"Gracias Peña, por existir y además en mi pueblo"
Por Carlos Madera Murgui
Hacer una
reminiscencia jamás se convierte en una tarea cómoda. Intentar descifrar el
hecho cultural más importante que ha tenido Dorrego a través de los tiempos
menos aún. Esto implica siempre el gusto y la pasión puesta por quién tiene a
cargo el trabajo, y sobre todo la relación personal con el hecho, complemento
indivisible de cualquier opinión. Quienes opinamos desde afuera, aunque al
tradicianalismo del pago, nadie lo mira de afuera para bien o para mal, algunos
con más fundamentos que otros, pero nadie duda , decía ,sobre la formidable
acción a lo largo de sesenta años de la institución preclara, señera, admirada,
esclarecida en un impecable derrotero cultural sin fisuras que han hecho grande
por su existencia a Dorrego todo. Explicaba uno de los tantos poetas que han
pisado este suelo, que Dorrego significa un escalón, ya no un paso más , en la
trayectoria de cualquier artista , cultor o aficionado al participar en
actividades de la Peña Nativista. Otro decía hace un tiempo que Dorrego no es
un festival, ,hablando de lo mas importante de la Peña, como hay muchos y
buenos decía, sino una celebración del tradicionalismo y “la fiesta” de la
llanura pampeana. Escuchar emocionados y agradecidos a autores que han podido
presentar libros en las actividades oficiales de la Peña, y en la Casa de la
Cultura de Dorrego, permanente acompañante , también satisface a quienes oímos
eso de boca de consagrados. Es fiesta y es Peña, por el desfile, por las
comidas, por la jineteada, por los cantores y las cantoras, por la flor del
pago, por las cabalgatas y las pilchas, con infantes bailando y escuchando ,por
adolescentes investigando y respondiendo en certámenes ,por las exposiciones
artesanales, plata, sogas ,lanas
,esculturas, hasta pájaros de la llanura ha expuesto alguna vez la fiesta. Es
fiesta y es Peña porque volvió a los colegios como antes, como muchos recuerdan
a muchos en las aulas, los de acá y los de afuera los más, hasta Jorge Cafrune
con instrumento y todo, los escritores más famosos, más auténticos, llenos de
cultura, la nuestra. Dorrego los tuvo y los sigue teniendo, amamantando artistas y dirigentes que no dejarán morir esto
, que allá por 1966 a pocos años de iniciarse la patriada, Pedro Iribarne
hablaba del porqué de la persistencia. Tal vez ya percibía que no iba a ser
fácil, tal vez intuía que mirar el rio es también ahogarse, si nadie intenta
cruzarlo. El faro cultural de la llanura pampeana, que representa este pueblo
por autocracia de la Peña, se construyó con hechos y acciones en defensa de una
regionalidad sin fisuras, sin negocios, contratodo, defendiendo y respetando
como nadie, por eso es Dorrego, una autenticidad valorada y enriquecida por
visitantes, que nos lleva a darnos cuenta a lugareños. El puñado de gente de
siempre y de ahora, que integra la Peña Nativista de Coronel Dorrego, que en
nada se parece a nada, es un todo costumbrista, no es un club, no es grupo de
amistad, saben que construyen y apuntalan algo todo los días, que no les
pertenece solo a ellos, sino que ya es de todos, es del pueblo, también saben
de la tremenda responsabilidad que les asiste, como intransigentes e
incorruptibles guardianes de algo que excede la organización de una cosa. Por
algo nos identifica la simbiosis pampa en la puerta del pueblo, por la fiesta,
por todos los días del año que la Peña vive, por los que tocaron y cantaron, y
los que escribieron, por los que trabajaron y no cedieron, por los que
cocinaron y cabalgaron, los que pintaron y tejieron, los que cincelaron y
desfilaron, por los bailarines y las danzas, por los que están y los que
estuvieron, por los silencios entendidos que sólo acá se disfrutan, por las
destrezas , por la gratitud de los visitantes, por los premios , pero también
por los tropiezos. Por todo eso, Dorrego fue y es y será tradición, cultura e identidad de la
mano de la Peña, la nuestra, la del pago, la de los de adentro, pero también de
todos que la sabemos nuestra. No se trata de ganar nada, lo saben desde
siempre, solo se trata del respeto hacia una idea, una tarea deshusada, fuera
de época, pero que para la Peña y sus genes será por los tiempos eso. No
cambiar, significa estar siempre estar siempre naciendo cada año, cada día.
Gracias Peña, por existir y además en mi pueblo.
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