miércoles, 7 de octubre de 2015

::Adoquines Salvajes::



El kirchnerismo no es una expresión política de izquierda, es algo más profundo… 
Por Gustavo Marcelo Sala

Uno de los grandes defectos que tiene el campo popular es suponer que la autocrítica contiene elementos de superioridad moral que lo eleva intelectualmente. Por decenas de temas nos hemos destrozado a nosotros mismos más allá de las operaciones opositoras. Yo no he visto lacerarse internamente a Cambiemos por sus herrumbres y miserias, por la represión en el Borda, por las escuchas, por las inundaciones, por el endeudamiento en CABA o por la corrupción, Iron Mountain inclusive. Tampoco he visto a la militancia del progresismo criticando al socialismo por los narcos rosarinos, sus jefes policiales o por el escape de gas que le costara la vida a casi 30 personas. Menos aún he visto autocrítica por parte del FR a propósito de las bestialidades e ignorancias que suele emitir su líder, ni por la presencia de cuadros políticos con extensos prontuarios.
Hace un tiempo hemos esbozado la idea de comenzar a pensar al kirchnerismo en términos históricos y creo oportuno retomar el tema. Temo que el párrafo anterior desempolva uno de los dilemas más notorios que tiene el campo popular: su enorme capacidad de autodestrucción so pretexto de esa constante tendencia hacia el camino de la perfección. En ocasiones somos la “reacción puritana e inquisitoria” de nuestra propia acción política.
Por eso me parece oportuno finalizar con esta breve nota de opinión con un brillante análisis de Diego Capusotto sobe el kirchnerismo y que hace un tiempo me acercara la socióloga María Eugenia Madera:
El kirchnerismo no es un partido de izquierda, dice. Es un sujeto político de discusión, porque se compromete desde lo que enuncia, entonces cuando te comprometés, tenés que llegar a algún lugar y después ir a los lugares donde todavía no está resuelta la cosa. Desde ahí me resulta interesante, no para sacar la banderita de la kermés nacional y popular, sino para poner la atención y la tensión ahí. Si hay algo que genera tensión es el kirchnerismo... lo demás no. Cuando digo “tensión” no estoy diciendo apoyo incondicional, sino elemento vital en el escenario político. Lo demás me parece irrelevante y peligroso. Pienso que todo depende más del kirchnerismo que de la oposición, continúa diciendo Capusotto. Este es un escenario desolador. Sabemos que siempre el ciudadano indignado termina hablando del diálogo y la eficacia: el diálogo es entre ellos y la eficacia es para hacer negocios. Y la policía para reprimir. Eso me preocupa más que la decadencia física”.

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