lunes, 6 de julio de 2015

Adoquines salvajes: 4 de julio:: El que está quieto, miente::



El que está quieto, miente...

> Por Gustavo Marcelo Sala


Si sucede, conviene dice el gurú religioso de la derecha...

Si hay pobreza, conviene

Si hay injusticia, conviene

Si hay explotación, conviene

Si la distribución de la riqueza es desigual, conviene

Si hay abusos, conviene

Si falta trabajo, conviene

Si hay xenofobia, conviene

Si existen el Banco Mundial y el FMI, conviene

Si existen los buitres, conviene
Si todo esto sucede, desde luego que resulta muy conveniente a aquellos que ostentan posiciones dominantes, de modo que el mensaje indica que nada debemos hacer para modificarlo. Las siete plagas convienen, y conviene el trabajo no registrado, y también conviene que las cosas valgan más que las personas, y conviene que las balas tengan más valor conceptual que las vidas que ellas apagan.

Muy oportunamente, hablando sobre el tema, el Negro Dolina trazó un paralelo con el Cándido de Voltaire demostrando a priori que dicha idea para nada resulta novedosa. En la obra el Dr. Pangloss, personaje plano y trágico al mismo tiempo, aceptaba buena e inocentemente todos los eventos de su vida a modo de sentencia definitiva y lo hacía desde un prisma optimista lindante con el ridículo. Recordemos que este texto fue escrito por Voltaire en las vísperas de la Revolución Francesa, momento histórico en el cual se observaba con notoria crudeza las diferencias sociales que proponía de forma divina la corona, designios que se debían aceptar con alegría y mansedumbre. De algún modo Voltaire, con el Cándido o el Optimista, le estaba dando, desde la ironía y el cinismo, un marcado empujoncito a la reacción colectiva burguesa que años después desembocara en ira popular.

El término conviene, muy ligado a conceptualizaciones mercantilistas, apunta hacia aquellos segmentos que ni siquiera sospechan que dicho término resulta discutible desde muchas vertientes científicas, sean ellas éticas, estéticas, filosóficas, humanistas, sociales, antropológicas, psicológicas y económicas. Son grupos que ostentan la idea de los merecimientos. Es lo que me tocó en suerte, por lo tanto lo merezco y si esto así lo mejor es aceptarlo, en consecuencia, conviene. Curiosamente quienes apoyan estos formatos espirituales tienen resueltos algunos incisos que ciertamente no desean cuestionar. Los intentos de restauración conservadora tienen aquí varios de sus artículos fundacionales.

Si hasta ahora sucedió que respiraron de determinada manera, por qué razón ese modo de inhalar y exhalar dejó rápidamente de convenir para transformarse en materia de debate y corrección. Ergo, no todo lo que sucede conviene entonces. Sofisma refutado desde la sencillez de un improvisado como quien suscribe. Si existe la posibilidad de un cambio, cuál es la razón para ceñirnos solamente al tema respiratorio. Pero el dilema es más profundo, no pasa por la motricidad de acto de oxigenarse.

El vacío intelectual y la llanura de la propuesta podrían llamar la atención si la misma no tuviera marcados fines económicos, pero dentro del contexto siempre es mejor vender un producto sencillo de digerir para el sentido común que someter el pensamiento filosófico a molestas complejidades. La derecha se ha puesto a meditar con sus gurúes, algo inusual en la coyuntura. Aunque a fuerza de ser precisos meditar no significa pensar, y menos aún críticamente, de modo que no debemos abrigar demasiadas esperanzas humanistas sobre la experiencia. Como vimos “si sucede conviene” encierra en sí propio una contradicción editorial desde lo espiritual, pero resulta muy beneficiosa y explicativa para evitar todo tipo de reacción colectiva ante las ignominias e injusticias que permanentemente proponen los exitosos abusadores, entusiastas afiliados y promotores de dicho credo mediático.

Mencioné a Dolina, y me voy con él... "Hojas quietas, aves inmóviles... Frases sin verbo. Tal vez sea el equilibrio último. O a lo mejor es simplemente mentira... Después de todo mentir es un procedimiento penoso por mantener las cosas tal cual están. El cambio se evita con falsedad, negando los gradientes. Por el contrario, la verdad precipita los acontecimientos, levanta ventarrones. El que está quieto miente". 


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