UNA MISMA VENTANA, DISTINTOS PAISAJES
Ya lo hemos dicho muchas veces, todos pueden mirar por la misma ventana y ver un paisaje distinto. Es cierto que algunos temas por exactos, no merecen discusión, pero más allá de lo científico, siempre existen interpretaciones. Todos repetimos en política 2 más 2 no siempre son 4. A partir de este veredicto, parece que todo vale, sumándole cierta disgregación de conceptos básicos, que por mucho tiempo reglaron tácitamente la actividad, también el análisis y las consecuencias, enmarcados en concebidos. Por estas horas en la provincia de Santa Fe , jurisdicción importante, territorial, mediática y productivamente, y por simple deducción de contextura también electoralmente; se ha dado un excepcional marco de un empate técnico como se le llama usualmente ,en las elecciones del último domingo. Se escucharon mas allá de lo duro de los números ( para los definitivos habrá que esperar unos días), diversos e innovados enfoques sobre el comportamiento de los votantes santafesinos. La elección muy disputada, abarcó en una cifra muy reducida a tres candidatos con chances con diferencias muy acotadas, lo que hace presumir, un acolarado tratamiento de las cifras, privativo de lo que marque la justicia electoral, computando los sufragios exhaustivamente. Quienes comentan esto, también hacen referencia puntualmente a que cada candidato se quedo con un 30 por ciento de los votos. La línea hace presumir en esta postura un futuro gobierno debilitado, ya que asentado en el mismo criterio, el 70 por ciento de los ciudadanos-pobladores no lo eligio , por lo tanto estaría en oposición a sus acciones gobernantes. Como dato accesorio en Santa Fe, se gana la elección por mayoría ( puede ser un voto), no existiendo la segunda vuelta, ni otra condición que ser el más votado. Planteamientos como este, simplista, numéricos, no tan políticos desde todo punto de vista, ya son conocidos. Nadie asegura desde otra posición , si las personas elegidas cuentan con el apoyo de la población , pese a no haber sido votadas. Este frecuente argumento trivial, nimio , escuchado en forma reiterada por los que pierden no se ajusta a la realidad. Los famosos 22 puntos de Néstor kirschner en 2003, no fueron los que llevaron al poder, sino la no presentación de Carlos Menem a una nueva compulsa entre ellos dos, que a pesar de haberle ganado en la elección, no lo hizo por los puntos que requiere la ley, asentada en la misma Constitución que propició reformar. La legitimidad de aquel gobierno nunca se sabrá que respaldo en números de votos hubiese tenido de realizarse la segunda vuelta. En la práctica no transige muchos análisis. Cuando la Presidenta lo recuerda, apuntando a que el guarismo de desocupación excedía el porcentaje de votos reunidos por su esposo no falta a la verdad, pero no se puede precisar aunque la legitimidad , (en contenido abstracto fue puesta siempre en duda por la oposición ) fuera y es a la distancia motivo de valoración. A los gobiernos los legitiman sus propios comportamientos, acciones y procederes, y los verifica o los disiente la voluntad popular en las elecciones. Nadie puede aseverar , amén de los arreglos partidarios, y una afinidad concreta, ideológica esencialmente , la práctica de los votantes en una segunda ronda. El soberano, como muchas veces se lo llama al conjunto de quienes eligen, tiene esa potestad , de cambiar su voto. Los elegidos a veces cambian después lo que aseguraron, cosa que no podrían, pero sucede.
Ya lo hemos dicho muchas veces, todos pueden mirar por la misma ventana y ver un paisaje distinto. Es cierto que algunos temas por exactos, no merecen discusión, pero más allá de lo científico, siempre existen interpretaciones. Todos repetimos en política 2 más 2 no siempre son 4. A partir de este veredicto, parece que todo vale, sumándole cierta disgregación de conceptos básicos, que por mucho tiempo reglaron tácitamente la actividad, también el análisis y las consecuencias, enmarcados en concebidos. Por estas horas en la provincia de Santa Fe , jurisdicción importante, territorial, mediática y productivamente, y por simple deducción de contextura también electoralmente; se ha dado un excepcional marco de un empate técnico como se le llama usualmente ,en las elecciones del último domingo. Se escucharon mas allá de lo duro de los números ( para los definitivos habrá que esperar unos días), diversos e innovados enfoques sobre el comportamiento de los votantes santafesinos. La elección muy disputada, abarcó en una cifra muy reducida a tres candidatos con chances con diferencias muy acotadas, lo que hace presumir, un acolarado tratamiento de las cifras, privativo de lo que marque la justicia electoral, computando los sufragios exhaustivamente. Quienes comentan esto, también hacen referencia puntualmente a que cada candidato se quedo con un 30 por ciento de los votos. La línea hace presumir en esta postura un futuro gobierno debilitado, ya que asentado en el mismo criterio, el 70 por ciento de los ciudadanos-pobladores no lo eligio , por lo tanto estaría en oposición a sus acciones gobernantes. Como dato accesorio en Santa Fe, se gana la elección por mayoría ( puede ser un voto), no existiendo la segunda vuelta, ni otra condición que ser el más votado. Planteamientos como este, simplista, numéricos, no tan políticos desde todo punto de vista, ya son conocidos. Nadie asegura desde otra posición , si las personas elegidas cuentan con el apoyo de la población , pese a no haber sido votadas. Este frecuente argumento trivial, nimio , escuchado en forma reiterada por los que pierden no se ajusta a la realidad. Los famosos 22 puntos de Néstor kirschner en 2003, no fueron los que llevaron al poder, sino la no presentación de Carlos Menem a una nueva compulsa entre ellos dos, que a pesar de haberle ganado en la elección, no lo hizo por los puntos que requiere la ley, asentada en la misma Constitución que propició reformar. La legitimidad de aquel gobierno nunca se sabrá que respaldo en números de votos hubiese tenido de realizarse la segunda vuelta. En la práctica no transige muchos análisis. Cuando la Presidenta lo recuerda, apuntando a que el guarismo de desocupación excedía el porcentaje de votos reunidos por su esposo no falta a la verdad, pero no se puede precisar aunque la legitimidad , (en contenido abstracto fue puesta siempre en duda por la oposición ) fuera y es a la distancia motivo de valoración. A los gobiernos los legitiman sus propios comportamientos, acciones y procederes, y los verifica o los disiente la voluntad popular en las elecciones. Nadie puede aseverar , amén de los arreglos partidarios, y una afinidad concreta, ideológica esencialmente , la práctica de los votantes en una segunda ronda. El soberano, como muchas veces se lo llama al conjunto de quienes eligen, tiene esa potestad , de cambiar su voto. Los elegidos a veces cambian después lo que aseguraron, cosa que no podrían, pero sucede.
Dorrego Despierta se emite de lunes a viernes de 7 a 9 hs por La Dorrego AM1470
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