para HEBER HUGO CARáMBULA
por Carlos Madera Murgui #
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Era un pibe cuando debutó en Telecataplum junto a la troupe de “Los uruguayos” y desde
entonces se hizo un lugar propio. Brilló como comediante y animador y dejó un
único disco que da sobradas muestras de su talento musical.
Berugo, Berugo”, decía un botija de la
familia, y así Heber Hugo, ese nombre tan uruguayo, se ganó el mote con el que
se convertiría en leyenda televisiva. ¿Exageración? Casi 30 años después de
Atrévase a soñar, todavía una coincidencia cualquiera se celebra con aquello de
“Alcoyana-Alcoyana”. Las caras del payador Gabino están fijadas en la memoria
popular. A los 70 años y tras lidiar durante una década con el Mal de
Parkinson, murió Heber Hugo Carámbula. Berugo, dejando la pena que produce la
partida de esos tipos que se hacen querer.
Nacido en Las Piedras, Canelones, el 31 de octubre de
1945, Berugo tuvo una vida que fue inseparable de la vida artística. Es que era
apenas un pibe cuando pisó por primera vez los estudios de televisión: en 1962
formaba parte de Los Chicago Stompers, la banda que musicalizaba el primer
impacto de un grupo de cómicos que haría historia grande. Desde el Canal 12 de
Montevideo, Telecataplum hizo conocidos a Quique Almada, Ricardo Espalter,
Raimundo Soto, Eduardo D’Angelo, Andrés Redondo, Henny Trayles, Gabriela Acher
y Julio Frade , pero también fue la plataforma para que el joven músico se
revelara como comediante: fueron los cómicos los que advirtieron el poder de
esos ojos pícaros y esa capacidad para generar risas con módicas intervenciones
verbales, y lo sumaron al equipo.
El éxito del programa lo convirtió en producto de
exportación, y pronto los uruguayos fueron de consumo masivo en la televisión
argentina. En Comicolor, Hupumorpo y en Hiperhumor, Berugo encontró su lugar
entre comediantes excepcionales, reservando siempre un lugar para la música:
antes de las payadas de final censurado de Gabino, Carámbula ya se había
mostrado tocando el serrucho con smoking y zapatillas, y siempre buscó alguna
excusa para darse el gusto con la guitarra. Pero más allá de los sketches en
equipo, Berugo brilló de manera solista como animador de ciclos de concurso en
los que lograba una empatía inmediata con los participantes, la tribuna y el
espectador. Ese estilo de bromear con el concursante sin sobrarlo nunca que
asomó en Atrévase a soñar le deparó un Martín Fierro, y abrió la puerta a
programas como Todo al 9, Amo a Berugo, Clink caja y Jugar por jugar. Los
juegos podían variar, pero los productores sabían que la mera presencia de
Berugo garantizaba el encendido.
Su última aparición televisiva fue en un reportaje en 2008, donde relató su enfermedad con un
chiste negro (“No hay que tomarlo como
una cosa espantosa, sirve para hacer el amor y ponerle azúcar a los churros...
pero recomiendo no dedicarse a francotirador”, dijo). Así, su despedida pública
fue similar a su debut: despertando una sonrisa, ese difícil arte que se
traduce en afecto popular. Heber Hugo Carámbula se fue, Berugo se queda para
siempre.
= Esto esta
extractado de escritos del periodista Eduardo Fabregat, en una semana donde la
atención está en otro lado.
# Conductor Dorrego Despierta que se emite de lunes a viernes de 7 a 9 por LadorregoAM1470
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