martes, 15 de septiembre de 2015

TAPA::Dorrego Despierta martes 15-09

Signo heredado que defienden en silencio.....

por Carlos Madera Murgui

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Por lo percibido en los últimos tiempos parece que el folklore argentino “renace” entre comillas en la consideración del gran público a través de programas de alto nivel de audiencia, que se ocupan de pseudo certámenes de bailes o danzas típicas. Con jurados profesionales que bien no se sabe que parámetros utilizan en sus decisiones, los participantes van por la gran oportunidad en la televisión. En una actividad distinta al resto, donde más allá de las virtudes de cualquier danza, los idóneos en la elección, marcan preferencias según su óptica, pero lejos y como corresponde en televisión y al momento, desde una observancia poco atildada en lo que los concursantes marcan en una línea también requerida por el medio, disimilitudes con lo que estamos acostumbrados y hemos tenido la bendición de aprender en un pago, condición que nadie ha desaprovechado. Esto dicho en franca comparación, y es casi natural en un entusiasta dorreguero para nada especialista, pero detallista en lo que ha mamado en su tierra casi sin querer,  como algo usual, propio de un oriundo. Me estoy refiriendo a temas que no nos son ajenos, por el solo hecho, y es en estos casos es donde nos damos cuenta, de haber asistido a la reafirmación de una cultura que nos permite precisamente eso, hablar de lo que sabemos, eso que saben los pueblos sin que nadie se los enseñe. Hace  tiempo que se escucha en el terruño, a gente que viene, pero primordialmente por la que nació acá, hablar naturalmente sobre temas de acervo muy rigurosos, que entusiasman por el orgullo demostrado y basado en algo muy concreto, preciso, simple, ese algo que está aquí. Sentir de los dichos y el pensamiento de personas relativamente jóvenes, hablar sobre respeto, público, cultura vernácula, con propiedad, con conocimiento, pero además con convencimiento, que además también se canta, se toca, se recita, no sé si emociona, pero sí satisface por los tiempos, porque nada fue en vano. No son exageraciones, por lo contrario, son temas muy simples, pero en sentires muy diáfanos, que placen de manera directa con su mensaje no siempre reconocido. Esto último, parece ser, lo que menos importa en la intimidad del emisor, indemniza por su creencia, lo creído de sus palabras, de su estudio, de su pasión.  Cristian Demarco, es uno de ellos, en mi gusto deberíamos ser más que profesan una comunión permanente con una cultura que no admite discusión desde su esencia misma. Garantía filosofal y genuina de pertenencias a través de los tiempos.Tipos como estos, transitan, militan lo suyo, sin separarse,  no encuentran causa, y tampoco motivos, de un signo heredado que defienden en silencio, pero con férreos elementos que no saben de explicaciones.  Estas cosas, son más que pasatiempo, no siempre se entiende.

Gracias Cristian Demarco, a vos y tu entorno, es escuchar algo que ya te han dicho, pero esto,  con la marcada intención que se enteren muchos, por la radio de acá.

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