lunes, 24 de agosto de 2015

TAPA. Dorrego Despierta

No lo desconozco, no significa que lo acepte

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Lo anormal según Foucault, no es sinónimo de malo,  sino que, simplemente,  hace referencia a algo que está fuera de la norma. La anormalidad a la que me quiero referir, lo diferente, lo que impide encajar en esa norma producida por costumbres, hábitos, respetos,…. si otros prefieren cinismo, hipocresía,  pero coincidiendo que no es normal, para gentes que hablan poco públicamente, se quejan mucho por lo bajo, de la misma manera que impostan una posición retrógrada, xenófoba,  discriminatoria,  fundamentalista,  desde donde hipotéticamente nadie sabe quiénes son;  no es ni normal ni común, acá en mi pueblo.       Desde un claro trastorno intelectual agudo, desde el fanatismo enfermizo,  desde ese lugar se nos habla,  en una posición inútilmente corrosiva,  donde no importa si a lo que uno accede es verdad o ficticio,  lo que importa es que trascienda,  para eso el autor, se le haya ocurrido decir, en este caso puntual  escribir, todo esto, en el tácito pacto que el lector construyo al descubrir tamaños disparates.      Convivir con lo diferente,   se sitúa como lo más tenso de las relaciones humanas.      Cuando algo ya no nos espanta, cuando se transforma en parte de nuestra vida cotidiana,  cuando pierde peso en nuestras conversaciones, cuando lo incluimos en el entorno existencial del que aceptamos naturalmente vivir,  la pesadilla está entre nosotros.   Una sociedad se define por las cosas que tolera y las que no. Las que se toleran son parte del elemento en que hemos decidido y aceptado vivir  y las que no,  se condenan social o judicialmente.         La comunicación moderna entre las personas, es sin duda, uno de los avances en esa materia de lo más revolucionario de todas las Eras. La irrupción de la Internet , con sus sitios web, blogs, redes sociales y otros tantos servicios que evidentemente no domino , han puesto a las personas en una gigantesca  vidriera, que entra el que quiere, claro, al que todos se animan, al que no hay que mirar a la cara , para elogiar o difamar.   Hemos llegado a un punto quienes así lo consideramos de preguntarnos, sí realmente mejora la comunicación.        Lo clandestino, lo secreto, lo prohibido,  lo osado atraen a consumidores atornillando al sistema, que todo lo muestra y todo lo ve.    Este disparador plantea del modo más efectivo, para poder ser interpretado,  sin esquemas moralistas, pero sí en situaciones límites de ética humana.  Me sorprende sí, y de eso se trata,  la complacencia de mucha gente, la movilización de ciertas posturas comunitarias demasiado preocupantes como para que pasen de largo.    Quienes nacimos en este lugar, no conocemos al menos en superficie, y durante unos cuantos años, muchos, de semejantes odios condensados hacia posturas diferentes ya sean políticas, sociales .de credos, económicas,  o lo que fuere, nada justifica semejante agresión.     El sistema del que hablamos , que todo lo mira, que todo lo encuentra, que todo lo dice, esta vez no supera a la diaria comunicación personal, radial, televisiva, pero en vivo frente a frente, por teléfono o por carta ,que de ninguna manera tiene que coincidir, pero sí convivir y con nombre y apellido como pocos se animan.   Uno es responsable de lo que elige y de lo que hace; y al elegirlo y al hacerlo elige lo que es, somos lo que hacemos, no existe otra cosa.            Nos están enseñando, o eso  creen,  que todo esto es un entretenimiento como cualquier otro, todo el espectro hace equilibrio entre lo real y lo virtual, entre una distracción más conectada a una máquina, una mercancía más del mercado a consumir; y ahí sí coincidimos,  banalización al extremo.    Quienes tiene obligaciones y tareas, que todo lo ven,  que filman gentes , vestidos de manera diferente , en vehículos diferentes , hasta parece que con cara diferente no alcanzan a distinguir ciertas cualidades de esas gentes, que están debajo de todo eso, y que la tecnología , ni quienes las controlan, y gracias todavía , no se dan cuenta.    De lo que sí hablo, de los grados de resentimiento, odio, xenofobia, discriminación ,intolerancia de los que les conté me turban sobremanera, porque quiero a mi gente, a mi pueblo, y eso no es , respetuosamente, con todas las diferencias que quieran , ni mi gente, ni mi pueblo.


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