sobre la "chatura" dorreguera
por Carlos Madera Murgui #
Del éxtasis a la agonía, oscilan cotidianamente
nuestros días, según el lente, según la ocasión. Pero tal cual padres de
familia, solo permitimos quejas desde adentro, porque de otra manera hacemos
prevalecer orgullosos nuestros rasgos de identidad. Este último tiempo, preelectoral, muy
constructivo a mi entender, desde el punto de vista del análisis, ya que no
somos proclives a hacerlo masivamente en otra época o período, que nada lo
distanciaría al transcurrido antes de una elección. Tenemos creencias o frases
hechas que hemos repetido a lo largo del tiempo basados en dolores o
padecimientos, incluye adelantos, que se han ido transfiriendo por años y que
damos por sentado. Tal vez estemos hablando del rasgo más distintivo de los dorregueros
como comunidad. Lo cierto es que la discusión de los dirigentes y sus opiniones
y planes e ideas no pasan desapercibidas,
los que ganan, los que pierden,
todos hacen su diagnostico, y por encima de que sean apoyados por el voto o no,
se traduce en preocupación y atención respetable en todos y para todos, repito
mas allá de una adhesión concreta. Después viene el tamiz necesario pasando por
el gusto, la coincidencia o la preferencia hacia algún candidato o conjunto o
partido que se ofrezca en el menú a toda la ciudadanía. Todo sirve en un
contexto generalizado, como debe ser, y ojala nunca se modifique, que todo puede mejorar, de la mano
de quien sea, de aquí o de allá, de la forma que elijan, y en el momento que
cuadre, según el contexto. Todo hace
presumir tiempos mejores, por la diversidad, por este clima de participación
general, que alienta mirando desde la movilización propia de cualquiera, de la
discusión, de ocuparnos de los temas que nos incumben, en estar al menos
preocupados por mejorar cualquier situación
en la que nos encuentre colectivamente,
porque individualmente no nos ha ido tan bien a todos, valga el sentido
metafórico. Al menos la información, datos, opiniones, vaticinios de estos días
hacen hablar y opinar a gentes que habitualmente no sabe si llueve o el sol
brilla con todo su esplendor. Es un mal de época, cierto, generacional,
también, pero no es menos cierto, que todos hasta los recién llegados, se
animan a opinar con total desenfado. Y es auspicioso, antes del silencio, o de
los tutores de la antipolítica, que hablan por reflejos ajenos. No existe la neutralidad ante tensiones o
conflictos de nuestra vida social y política, eso es precisamente, me parece lo
que robustece la herramienta. No quiero habitar un espacio donde quedemos atrapados
en el decir por decir, en el que justifiquemos lo injustificable, y repitamos
conceptos donde no caben los matices, donde sobra lo categórico. Lo complejo es
filtrado por el discurso, reductores de
la realidad, mecanismo que siempre juega en contra de todos, incluso del
emisor. La mitificación de la chatura
dorreguera, es la celebración de la
negatividad misma, exagerar situaciones que nos impiden pensar que no somos tan
distintos, ni para bien ni para mal, nos juega en contra, pero es producto de
nuestra propia fuente, y nos molesta cuando viene de afuera. Usamos criterios
fundados con sensación de certeza que nos hace dormir tranquilos en el
desconocimiento y conformismo. Ese
horizonte tormentoso es socialmente asumido en forma categórica y en forma de
historicidad, tradiciones y sentimientos, nos impide ya trasvasando
generaciones encarar una tarea que se nos ha contado imposible y dudosamente
deseable. Nos queda revisar seriamente que hacemos con posturas y aspectos
profundamente negativos de nuestros hábitos como sociedad, que definitivamente
no depende de pocas personas. Es imperioso un análisis y ocupación a fondo de
eso que llamamos la sociedad dorreguense donde parece que todos somos iguales,
pero que hecho conviven y existen instituciones
y organizaciones de todo tipo, como así también y nada menos que una
población paralizada por el destino preestablecido de algo que no existe. No es
fácil encontrar pueblo que se caracterice por el hábito de autodenostarse, creo
que solo nos encarna una variación de la decadencia que tomo posesión del
imaginario pueblerino que nos invade, y que nos incluye a todos sin excepción.
# Conductor "Dorrego Despierta" que se emite de lunes a viernes de 7 a 9 por LaDorrego AM1470
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