viernes, 18 de septiembre de 2015

TAPA:: Dorrego despierta viernes 18-09

más marketing o imagen ...que capacidad....

por Carlos Madera Murgui


Resultado de imagen de aprender
Uno de los elementos centrales de la concepción neo conservadora, ha sido el pretender sustraer lo político de la sociedad, relegando las diferencias, el disenso y el pluralismo al ámbito privado y generando una zona de vulnerabilidad dinámica poniendo el énfasis en la defensa de los derechos individuales, es decir, de las libertades “negativas “ que se suponen permanentemente amenazadas por la búsqueda de la igualdad,  propia de la democracia. El poder y la autoridad del Estado debería disminuirse con una economía flexible y competitiva, eso sí tendría que ocuparse de la seguridad para garantizar la estabilidad social, pero relegando la provisión de bienes y servicios eliminado políticas sociales,  despropósito de estados modernos. La reducción de los ámbitos de la política, la descalificación del necesario debate público, degradan los instrumentos propios de la democracia, al intentar mostrar como impotentes frente a problemas sociales, que es cierto , no todos ,distan de resolverse. Estos aspectos figuran aún hoy, en la agenda de pseudos dirigentes políticos en todos los ámbitos, quienes se presentan como la expresión suprema de la transparencia y responsabilidad contra el accionar de otros partidos, no el propio, exponentes de intereses egoístas, dicen ,y en donde cada uno de sus miembros considera a los demás como medios para conseguir sus propios fines, agregan. Es innegable que se produjo un serio deterioro de los instrumentos de representación, tal vez consecuencia lógica de la individualidad, que ha transformado en los últimos años, más mesianismo que ideas, y más marketing o imagen,  que capacidad. Nadie es elegido para aprender en funciones, se supone que al ofrecerse ya sabe de que se trata. Sí puede alegar experiencia adquirida en el ejercicio del cargo, cosa obviamente se evaluara cuando lo concluya. Esto ha llevado a la formación ultrasónica de dirigentes, o más justo y mejor expresado de postulantes a diversos cargos a los cuales desconocen por completo, pero que la desconfianza y el creciente malestar edificado por soluciones postergadas en el electorado han conspirado hacia ello. Es bien cierto, que los partidos políticos no han promovido la voluntad de democratización en sus propias estructuras, y operar como verdaderas escuelas de civismo, y también son los verdaderos culpables de la banalización de las estructuras de candidatos ofertadas a la ciudadanía, que ve correr el tiempo de sus necesidades,  mientras otros aprenden como debe hacerse y actuar en consecuencia, pero luego de un buen lapso, claro. De lo que se trata entonces, no es esperar de amanecer iluminado, hablo de uno y de todos, sino de ampliar las estructuras participativas y dar canales de expresión adecuados a organizaciones sociales, comunitarias, instituciones barriales y vecinales. Cuanto más de una persona participa junto a otras en la acción,  con miras a ciertos fines colectivos, tanto más cobra conciencia de esos fines y se siente entonces más impulsada a trabajar mancomunadamente para alcanzarlos. La democracia es un procedimiento ciudadano sobre el que se basa un orden político, por otro lado es un espacio para adoptar desde el Estado proyectos de transformación social, el único legítimo. En los albores de un nuevo período democrático, también en nuestro partido, deberíamos promover la substancia emergente de algo al menos auspicioso, que de acuerdo, a nuestro tamaño y posibilidades concretas apunte al optimismo y la esperanza de mejorar una inocultable modorra, fiel a nuestro tradicional perfil conservador como comunidad, e introduzca otros horizontes por perseguir.







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