sábado, 2 de noviembre de 2013

COLUMNA PROGRAMA SABADO 2





La Política y la Ley de Servicios Audiovisuales
....esto afirmábamos mucho tiempo antes del reciente fallo
por GUSTAVO MARCELO SALA
www.lasbalasdelcampanario.blogspot.com.ar

La resolución final con relación a la ley de medios audiovisuales recaerá sobre la Corte Suprema de Justicia. Sea por la vía per-saltum o transitando por los cánones jurídicos normales, el desenlace del dilema nos lleva en esa dirección. Cualquier fallo de instancias menores será apelado por las partes de modo que todos los caminos conducen al máximo tribunal de la Nación, por lo tanto su definitiva resolución no será sino hasta el año entrante.  Disyuntiva no menor si tenemos en cuenta varias cuestiones por analizar. A priori parecería no ser la mejor de las noticias para el oligopolio, aunque temo que dicha conjetura resulta engañosa haciendo agua por varios lados, en particular para aquellos que tenemos fervientes esperanzas a favor de la plena vigencia de la norma. Creo entender que tanto el Gobierno como el grupo Clarín siempre supieron cuál sería el final del sendero, el punto determinante es el momento político en el que cae dicha instancia, y a eso se juega. Es factible sospechar que el oligopolio espera que ese momento llegue en medio de una notoria caída en la popularidad de la Presidenta y si es posible con una derrota en las legislativas venideras. Convengamos que ese supuesto escenario colocaría al Gobierno Nacional con las defensas bajas. Una baja marcada en los comicios o directamente una derrota electoral acompañada por movilizaciones inducidas harían pensar muy seriamente su voto a aquellos integrantes de la Corte que todavía muestran dudas políticas sobre la norma en litigio, más allá de las certezas legales que la ley ostenta. Los que otrora fueran aliados políticos en la votación de la ley, ya no lo son. Los medios dominantes han conseguido arroparlos de forma tal presentarlos, bajo amenaza de complicidad con el oficialismo, como un grupo de oposición unívoco, cuestión que tiñe el escenario de modo siniestro. En un año electoral será muy difícil que alguna fuerza opositora acompañe cualquier tipo de militancia a favor de la ley debido a la supuesta necesidad de contar con canales no neutrales para exponer sus propuestas. De forma completa el arco opositor se concentrará en desvincularse lo más posible del oficialismo, y esto lo harán en todos los temas, inclusive en la cuestión de la democratización de la palabra. Históricamente las elecciones de medio término siempre dispersan buena parte del electorado de modo que toda merma se exhibirá como derrota, por lo que el eufemismo “opositor” logrará un marcado crecimiento. ¿Un fallo favorable que marque la completa constitucionalidad de la Ley de Medios servirá para lavar la corporativa y desgajada imagen de la Corte? Es un tema interesante para pensar. No olvidemos que la Corte se especializa en administrar justicia, no en hacer justicia. Los que vivieron como una victoria personal el fallo negativo sobre la reforma judicial sufrirían, en apariencia, una derrota descomunal en función de sus propios negocios de modo que dado el caso, el humor político, tanto del oficialismo como el de la oposición, trocaría notoriamente. Un fallo taxativo que implica “la intromisión popular” en un poder encapsulado y de interés propio a cambio de un fallo “casi testimonial”. ¿Y por qué lo califico como testimonial? Lamentablemente la Ley de medios tiene enormes flaquezas en cuanto a su real implementación. Las corporaciones dominantes ya deben tener en carpeta sus estrategias comerciales para diversificar sus sociedades, en consecuencia, el espectro comunicacional no se verá afectado en cuanto a sus contenidos, tampoco en cuanto a sus cruzados intereses. Lo impactante socialmente será el correlato político de un supuesto fallo favorable sobre la Ley de Servicios Audiovisuales. Esa suerte de batalla ganada, contra todo y contra todos. Todo esto tendrá directa relación con el momento en el cual la Corte se expida, cuestión que políticamente maneja a la perfección. La lectura que se haga del fallo será distinta si el mismo se expone antes o después de las elecciones. Dicho de otro modo, no creemos que la Corte falle en contra de la constitucionalidad Ley. Cambiar un penal que no fue en el último minuto por un tiro libre en tres cuartos de cancha es algo que la mayoría de los supremos se pueden permitir a favor de su subsistencia política. Además bueno es admitir que las corporaciones, unidas o diversificadas, necesitan que este modelo de Corte liberal siga funcionando como hasta ahora. La ley de medios, más allá de su constitucionalidad, se podrá seguir dilatando de manera parcial en cuanto a su pleno funcionamiento mediante fallos puntuales y fragmentarios. No olvidemos que una vulgar y desdorosa acordada legaliza un delito de evasión en contra del Estado por parte del Diario La Nación a instancias de Fayt. Sobre el Predio de Palermo y sobre la causa de Papel Prensa supongo que no es necesario explayarse demasiado. Vale decir, los mecanismos abyectos deben seguir intactos y no hay mejor reaseguro para ello que esta composición de la Corte. Habiendo recodado nuestras viejas presunciones y ya en el presente debemos tener en cuenta lo que muy atinadamente afirmara Leopoldo Moreau y que hace pocos días desarrollábamos dentro del mundo bloguero: “Temo que no se intenta comprender que esta ley no va a beneficiar al oficialismo como se afirma. Para que se implemente en su totalidad, debido a la complejidad de las adecuaciones, pasará bastante tiempo. Serán las próximas administraciones las que disfrutarán de la tan deseada pluralidad. Según las proyecciones quienes no tendrán que soportar las presiones, las extorsiones y las desmesuras corporativas unívocas y mediáticas serán los Binner, los Massa, los Macri o los Scioli. No el Kirchnerismo. El kirchnerismo dio la Batalla, pagó su costó político y está finalizando su período. La ganó, pero no para sí....”

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con su enojo Gustavo cuando ayer por la radio escuchamos eso de la arbitraridad de la ley de medios. Una ley emanada del Congreso por amplia mayoría y debatida hasta el hartazgo nunca es arbitraria. Puede ser perfeccionada y revisada. Arbitario es un holding con posición dominante y con poderes extraordinarios que mete sus intereses particulares por delante de la voluntad popular. Felicito a La Dorrego por tener una grilla de programas diversos en donde nada queda instalado como postulado absoluto. Eso es pluralidad.

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