por Carlos Madera Murgui #
“El desafío mayor es vincular los hechos del pasado con los
contemporáneos. Porque si no se convierte en un recuerdo que tiende a ser
épico, o nostálgico, pero no cumple el propósito de señalar luces y sombras de
aquel pasado en el presente”.
¿ Cómo convertir la
voluntad de un sector directamente afectado, en una necesidad de la sociedad? ¿
Cómo hacer que ese relato ocupe un lugar, sino central de la escena cotidiana,
al menos visible y al alcance de todos? Contar la historia que recuerde las
causas y los efectos del terrorismo de Estado sobre la sociedad civil, implica
poder responder estas preguntas, que más que el imperativo de referir el
relato, debe ser visto como algo inconcluso, inacabado, incompleto. Los temas de hoy, sobre la condición humana, esencialmente, son el vehículo de la memoria,
no la memoria en sí. Una sociedad posee diferentes memorias y esas memorias
poseen a su vez diferentes intensidades. Aquellos que algunos recuerdan con
estridencia, otros lo han olvidado para
siempre, lo que algunos eligen recordar, otros lo desechan, acomodando nombres,
geografías, capítulos enteros del ayer en el olvido.
No podemos enjuiciar a quienes prefieren olvidar, pero sí
podemos invitarlos a no ser indiferentes frente al dolor de los que memoran
aquello que les fue arrebatado. Certezas que se convierten en evidencia
histórica que no puede ni podrá ser negada. la existencia de un sistema
concentracionario, la desaparición forzada de personas como práctica
sistemática, la incógnita acerca del destino de centenares de niños robados
nacidos en cautiverio, el calvario de familiares en busca de una respuesta que
nunca fue otorgada. Ese puñado de certezas nos hunde en la triste noche de
tantas muertes olvidadas. Relatos oscuros, pero necesarios de ser traídos al presente,
construido sobre una sintaxis, que
revela la prevaricación de la condición humana. Despertar el recuerdo de estos
hechos, además de seguir recuperando identidades apropiadas como los nietos, también enseña a las generaciones más jóvenes
la importancia que supone el respeto y el cuidado de la vida y la dignidad
humana, invita a considerar y apreciar la importancia que supone la vida en
libertad y democracia. Sabemos de la labilidad de la memoria, pueblos y
comunidades con memoria han reincidido en
episodios que se juramentaron no repetir. La transmisión de la memoria y
la cultura política, los comportamientos autoritarios que subsisten en las
democracias, son motivos que justifican
sobradamente cualquier desafío de memoración. En esa sutíl y poderosa evidencia se asienta la misión y
el esfuerzo por la evocación. Algunos se preocupan por sus bienes, a otros nos
ocupa lo que les pasa a las personas. Bienvenido nieto 122, un número, la
alegría de la recuperación, nos ubica en lo monstruoso.
# Conductor " Dorrego despierta" lunes a viernes de 7 a 9 por LadorregoAM1470
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