miércoles, 9 de diciembre de 2015

TAPA::Dorrego Despierta miercoles 9-11

El zorro como vigilador principal del gallinero
Quienes creemos en la persistencia de las ideologías y la vigencia de los intereses de clase no tenemos por qué compartir el optimismo )

por Carlos Madera Murgui  #


Resultado de imagen para CEOS en el gobierno

Las utopías, raramente se repiten en el ideario popular, aunque hayan visto el amanecer muy secretamente y para muy pocos. Lo que si se dio y muchos se acuerdan, casi todos, aunque se hagan los distraídos,y aunque haya ocurrido en el siglo pasado.  Las viejas estructuras no ya ideológicas, que movieron a millones de familias argentinas a adoptar identidades heredadas sobre partidos políticos o pseudo pertenencia a algunos de ellos es lo que emerge en la gran mayoría de los casos que no sabe porque . El proyecto político que acaba de ser derrotado en el ballottage no nació de un lento proceso de acumulación social e institucional de un espacio preconstituido, ideológico y programático. Nació de un encuentro que pudo no haber ocurrido nunca. Fue el encuentro de una circunstancia nacional crítica con una memoria histórica y con una vaga identidad política,  El encuentro contingente de circunstancias, lo que Maquiavelo llamó la virtü y la fortuna, estuvo en el origen del kirchnerismo. No puede sorprender entonces su heterogeneidad ideológica, su problemática organicidad y la radical centralidad de sus liderazgos.  De hecho la alteración viene operando lenta y contradictoriamente desde el mismo inicio de la experiencia de estos años y contradiciendo tanto a quienes están ansiosos de volver a la normalidad y a la paz del orden constituido. Hoy es necesario decir que sí, que la subsistencia de dos esencias en el interior de esta experiencia política pudo ser una de las pistas de los problemas y de la derrota. Pero hace falta decir que sin el encuentro entre esas dos almas no hubiera habido victorias electorales importantes  ni tal vez ,  proyecto transformador  en la Argentina. El proyecto neoliberal triunfante en el ballottage tiene la dilución de ese encuentro histórico en el centro de sus prioridades. Se apoya en la interpretación de este período histórico como una gran simulación , que expresa una forma grotesca de interpretar la historia de los movimientos nacional-populares como el resultado de apuestas políticas casi novelescas, así interpretan al kirchnerismo.   Los anuncios iniciales y las caras y apellidos de los ministros designados insinúan que la intención es derribar los pilares fundamentales del rumbo de estos años: el desendeudamiento, las políticas contracíclicas, la regulación de los mercados de cambios y de capitales, la mejora del salario real y la extensión casi universal de las jubilaciones.  Ahí puede encontrarse la trama de cómo nuestras sociedades actuales producen desigualdad sobre la base del miedo a perder lo que se tiene o a ser alcanzado por quien está abajo y el consiguiente debilitamiento del sentimiento de solidaridad. En estos días hemos oído algún comentario favorable a la presencia abrumadora de empresarios en el nuevo gabinete designado, como un síntoma positivo dada la eficacia de esos hombres de negocios. Como en los años noventa, el éxito económico se presenta como valor excluyente. Esta vez los promotores de la desigualdad como potencia impulsora de las sociedades no sorprendieron sino que avisaron muy claramente en la campaña. El desembarco de Chief Executive Officer (CEO), el director ejecutivo de máxima responsabilidad, de multinacionales y grupos económicos locales en el gobierno de Mauricio Macri es una experiencia política inédita en Argentina. Esta decisión no es igual aunque parezca a la del gobierno de Carlos Menem cuando entregó el comando de la política económica al Grupo Bunge & Born. Ahora estos gerentes generales de prestigio en el mundo de los negocios no pasarán a manejar espacios del Estado como delegados directos de las corporaciones que los empleaban, sino que la lógica política del macrismo es la de profesionalizar con personas provenientes del sector privado la administración de áreas del sector público. Varios otros ejecutivos de segundas y terceras líneas de grandes compañías también fueron convocados a los gobiernos macristas (Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires). Será la de los Ceos, la era política por venir.  Esta refundación macrista está basada en la concepción económica dominante que tiene como premisa el rol central del mercado y los actores privados en la producción económica. El sentido común de la sociedad es aleccionado acerca de que lo público está asociado con lo ineficiente, lo ocioso, lo inoperante, lo corrupto. Enfrente se alza en el altar de la pureza el mercado y la actividad privada, paraíso de la eficiencia, la transparencia, la honestidad y la productividad.     Entonces lo público, ámbito del interés general, ha quedado asociado a fines particulares o partidistas, mientras lo privado, ámbito por esencia de intereses concretos e individuales, se presenta como campo de lo neutral y objetivo.     Volver a privilegiar el concepto del “técnico” alejado de la “política” en la gestión de gobierno es un retroceso conceptual, cultural y de sentido sobre la administración del Estado. La CEOcracia de la pirámide Cambiemos  comenzó a transitar ese camino.   Los anuncios anticipados sobre devaluación y baja o supresión de las retenciones han impactado en la conducta de los “formadores de precios” desatando prematuramente la inflación que suele seguir a esas medidas. La causalidad es reconocida por economistas de todo pelaje que cobijan a Macri,  pero no tanto como para desconocer ese hecho. Bajo nivel de desempleo, jubilaciones universales, esquema extendido de protección social sustentado en derechos universales, paritarias anuales libres y en alza, extensión de derechos culturales, de género y sociales y además, una sociedad encalmada, sin conflictos tremendos.

El discurso macrista considera a su pasado y presente pura virtud: saben administrar, tomar decisiones, son exitosos. Hay, incluso, algo de misional o sacrificial en su paso al sector público. Un criterio vulgar los exime de sospechas preventivas: si ya son millonarios, si ya “la hicieron” no tendrán tentaciones económicas. Es una visión ingenua al mango: si algo caracteriza a los poderosos es ser insaciables. “Estar hechos” es un criterio de personas modestas, en todo sentido.  Quienes creemos en la persistencia de las ideologías y la vigencia de los intereses de clase no tenemos por qué compartir el optimismo.  Macri prometió conservar todo lo adquirido y sumar. Habrá que ver si consigue honrar esa palabra .

# Conductor Dorrego Despierta que se emite de lunes a viernes de 7 a 9 por LadorregoAM1470-45 años

1 comentario:

  1. Excelente Madera!!!! somos muchos los que no compartimos el optimismo, porque el oscurantismo liberal tiene sed de venganza. abrazo enorme y felicitaciones por ser salmón.

    ResponderEliminar