sábado, 25 de julio de 2015

Editorial:: sábado 25 de julio::


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"Gracias Peña, por existir y además en mi pueblo"
Por Carlos Madera Murgui

Hacer una reminiscencia jamás se convierte en una tarea cómoda. Intentar descifrar el hecho cultural más importante que ha tenido Dorrego a través de los tiempos menos aún. Esto implica siempre el gusto y la pasión puesta por quién tiene a cargo el trabajo, y sobre todo la relación personal con el hecho, complemento indivisible de cualquier opinión. Quienes opinamos desde afuera, aunque al tradicianalismo del pago, nadie lo mira de afuera para bien o para mal, algunos con más fundamentos que otros, pero nadie duda , decía ,sobre la formidable acción a lo largo de sesenta años de la institución preclara, señera, admirada, esclarecida en un impecable derrotero cultural sin fisuras que han hecho grande por su existencia a Dorrego todo. Explicaba uno de los tantos poetas que han pisado este suelo, que Dorrego significa un escalón, ya no un paso más , en la trayectoria de cualquier artista , cultor o aficionado al participar en actividades de la Peña Nativista. Otro decía hace un tiempo que Dorrego no es un festival, ,hablando de lo mas importante de la Peña, como hay muchos y buenos decía, sino una celebración del tradicionalismo y “la fiesta” de la llanura pampeana. Escuchar emocionados y agradecidos a autores que han podido presentar libros en las actividades oficiales de la Peña, y en la Casa de la Cultura de Dorrego, permanente acompañante , también satisface a quienes oímos eso de boca de consagrados. Es fiesta y es Peña, por el desfile, por las comidas, por la jineteada, por los cantores y las cantoras, por la flor del pago, por las cabalgatas y las pilchas, con infantes bailando y escuchando ,por adolescentes investigando y respondiendo en certámenes ,por las exposiciones artesanales, plata, sogas  ,lanas ,esculturas, hasta pájaros de la llanura ha expuesto alguna vez la fiesta. Es fiesta y es Peña porque volvió a los colegios como antes, como muchos recuerdan a muchos en las aulas, los de acá y los de afuera los más, hasta Jorge Cafrune con instrumento y todo, los escritores más famosos, más auténticos, llenos de cultura, la nuestra. Dorrego los tuvo y los sigue teniendo, amamantando  artistas y dirigentes que no dejarán morir esto , que allá por 1966 a pocos años de iniciarse la patriada, Pedro Iribarne hablaba del porqué de la persistencia. Tal vez ya percibía que no iba a ser fácil, tal vez intuía que mirar el rio es también ahogarse, si nadie intenta cruzarlo. El faro cultural de la llanura pampeana, que representa este pueblo por autocracia de la Peña, se construyó con hechos y acciones en defensa de una regionalidad sin fisuras, sin negocios, contratodo, defendiendo y respetando como nadie, por eso es Dorrego, una autenticidad valorada y enriquecida por visitantes, que nos lleva a darnos cuenta a lugareños. El puñado de gente de siempre y de ahora, que integra la Peña Nativista de Coronel Dorrego, que en nada se parece a nada, es un todo costumbrista, no es un club, no es grupo de amistad, saben que construyen y apuntalan algo todo los días, que no les pertenece solo a ellos, sino que ya es de todos, es del pueblo, también saben de la tremenda responsabilidad que les asiste, como intransigentes e incorruptibles guardianes de algo que excede la organización de una cosa. Por algo nos identifica la simbiosis pampa en la puerta del pueblo, por la fiesta, por todos los días del año que la Peña vive, por los que tocaron y cantaron, y los que escribieron, por los que trabajaron y no cedieron, por los que cocinaron y cabalgaron, los que pintaron y tejieron, los que cincelaron y desfilaron, por los bailarines y las danzas, por los que están y los que estuvieron, por los silencios entendidos que sólo acá se disfrutan, por las destrezas , por la gratitud de los visitantes, por los premios , pero también por los tropiezos. Por todo eso, Dorrego fue y es  y será tradición, cultura e identidad de la mano de la Peña, la nuestra, la del pago, la de los de adentro, pero también de todos que la sabemos nuestra. No se trata de ganar nada, lo saben desde siempre, solo se trata del respeto hacia una idea, una tarea deshusada, fuera de época, pero que para la Peña y sus genes será por los tiempos eso. No cambiar, significa estar siempre estar siempre naciendo cada año, cada día. Gracias Peña, por existir y además en mi pueblo.

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