miércoles, 16 de septiembre de 2015

TAPA::Dorrego Despierta miercoles 16-09

ahora no juego mas.....
por Carlos Madera Murgui

Resultado de imagen de no juego más

Cuando las elecciones de Tucumán jugaban sus primeras escaramuzas en las acusaciones cruzadas de los dirigentes de los partidos políticos que podían pelear por la victoria para la Gobernación del jardín de la República como se la bautizó alguna vez, parece que hace mucho tiempo, por lo dilatado, por lo manoseado del tema. Tema que debería haberse circunscripto a la importancia propia de una elección provincial, con lo más, menos, de la disputa de dos postulantes, hablando de la gobernación, en una supuesta paridad. En esos más calientes primeros días de la novedad, donde como siempre pasa, enviados especiales capitalinos, cubren en el mejor sentido toda la información de la actividad de una provincia y que no siempre es así, sino que cuadró por lo de la elección.  En interesante reflexión una cronista hablaba sobre “ la potestad lógica de la voz del pueblo “ manifestada en la ya famosa plaza tucumana, por sobre la actividad de la Junta Electoral Provincial que era rechazada de plano por la cúpula opositora y por la razonabilidad de la multitud quejosa. Excesos de la policía provincial en una represión ya retrospectiva en la condición de los derechos de los ciudadanos de nuestro país, alentaban una razón, además  apaleada que no era tal, al abrigo de la falta de argumentos legales, técnicos y hasta políticos.
Comentar lo anterior no significa que nuestro sistema no pueda, y deba, ser mejorado en muchos aspectos. Es un sistema antiguo, lento y engorroso que cuando se aplica como en Tucumán con muchas candidaturas multiplica sus defectos. Pero hay que resaltar también que es, según todos los especialistas, un sistema seguro  que permite un control cruzado de todas las etapas del proceso y la boleta, por ser antigua es simple, auditable y controlable. Es bueno recordar que en los 32 años de la democracia moderna que hemos utilizado ininterrumpidamente este sistema no ha habido una sola denuncia de fraude comprobada en la Justicia.

Las reformas pensadas no pueden ni deben hacerse en medio de un proceso electoral; hacerlo sería como cambiar las reglas de juego en el entretiempo de un partido de fútbol; una locura que sólo puede ser propuesta de buena fe por quienes nada entienden de la mecánica institucional. Esto  ya fue señalado por la Cámara Nacional Electoral y es compartido por todos los especialistas, sustraídos de esta vorágine de posiciones absurdas, como sostener una posición afirmativa hasta que el escrutinio no es favorable y luego insistir en desconocer solapadamente poderes constituidos salidos del republicanismo ultramontano que regula los pasos de una oposición famélica y desorientada desconociendo la voluntad popular.  A algunos actores partidarios no parece preocuparles tanto el tipo de sistema sino su resultado. Los dirigentes de estos partidos deberían aceptar que no hay sistema electoral en el mundo que pueda garantizarles que van a ganar siempre.

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