Las arcas
públicas de María Eugenia.
La gobernadora de Buenos Aires, en
silencio, costea traslados, estilo de vida e imagen, con sumas de dinero muy elevadas
y por encima de sus ganancias declaradas.
La gobernadora de
Buenos Aires, María Eugenia Vidal, es la “estrella” política
de Cambiemos. Goza de la imagen positiva más alta dentro de todo el
arco del PRO, incluso por encima del presidente Mauricio Macri, y
al mismo tiempo, el cuidado de su imagen, no deja fisura alguna a la vista de
los medios “grandes”, evitando así exponerla al desnudo o por completo. Pero lo
cierto, que lejos de ser “Heidi” (como le dicen propios
y extraños, con cariño a veces y burlonamente en otros casos), la dueña del
ejecutivo provincial tiene fisuras, manchas y sobre todo el manejo de una
billetera suculenta en su vida diaria.
En junio de este
año, a pesar de la tremenda crisis y los problemas que acarrea la provincia de
más grande del país, la gobernadora delegó por decreto las facultades
ejecutivas para poder dedicarse a la campaña electoral, mucho más, cuando
se vio que Esteban Bullrich por si sólo no podría jamás
traicionar un triunfo.
Yendo más atrás en
el tiempo, el 12 de octubre de 2016, a través del expediente 24000/423,
María Eugenia Vidal autorizaba el nuevo régimen de contribuciones
superior al límite estipulado en la Ley 10.430. De esta manera, la
administración Vidal pasó a disponer de más de 30 millones de pesos,
exactamente ($ 30.275.000) mensuales, habilitando además un gasto
extraordinario anual de más de 363 millones de pesos, todo, para sus asesores.
Vidal posee dos
asesoras de “imagen”. Una es Claudia Salomé Carreira, y otra, la
estilista Felisa “Lali” Medina. Ambas se ocupan de darle a la
gobernadora su mejor “perfil”. Para justificar este gasto, están declaradas
“dentro” de la Secretaría de la Gobernación, en donde Vidal se
aseguró tener una “caja” para este séquito. Las dos mujeres por otra
parte, trabajan en la consultora de moda de “Lali”, Medina Flores.
Tanto Carreira
como Medina no estaban inscriptas en ARBA y en AFIP, por
lo que se demoró el pago para ellas. La queja de un secretario íntimo de Perechodnik (Secretario
General de Gobierno de Buenos Aires) culminó con el pedido de renuncia al Director
de Personal, lo que terminó motivando la dimisión de todo el equipo de
la Dirección General de Administración de la Gobernación Bonaerense.
La gobernadora se
traslada diariamente en helicóptero. Al mes suma unas 40 horas de vuelo
sólo para dirigirse a “trabajar” y volver a su domicilio. El costo de
la hora de vuelo aproximado es de 6 mil dólares en este tipo de
aeronave. Lo que da un total de casi 3 millones de dólares
anuales sólo en el traslado diario de Vidal.
Esta cifra, se suma
además a una Licitación hecha por la propia Vidal, la 10/16, por lo cual, la
gobernadora contrató un servicio de traslado aéreo gubernamental por más de 4
millones de pesos.
Alegando problemas
de inseguridad, la gobernadora dispuso su mudanza a la Base Aérea Morón.
Mediante la Resolución 30 del 1/4, que fue firmada por el Director
de Arquitectura del Ministerio de Infraestructura Joaquín Gándara, este
“capricho” le costó a los bonaerenses unos 660 mil pesos.
María Eugenia Vidal
posee un paladar muy refinado. Es por ello que contrató un servicio
que tiene un costo de más de 1 millón de pesos mensuales en: coffee
breaks, piezas de sushi y cuadradillos de jamón crudo, rúcula y parmesano. Todo
esto aprobado por contratación directa, en el Expediente 21705 – 412168. Vidal contrató de manera directa bajo el
Expediente 22700-5474 y por diez meses, 3 máquinas de café por un monto de
641.500 pesos.
Cómo cada máquina
provee 250 vasos por mes, equivalente a 7500 vasos en 10 meses, el valor de
cada café queda en 85,50 pesos. En contrapartida, la
gobernadora anuncio con “bombo y platillo” el aumento de la “Copa de
leche” para los más necesitadas, estableciéndolo en 8,25
pesos por unidad, diez veces menos que el costo del café para la
Gobernación.
Sin duda, no
siempre los grandes medios hablan de todo lo que se podría y se debería hablar,
pero resulta curioso, como una simple investigación se pueda descubrir cuestiones
muy llamativas y curiosas, al menos “ originales” para el paladar consumista
argentino.
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