LA HISTORIA ESTÁ LLENA DE RECURRENCIAS
por Carlos Madera Murgui
El control del pensamiento ha pasado a ser una de
las herramientas más poderosas, en función de las especulaciones políticas,
donde todo es calculado y programado de tal forma donde no se deja nada librado
a la espontaneidad, ni siquiera lo humanamente destacable de cada ser, que no
debería aflojar en ningún momento, sin que haya estado prolijamente dispuesto.
La concentración de los medios de comunicación nacional marcadamente alineados
en uno u otro lado de los contrincantes presidenciables han tenido, tienen y
tendrán una influencia vigorosa e irresistible en términos de insistencia
incansable en el mensaje. De allí se desprende ciertos criterios lineales en
aspectos casi irrelevantes para la gente de a pié, pero que no obstante son
tratados como cosas de todos los días, aun muy lejos de su comprensión. La solapada
autocensura, por otro lado, de las
sociedades de masas funciona como ejemplo de ignorancia prefabricada comprobada
en lugares como el nuestro donde varias mujeres, y no es una cuestión de
género, sino que hace al ejemplo concreto, mostraronsé preocupadísimas por las
designaciones de la auditoría general de la nación , en contraposición con su
desconocimiento si una femina, sin estar
embarazada, puede realizarse un estudio ginecológico gratuito en Dorrego. De
allí también surgen aspectos muy caros a una idiosincrasia, no sé si llamarla
desentendida, despreocupada o directamente desinteresada de una vida
comunitaria. La mayoría absoluta desconoce lo que ocurre en su pueblo natal,
donde vive, pero esta mayormente informada que en Bahía Blanca, existen muy
buenas y caras prestaciones, confiables , donde va todo el mundo….que puede.
Porqué este aspecto apuntado ? porque la información de todo tipo, va
delineando conductas, formas de vivir y por ende decisiones, algunas y muchas
veces trascendentales para la vida de los más. La claridad del mensaje tiene
que ver con el éxito de la llegada, es cierto. Tampoco se trata de abandonar
aristas distintivas de quienes nos ocupamos de estas cosas. Solo que el momento
no da para grises, es histórico por segunda vuelta, pero también lo es, por lo
evidente de lo antagónico, tenemos la obligación de analizar los actos en
función de sus causas, de sus motivos y de las intenciones subyacentes. No
todos tienen la firme intención de buscar la verdad escondida tras el velo de
deformaciones, de falsas representaciones
y de los intereses de clases. Nos jactamos de comprender y pensar los intereses
comunes, más allá de lo que se debe o no o cual es el momento oportuno.
Incentivar el inconformismo , pero a su vez penalizar la disidencia, figuran en
manuales de una reciclada y depurada función autocalificada como portavoces de
la libertad de expresión y de los intereses generales de la población. Es lo
que priva en los grandes medios capitalinos, ya jugados mayoritariamente por
sus intereses corporativos y centralistas. Las reales y profundas discrepancias han
aflorado como nunca, en contra de lo que está vigente y solo se escucha; “ No
es lo nuestro “, como pronostico de una negación absoluta , pero elegante, para
predecir un cambio rotundo sobre lo construido. Existe no obstante una comprensión y valoración más clara de los
derechos y de la diversidad que en procesos anteriores durante el avance
conservador, teniendo las gentes mucha mayor vislumbre de lo que realmente
sucedió estos últimos años. El optimismo aflora por ese lado; los últimos años
en antítesis con la historia argentina, las masas comenzaron lentamente a
comprender infinidad de posibilidades de vivir mejor , que no le explicaban
precisamente medios masivos capitalinos, los gobernantes se encargaron de explicar
aspectos no siempre abordados por la generalidad de la población, y la
necesidad de estar informado sobre la identificación de importantes avances de
los derechos de los sectores mas postergados por siempre, fue una constante que
se brindó a sí mismo la mayoría de los argentinos. Existe ya un pensamiento de
carácter visceralmente libertario prácticamente imposible de disolver. No
obstante, no hay forma de estar informado, arma fundamental del momento, sin
dedicarle “esfuerzo”, la comprensión de ciertos aspectos que regulan nuestro
diario vivir, no se advierten ni se entienden, en un desinterés, propio de los noventa, donde nos hicieron
creer que las cosas sucedían automáticamente, mientras nos entreteníamos
escuchando música. La comprensión racional entre las personas de que todo se
puede cambiar con la participación, pero
fundamentalmente a partir del entendimiento sobre la cantidad de avances en los
últimos años, éxitos acumulativos que nos alientan a contrarrestar fracasos que
también han existido, pero con la convicción que nadie dijo que sería fácil.
Entregar algunos anillos para no perder los dedos, ya se escuchaba en los años
40, pero ahora la cosa aparece como más profunda, la historia está llena de
recurrencias. Extraña la mimetización de ciertas posiciones claramente
ideológicas, en aspectos que marcan precisamente diferencias conceptuales de
todo tipo, precisamente con aquello que pretenden superar. El arsenal retorico
de los 90 imprime cierta propiedad intelectual de una forma de presentar
fuerzas evidentemente contrapuestas sin nada en el medio. Existe un entretejido
moral que no puede pasar desapercibido entre la relación historia-discurso. Con
nombre o sin nombre, no articulado a fuerzas políticas ni a doctrinas , aunque
es prácticamente imposible, sino articulado a una memoria, que por más volátil
que sea tiene profunda trascendencia en el tiempo, y debería perdurar, porque
si no, sería lo más injusto con millones de personas.
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