor y Cristina
sabemos que nada dura demasiado y uno tiene la humana obligación de no
abandonar el esceptismo; acaso para que no nos vuelvan a embaucar, acaso para
tener siempre presente aquellos años en donde fuimos felices...
www.lasbalasdelcampanario.blogspot.com.ar
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