" merece, increpa, incrima e interpela a toda la sociedad dorreguense "
POR
CARLOS MADERA MURGUI
La propensión a derivar responsabilidades, es una condición
casi constituida peculiarmente , la preferencia pasa en esto de derivar, basicamente
por las delegadas. La justicia, los gobernantes, los políticos, las fuerzas de
seguridad, los maestros y profesores, aparecen en la mayoría de los casos
primero, pero casi nunca presentados en la condición de padres, hermanos,
primos, amigos , conocidos o decididamente conciudadanos y consecuentes como
personas , condición suficiente como parte de una sociedad para hacernos cargo
de lo que pretendemos para nosotros y para todos. Somos responsables en la
medida de nuestra posición, de las que delegamos o de lo que protagonizamos. La
vida en sociedad, impone ciertas conductas de comportamientos y convivencia,
donde no solo respondemos por lo nuestro sino por lo que hacemos o dejamos de
hacer. Sociedad distintiva, en sus reacciones y procederes, nuestro Coronel Dorrego,
puede catalogarse de muchas maneras. El paso del tiempo modela conductas,
oculta otras y exhibe la mayoría de la forma que los habitantes elijen. Lo que
està mal para algunos, no tiene tanta importancia para otros y no existe para
el resto. Lo mismo podría decirse para lo que està bien. Solo que algunas
situaciones son mas importantes que otras, mucho mas alla de la singular
perspectiva que le imprima cada cual. Lo he repetido varias veces, esta
ocupación de comunicador o hablar por radio, impone cierto acercamiento de
gente que confía situaciones subterráneas , que no por ocultas no son
conocidas. La ultima semana, y coincidiendo con algunos hechos por demás
preocupantes que afectan y conmueven a varias familias de este medio, me
llegaron pedidos de abordar el tema tabu por excelencia que muestra nuestra
comunidad. El flagelo de las adicciones, en especial la drogadicción inquieta,
alarma e intranquiliza fuertemente a nuestros convecinos. Tenemos historia en
el programa , ocasionalmente en una dia de la navidad de hace tres años cuando
el Cura Diaz Sunico, afirmo sin mediar pregunta y abordando la situación de los
jóvenes en Dorrego, que la droga entraba a manos llenas, textual, agregando que
el poder político y el policial y judicial no hacían nada al respecto. Recibiò
como respuesta, la que no se hizo esperar, y fue requerida por esta misma
radio, de parte de los protagonistas aludidos, que presentara pruebas en la
justicia, que de esa forma había que actuar. La envestidura del cura párroco,
dueña de poder comunitario societario indudable, no mereció la resonancia en
acciones, mas del impacto de haberlo dicho por radio y removió esporádicamente
alguna tranquilidad funcionaria. Pero no se trataba en ese caso, ni ahora , de
indilgar culpas por el solo hecho que alguno o todos las tenemos en definitiva.
Sino de que la ocupación, por delante de la “ pre”, avance de forma que
prevenga, trate de que no ocurra y no sea tarea de tratamiento posterior,
cuando es sumamente difícil y distinto a todo, solucionar un problema de este
tipo, luego de que se esta inmerso en el. La desesperación y la fragmentación
de muchas familias merecen que no se expanda la porquería que nos han invadido.
Nosotros desde aquí , cumplimos la tarea de difundir un secreto a voces que no
podemos probar, los damnificados si, y están dispuestos con todas las fuerzas,
la mismas que tendrán que mantener por mucho tiempo en algunos casos, para
retrotraer situaciones de felicidad en el crecer de sus hijos. Cuando hablamos
de responsabilidades, no es buscando culpables, sirve de poco para quienes ya
están sufriendo situaciones muy graves ; sirve sì para que reflexionemos como
familia primero, dialoguemos, que es lo verdaderamente importante que
perseguimos para los nuestros, esa es la base , el resto derivamos como decía.
Deberàn extremar trabajos gobernantes, policía, justicia, educadores, familias,
profesionales. Concientizaciòn se ensaya, esfuerzos científicos, y técnicos
existen. Se habla de droga en las escuelas, se habla digo, también se dice de un consumo
social como se le llama a la adicción de mayores de cualquier estrato, como los
principales responsables ,y por ende la oferta
y la venta no discrimina y deriva arteramente en la juventud. No naturalicemos
situaciones a la que no estamos acostumbrados ni conocemos, la fragmentación
social y familiar no debe ser un problema de época , seguirá siendo un
infortunio como fue siempre. Deberemos instalarnos en el problema y enfrentarlo
desde el lugar que ostentamos, con mas o menos herramientas, las
responsabilidades no pasan siempre por los otros, el llorar situaciones que
jamás volverán a ser las mismas en el seno familiar, comunitario, de nuestros
afectos, merece, increpa, incrimina e interpela a toda la sociedad dorreguense
sobre algo que nadie dice que sea fácil. No ocurre solamente acà, se escucha
con insistencia, ellos quienes me lo comentaron y todos vivimos aquí y nos
conmueve la erosiòn de la vida misma de este pueblo y su gente. Hay quienes no
saben, otros que no pueden y algunos que no quieren. Hagamos algo, todos
podemos , siempre estamos a tiempo.
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