El Dorrego electoral
por
GUSTAVO SALA
(www.lasbalasdelcampanario.blogspot.com.ar)
"La ignorancia
es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato
a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son
nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega
rápidamente a cualquier parte... especialmente a las conclusiones... (Alejandro
Dolina)
En nuestra actualidad dorreguense se sigue
privilegiando la seducción del “con quién” (arrastre de voluntades) dejando de
lado el “cómo” y el “para quién” (objeto y sujeto insustituibles de la
política). Eso no es construir políticamente. En todo caso será construir para
gestionar, para administrar, nunca será para efectivizar los cambios que
nuestra comunidad demanda con suma urgencia. Construcción y política van
de la mano. Sin votos no se puede acceder al poder, sin ideas fuerza, sin
ideología, sin el concepto, no se puede gobernar. Ni una ni otra está por
encima, deben ir acompañadas conformando un mismo objeto político. De modo que
sus legítimos representantes, los veraces, los creíbles serán aquellos que
entiendan dicho formato en su más fina esencia. La historia ha demostrado que,
en apariencia, bellas y justas propuestas políticas torpemente encapsuladas han
quedado en el camino por no comprender los tiempos y seguir con discursos
dignos de la época del centenario siendo castigadas por la sociedad con una muy
escasa atención popular; al mismo tiempo hemos comprobado que construcciones
vacuas empeoraron las ya de por sí terribles experiencias anteriores. De modo
que sumar voluntades per-se no es hacer política, al igual que no lo es
sesgarse y presentar un proyecto sectario. Se me ocurre inferir que para hacer
política y presentar un menú tentador para la sociedad se debe leer
correctamente e interpretar los intereses y paradigmas horizontales que esa
misma sociedad tiene en ese momento histórico, estableciendo ideas claras sobre
cómo resolver sus dilemas importantes y sus problemáticas urgentes. Ese cómo y para
quién es
lo que
nos define ideológicamente y no puede ni debe quedar como una cuestión
secundaria. El ingenio
es insolencia educada decía Aristóteles. En Coronel Dorrego no vemos ingenio
para enfrentar el futuro, menos aún insolencia para asumir riesgos, y muy poca
educación para respetar la diversidad que la democracia debe ostentar como
savia del sistema. Negar la eficiencia política del Oficialismo dentro de la
coyuntura resultaría una lectura sesgada de la política. Casi el 50% de la
población está absolutamente conforme con lo que hay y ha sido persuadida que
lo que hay es un techo
Usted cree que los dirigentes locales alcanzan a entender esto ¡¡¡¡ me parece demasiado para como se construye la politica en Dorrego, muy buena nota
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