jueves, 1 de octubre de 2015

TAPA..Dorrego Despierta jueves 1-10

se puede discutir, no negar....

por Carlos Madera Murgui

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Qué pasaría si un líder político surgiera de la combinación de impacto en los medios más el furor en las redes sociales, aunque fuera animado e incorpóreo a la vista ? Este escenario, ficticio, pero posible según las volubles valoraciones,  de lo que afirman,  han cambiado radicalmente nuestras vidas, consolidados en los avances tecnológicos aplicados a todo, incluso a la política. Esta época maleable de la información que vivimos los últimos tiempos , escrutado con el prisma de una preocupación más bien ambivalente, ha creado una cotidianeidad de lo extremo con lucubraciones acerca del accionar de todo, que ponen en juego, ímpetus humanos sobre todo en lo relativo a la libertad de expresión (esta es la mas cimentada de las excusas,) en un universo paradójico, amenazante, peligroso, de donde  nunca se escucha retractación, luego de acusaciones e imputaciones ,curiosamente dentro de lo que consideran falta de libertad. La espectacularidad de la presentación de dichos importantes o no, son recurrentemente ofertados como hechos políticos, atravesados por la “indignación y la anti política “ con aseada similitud, de algo ya vivido, donde la agresión descarada gana el asentimiento de una audiencia enojada y desilusionada que genero el propio mensaje. Lo que nos muestran casi igual de real que la realidad, marca una espantosa debilidad para discernir en el eje creado de libertad-control por el que nos vemos forzados, donde repiques diarios y a toda hora insisten y machacan sobre circunstancias que superan la consideración del común , y que tiene como argumento de cabecera “ lo dijeron en la televisión”. La argentinización del debate sobre lo que nos ocurre, no tiene hoy por hoy que ver con el mensaje, sino con el medio y el emisor. Esto sucede en circunstancias como las actuales , en las que la oposición política cede  protagonismo a los medios y no solo deteriora su propia representatividad , sino que autoriza el aventurerismo de sectores muy retardatarios que revalidan, precisamente no entre la gente, una pertenencia muy dudosa. Las diferencias con el gobierno no se enmarcan en construcción política alguna, propositiva, con vistas a ser alternativa en los calendarios electorales que se avecinan. Lo que se ve son expresiones cismáticas, que incluyen provocación y planteos utópicos,  funcionales a intereses predeterminados y nostálgicos de la dictadura. De tal modo parece surgir una oposición que no es tal, los planteos inorgánicos exaltan el rol de algunos comunicadores expertos en efectismo y espectáculo, que realzan la expresión “ ese sí que se las dice”. La impresionante manipulación informativa que impera hoy en nuestro país, - basada en el arte de titular lo que no sucede como si fuera inminente que sucederá- con lo cual se inocula apocalipsis sin medida, donde se subraya una persistente ingobernabilidad, desconociendo una década de continuos cambios, igualitarios y modernizadores que todos podemos discutir, pero nadie negar,  en lo cultural, económico, social, participativo, libertario, democrático, integrador. Desde ya que no es imposible vivir en una sociedad partida al medio por sus convicciones, mientras se cumplan las reglas de la democracia, que en esencia es un conjunto de formas a respetar, pero de todos modos es complejo, arduo y peligroso,  vivir si,  apremiados por armas que no están en el reglamento y que la impotencia del revés de lo establecido los lleva a intentar por ese lado. Además es un hecho que todo gobierno, y me refiero a todos los gobiernos, es cuestionable por errores, omisiones y en algunos casos abiertas situaciones que sería alentador que en el presente se investiguen, diluciden y sancionaran, si eso es lo que corresponde. También sería justo que quien acusa públicamente deba rendir cuentas si lo dicho no es cierto. El golpismo, la desestabilización y el ánimo destituyente se activan cada tanto en la Argentina. La lucha del poder económico, (el político está en su lugar) se centra por imponer su verdad en los medios todavía hegemónicos, ya que lo que sigue bajo fuego es el modelo de país. El déficit del actual proyecto político gobernante, no está y eso es obvio, como suele mostrar la calle y repetirse en las urnas ,en su relación con los sectores populares, a quienes beneficia y en quienes se sostiene, sino en su relación con la alta burguesía, que simplemente tiene otro proyecto. Esto, parece a priori lo que no hemos entendido,  la forma de cambiar o profundizar es mediante el voto, la participación y la disputa de ideas, si así lo determina quien sufraga.

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